Gabriela Toscano contó por qué desechó la propuesta de posar desnuda para una revista

Luego del frustrado estreno en los cines de Corazón Loco, a causa de la pandemia de coronavirus, una de sus protagonistas, Gabriela Toscano, celebró que el film pueda ser visto ahora a través de Netflix. "Estábamos a una semanita del estreno, con toda la ciudad empapelada con los carteles de la película... Fue difícil y raro, porque uno quiere ver su trabajo en pantalla grande, con sus amigos, pero no se dio. De todos modos, con Soledad Villamil estamos contentas, porque ahora se va a poder ver en 190 países", expresó.

En diálogo con Catalina Dlugi, en su ciclo radial Agarrate Catalina, la actriz de Para vestir santos se refirió también al tema central de la película: "Hoy en día la bigamia sigue existiendo; no es solo algo de otro tiempo. Cuando se estrenó el trailer, recibí un llamado de una conocida que me dijo: '¡Es mi vida! Hace dos meses me enteré que mi marido tiene otra relación. Me impactó, porque uno tiende a pensar en los viajantes... No pensás que una persona puede llegar a tener dos familias como Fernando Ferro, el personaje de Adrián Suar".

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A su vez, al hacer un recorrido sobre su trayectoria en el mundo del espectáculo, la actriz recordó sus inicios: "Empecé en Música Libertada Infantil. Ahí estábamos Marcelo Marcote, Claudia Rucci y yo. Después, pasé a Alta Comedia, ¡donde hacía de una niña muerta! Tenía cuatro años, casi cinco. Ese capítulo era con Narciso Ibáñez Menta y me daba mucho miedo".

"No me cuestiono haber empezado tan chica... Ya es parte de mi piel. Sí me lo cuestioné en la adolescencia, yo me formé en la tele con mis compañeros grandes. Aprendí de ellos: de Alicia Bruzzo, de Ana María Picchio, de Norma Aleandro, de María Rosa Gallo... Y después me di cuenta que me tenía que formarme y empecé a tomar clases".

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Luego, a sus 18 años, en 1986, se estrenó una película El exilio de Gardel, en la que realizaba un topless. Aquella escena, que duraba apenas unos segundos, causó un gran revuelo y podría haber cambiado su carrera para siempre. "Fue difícil ese momento. Tenía 18 años cuando se estrenó la película. Ana María abría la puerta y se me veían los senos. Eso fue todo, pero fue tremendo. Después me llamaron para otra película con desnudos y dije que no. ¡Y también para Playboy! Dije que no porque soy muy tímida. Si hubiera estado más desnuda, seguramente hubiera hecho otra carrera. Me costó más hacerlo así, aunque no me arrepiento. A los 18 años todo el mundo me miraba, pero no a los ojos. Y para mí fue un shock. Me sentí un poco acosada".