Su ceguera no le impide crear estas obras llenas de color

John Bramblitt perdió la vista a los 13 años. Desde entonces, aprendió a pintar guiándose con el tacto para distinguir los colores. En todo este tiempo, consiguió realizar estas pinturas de tonos luminosos y algo surrealistas e, incluso, retratar a su mujer y a su hijo, cuyas caras nunca pudo ver.