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Futuros rabinos de EEUU en Israel con palestinos

AT-TUWANI, Cisjordania (AP) — Los jóvenes estudiantes estadounidenses del rabinato están haciendo algo más que visitar los santos lugares, aprender hebreo y estudiar los textos sagrados durante el año que pasan en Israel.

En lugar de concentrarse, como antes, en fortalecer los lazos con Israel y el judaísmo, esta nueva generación busca relacionarse con los palestinos. Este cambio refleja una brecha entre los judíos estadounidenses e israelíes que parece ampliarse.

Una mañana reciente, Tyler Dratch, un estudiante de 26 años de la Universidad Hebrea de Boston, se encontraba con una veintena de estudiantes plantando olivos en la aldea palestina de At-Tuwani, Cisjordania. Los únicos judíos que suelen ver los pobladores son soldados israelíes o colonos ultranacionalistas.

“Antes de venir aquí y hacer esto, yo no podía hablar con conocimiento sobre Israel”, dijo Dratch. “Lo que decimos es que con la misma religión que usan los colonos para cometer violencia nosotros podemos cometer justicia, hacer la paz”.

Para evitar que lo confundan con un colono, Dratch cubre su solideo judío con una gorra de béisbol. El grupo descendía por una ladera para ver las evidencias del paso de los colonos el mes pasado, según los aldeanos: “Mueran los árabes” y “Venganza” pintadas en hebreo en grandes piedras y algunos olivos derribados, los troncos separados de la tierra.

El programa de este año incluye un recorrido por la ciudad de Hebrón, que ha sido escenario de enfrentamientos; una visita a un tribunal militar israelí que juzga a palestinos y un encuentro con un activista de la Franja de Gaza, gobernada por Hamas, que está bloqueada por Israel.

El programa es organizado por “T’ruah: El llamado rabínico por los derechos humanos”, una red estadounidense de rabinos y cantores de sinagoga.

La mayoría de los miembros de T’ruah y todos los estudiantes del programa pertenecen a las corrientes liberales del judaísmo que representan a la mayoría de los judíos estadounidenses. Estas corrientes están marginadas en Israel, donde los rabinos de la corriente ortodoxa dominan la vida religiosa.

El programa T’ruah, iniciado hace siete años, es un complemento del plan de estudios habitual: clases de hebreo, estudio de textos sagrados, viajes de estudios e introducción a la sociedad judía israelí. Aunque es optativo, T’ruah dice que participa alrededor del 70% de los estudiantes estadounidenses de las corrientes liberales.

El programa dura un año dividido en dos semestres: uno dedicado a la ocupación israelí de Cisjordania y el otro a las presuntas violaciones de los derechos humanos dentro de Israel.

T'ruah dice que los encuentros en Cisjordania no se limitan a actos de solidaridad comunitaria sino que son experiencias a difundir en Estados Unidos y transmitir a futuras congregaciones.

“Queremos impulsarlos a la acción para que inviten a los futuros estudiantes a trabajar por el fin de la ocupación”, dijo el rabino Ian Chesir-Teran, el docente de T’ruah en Israel.

El grupo inició su viaje de la manera judía por excelencia, una discusión del texto semanal de la Torá que derivó en un animado debate sobre los Diez Mandamientos.

“La Torá dice, no codiciarás los campos de tu vecino, y vamos a una aldea palestina cuya tierra ha sido confiscada por cuenta de judíos codiciosos que construyen asentamientos”, dijo Chesir-Teran.

Durante el recorrido en autobús por las laderas terraplenadas al sur de Hebrón, los estudiantes escuchaban a un activista que les brindaba una historia condensada de Cisjordania, capturada por Israel en la guerra del Medio Oriente de 1967.

Como parte de los acuerdos de paz interinos de los 90, el territorio fue dividido en zonas palestinas autónomas y semiautónomas, junto con un llamado Sector C que permanece bajo control exclusivo de Israel.

Los destinos de la jornada _las aldeas palestinas de At-Tuwani y Ar-Rakkes, se encuentran en el Sector C, donde también residen unos 450.000 colonos israelíes. Los palestinos aspiran a toda Cisjordania como parte de su futuro estado independiente.

Aldeanos condujeron al grupo a los olivares, un venerado símbolo palestino, y más recientemente, víctima de la lucha por la tierra con los colonos israelíes.

Funcionarios de seguridad israelíes informaron de un aumento brusco de la violencia de los colonos contra los palestinos el año pasado.

Yishai Fleisher, un vocero de los colonos, atribuyó los ataques a la “atmósfera de tensión” en Cisjordania. “Nos oponemos inequívocamente a los vigilantes clandestinos”, aseguró.

A la vista de los soldados israelíes en lo alto de la colina, palestinos y judíos hundieron los dedos en la tierra revuelta para hundir raíces entre los indicios de actos de vandalismo recientes.

Dratch dijo que alcanzó la mayoría de edad en Pensilvania durante los años violentos de la segunda insurrección palestina a principios de siglo. “Mi educación religiosa estaba profundamente imbuida de miedo a los palestinos”, dijo.

Pero en la universidad, sus ideas sobre Israel sufrieron un cambio. Dratch dice que aún apoya a Israel, aunque se opone a su política en Cisjordania. “Comprendí que podría ser sionista sin volver la espalda a mi vecino, a los palestinos”, aseguró.

El hecho de que cientos de jóvenes rabinos estadounidenses compartan esas ideas alarma a algunos israelíes.

“Temo que la pasión por la justicia social sea absorbida por las corrientes de ultraizquierda entre los futuros líderes judíos estadounidenses”, dijo Yossi Klein Halevi, del centro de investigaciones judías Instituto Shalom Hartman en Jerusalén.

“Los futuros rabinos se marginan de la abrumadora mayoría de los judíos israelíes”, añadió.

Ante las elecciones israelíes en abril, las encuestas de opinión pronostican una nueva victoria del primer ministro Benjamin Netanyahu y sus aliados nacionalistas religiosos.

En Estados Unidos, las encuestas revelan que los judíos, sobre todo de las generaciones más jóvenes, tienen ideas mucho más pacifistas con respecto a los palestinos y están a favor del pluralismo religioso. La estrecha amistad de Netanyahu con el presidente Donald Trump también lo ha malquistado con muchos judíos, que en su abrumadora mayoría votan por el Partido Demócrata.

Dos semanas después de su visita a At-Tuwani, el grupo recibió la noticia desalentadora de que la mitad de los 50 árboles que habían plantado fueron derribados, aparentemente por colonos. Inmediatamente hicieron planes para volver a plantar.

Dratch dijo que si bien su año en Israel le ha dado motivos de sobra para desesperar, aun abriga esperanza de cambio.

“Difundiremos estas historias para que la gente tenga un panorama completo de lo que significa amar este lugar”, dijo.