Funcionarios argentinos critican impulso a demanda contra presidenta

Por Maximiliano Rizzi BUENOS AIRES (Reuters) - El Gobierno argentino criticó el sábado la decisión de un fiscal de avalar e investigar una denuncia de su colega Alberto Nisman, quien apareció muerto el mes pasado tras imputar a la presidenta Cristina Fernández por un supuesto intento de encubrir a los acusados de un trágico atentado de 1994. El fiscal Gerardo Pollicita envió el viernes un escrito al juez a cargo de la causa, en el que consideró que hay evidencia suficiente para intentar comprobar el complot oficial que, además de la mandataria, implica a su canciller y a un legislador. "No han logrado sostener nada (...) En este caso ni siquiera hay pedido de indagatoria porque no hay elementos para eso", dijo a una radio local el secretario general de la presidencia, Aníbal Fernández, quien no es pariente de la mandataria. El fiscal Pollicita, quien se hizo cargo del caso, solicitó al juez de la causa una serie de medidas de prueba que no se dieron a conocer, pero no pidió que Fernández sea interrogada, algo que Nisman había incluido en su denuncia. Expertos han aclarado que la imputación de la presidenta no implica que vaya a ser llamada a declarar por las acusaciones. Sin embargo, el caso ha golpeado al Gobierno en un año electoral ya complicado por la combinación de un estancamiento económico, una inflación galopante y un default parcial de deuda como consecuencia de un fallo adverso en Estados Unidos. El ministro de Defensa del país también rechazó el sábado la decisión de Pollicita de llevar adelante la denuncia, a la que calificó como una "expresión desestabilizante" y sin legitimidad jurídica. "Lo que preocupa es ver un grupo de fiscales y jueces que actúan, no pensando en que tienen que impartir justicia sino en ver cómo dañan al Gobierno nacional", señaló el ministro Agustín Rossi en diálogo con otra radio de Argentina. Nisman, que fue hallado con un disparo en la cabeza el domingo 18 de enero en su departamento junto a un arma de fuego, había estado por más de una década a cargo de investigar el atentado a la mutual judía AMIA, que terminó con la vida de 85 personas dos décadas atrás. Días antes de morir, el fiscal denunció la existencia de un plan gubernamental para intentar desviar la pesquisa y encubrir a los iraníes acusados por ese ataque a cambio de beneficios comerciales. El Gobierno dijo desde el principio que la denuncia es absurda y algunos especialistas legales la consideraron débil por no contar con evidencias concretas. "¿Saben qué? El odio, el agravio, la infamia, la calumnia se los dejamos a ellos", publicó la presidenta Fernández en la red social Facebook el viernes por la noche. La misteriosa muerte de Nisman conmocionó a la sociedad argentina y a la dirigencia política y el caso ocupó las primeras planas de los diarios locales durante todo el último mes. Aunque se maneja la hipótesis de un suicidio, no se ha descartado que haya sido instigado o que se trate de un homicidio, en medio de una oscura trama que involucra a los servicios de inteligencia locales. El caso también ha dejado en evidencia las diferencias políticas que existen en el Poder Judicial argentino, donde la polarización entre opositores y oficialistas en la sociedad civil se ha traducido en acusaciones y ataques cruzados entre jueces y fiscales. (Editado por Ricardo Figueroa Javier López de Lérida)