Tras varios fracasos por incidir en la agenda nacional los gobernadores del FdT se repliegan en sus provincias

Reunión de los gobernadores del Norte Grande en Corrientes. Crédito: Prensa Santiago del Estero
Reunión de los gobernadores del Norte Grande en Corrientes. Crédito: Prensa Santiago del Estero - Créditos: @Prensa Santiago del Estero

CÓRDOBA.- Hartazgo es la palabra que define el estado de ánimo de los gobernadores peronistas. Mientras aguardan -sin esperanzas de que acepte su propuesta de eliminarlas- que el presidente Alberto Fernández defina explícitamente si mantendrá las PASO, avanzan convencidos en desenganchar las elecciones provinciales de la nacional del 2023. Los intentos de acercamiento con Fernández y con Cristina Kirchner fueron perdiendo fuerza a medida que la situación económica encontró una endeble estabilización.

Desde hace unas seis semanas, bajó la intensidad con que los mandatarios buscaban tener incidencia en el escenario nacional. Aunque la territorialización de las elecciones ya era una tendencia que despuntaba, se consolida ante la certeza de que el oficialismo nacional no ayudará a traccionar votos.

Ya en 2019 sólo cuatro provincias votaron junto con la Nación -entre ellas Buenos Aires, la del padrón de mayor peso-; el año que viene La Pampa será la que abrirá el calendario electoral. En cambio el catamarqueño Raúl Jalil ya fijó que se irá a las urnas el mismo día que se elija Presidente; Chubut, Formosa y Santa Cruz también elegirían esa fecha.

“Cristina y Alberto atienden sus propios juegos y eso no cambiará -se sincera un legislador nacional de una provincia norteña-. Genera desgaste tratar de seguirlos; la estrategia es defender los intereses de cada uno y lograr, en bloque, beneficios más generales”. La referencia es a las reuniones periódicas que los mandatarios del Norte Grande mantienen con funcionarios nacionales.

Reunión de los gobernadores del Norte Grande en Corrientes. Crédito: Prensa Santiago del Estero
Reunión de los gobernadores del Norte Grande en Corrientes. Crédito: Prensa Santiago del Estero - Créditos: @Prensa Santiago del Estero

A fines de octubre, cuando Máximo Kirchner volvió a protagonizar una ofensiva contra Fernández, los “albertistas” de la Casa Rosada -según coinciden fuentes provinciales- intentaron sumar el “apoyo” de algunos gobernadores a una candidatura del Presidente.

“Volvieron los contactos, algunos llamados y sondeos para conocer qué les parece apostar por la reelección. Todo muy en el aire, tanteando el escenario”, describe un dirigente riojano. El resultado fue nulo. Ni el fueguino Alberto Melella, quien en mayo, había tomado la bandera, la ratificó.

Dirigentes de Chaco, San Juan y La Rioja -tres distritos que tuvieron protagonismo a la hora de buscar un “acercamiento” entre Cristina Kirchner y Fernández- admitieron ante este diario que nunca recibieron “señales de que hubiera voluntad” de retomar el diálogo. Empezaron con ese intento en abril, cuando en una reunión en el CFI, delinearon un primer borrador que tenía, entre otros puntos, dos claves. El de que se retomara el diálogo y el que se elaborara un plan antiinflacionario. Nada de eso ocurrió.

Fue el riojano Ricardo Quintela el último en referirse a que debe haber “unidad” de cara al año próximo y lo hizo mencionando que se reunió con la vicepresidenta en la primera semana de noviembre. En El Destape, contó que conversaron sobre el armado electoral y que coincidieron en “la necesidad de hacer todos los esfuerzos necesarios, dejando de lado las mezquindades y miserias humanas” para presentar “una propuesta atractiva, que parta de la unidad”.

Después de incidir en la llegada de Sergio Massa a Economía, los gobernadores enrolados en el Frente de Todos avanzaron unos casilleros, pero “terminó ahí”, reconoce un riojano. Hace unos días, ante empresarios, el propio Massa dijo que para tener chances de ganar la elección debe lograr “bajar” la inflación. “Se estabilizó un poco la situación; se evitó un estallido”, se conforma un dirigente cercano a Jorge Capitanich.

Mientras la situación siga como hasta ahora –”mal pero menos peor”, ironiza un ministro provincial- los mandatarios seguirán concentrados en sus provincias e incluso observando la interna de Juntos por el Cambio (JxC) que, creen, podría terminar beneficiándolos.

Tampoco, en todos estos meses, lograron acordar un nombre de entre ellos que pudiera ser su candidato. Dieron vueltas el de Capitanich y el del sanjuanino Sergio Uñac, pero no terminaron de cuajar. Hace un año, cuando Juan Manzur desembarcó en el gabinete, tuvieron sus expectativas concentradas en él, pero la realidad quedó lejos. Incluso hoy dicen obtener mejores resultados en sus gestiones cuando lo hacen vía Eduardo “Wado” de Pedro .