Gaby Platas rompe el ciclo de su terrorífica historia de violencia solo con verbalizarlo

Nadie sabe realmente lo que hay tras una fachada, hasta que no entra al interior, y muchas veces ese interior permanece oculto a ojos del público indefinidamente. Por lo mismo, que Gabriela Platas rompiera el silencio acerca de lo que parecía ser un divorcio amigable entre ella y el actor Francisco de la O, es un claro ejemplo de que en todas partes se da la violencia, el maltrato emocional, y la falta de respeto.

Pero más allá del morbo —y esta nota no va a tratar acerca de eso—, hay un factor importante al que Gabriela aludió en la entrevista con Mara Patricia Castañeda, que muchos parecieron obviar: "es muy importante darte cuenta que ninguna merece vivir en un entorno como ese y no caer en acostumbrarse".

La relación entre estos dos famosos, tal como se mostraba a medios, era armoniosa y feliz, pero como en todo, hay aristas muy complejas. Cuando inició la relación en 2008, Gaby estaba recién separada de su segundo esposo, el comentarista deportivo Alfonso 'Poncho' Vera, y él estaba cerrando una relación que se había vuelto insostenible con Laura Sánchez, la madre de su única hija, María.

En aquel momento, el encuentro entre ambos se dio en un contexto de morbo y sensacionalismo: se habló de infidelidad de ambas partes, y Sánchez declaró a los medios que su expareja descuidaba a la hija de ambos por su nueva relación. Así por algunos años el trato entre ambas fue horrible, con múltiples agresiones que la actriz de 'Mi marido tiene más familia' y 'Dos mujeres, un camino' recibió en redes sociales.

Fue muy difícil que pudieran establecer una relación al margen de los medios, y cuando en 2018 anunciaron su separación, dijeron en un comunicado conjunto que se trataba de una separación de común acuerdo y en los mejores términos, algo que Gaby había buscado en sus dos divorcios anteriores. Sin embargo, al poco comenzaron a tener discrepancias, propiciadas por De la O, que hizo declaraciones a medios acerca de la vida privada de Platas a diversos medios, a fines del verano de 2018, meses después del anuncio de la ruptura.

"Les agradecería muchísimo", comunicó Gabriela en sus redes, "el no ser relacionada a sus actos, dichos y decisiones ya que nada tiene que ver conmigo desde hace tiempo y encuentro muy lamentable verme envuelta en esos despliegues de deshonestidad y ver a alguien que no pertenece a mi presente dando información de cosas que no corresponden a su tiempo en mi vida".

Que ahora Gabriela se sincere y se abra de capa con Castañeda obedece a razones que solo le conciernen a ella, pero deja claro un mensaje con intención de romper los ciclos de abuso y violencia; esto era algo que ya había inferido de manera ambigua Sánchez en su momento, pero no quiso abundar en detalles, aduciendo que no quería tener problemas con el padre de su hija, que se vieran reflejados en el acuerdo de custodia que tenían. Ahora que María de la O es mayor de 18 años es una clara posibilidad que las cosas cambien y Laura pueda abrirse al respecto, en consecuencia del silencio roto por Platas.

Lo cierto es que toda relación de pareja tiene episodios de estrés y que la violencia no es en ningún momento una solución, pero es más común de lo que se cree. Si a esto se agrega que por ser figuras públicas hay una presión añadida, el resultado es que haya sufrimiento escondido, y en este caso, el terror fue muy discreto, siendo Gabriela estoica ante los medios y siempre con una actitud positiva, por lo que ha causado revuelo lo que reveló ante la periodista.

¿Es el comienzo de una batalla mediática o una manera de romper el ciclo de abuso? Probablemente sea un poco de ambas cosas, pero lo cierto es que al tener el valor de exponer lo que muchas personas preferirían mantener oculto, Gabriela Platas ha conseguido dar un paso en la dirección correcta y el suyo puede ser un ejemplo a ser seguido por otras mujeres, famosas o no, en una situación similar, y que necesitan ayuda para salir de la trampa en la que están.

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