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Obama se salta la fila, pero paga el almuerzo

Algunas personas esperan durante cinco horas para comer en el famoso Franklin Barbecue de Austin. ¿Y quién puede culparlos? El establecimiento se inauguró hace menos de 10 años y ya está calificado como el mejor del país. Por supuesto, Barack Obama no es cualquier cliente. Después de ofrecer un discurso con estilo de campaña en la ciudad tejana, el presidente hizo una parada en el local y lo llevaron rápidamente hasta el inicio de la fila. Es una práctica común permitir que un presidente se salte la línea en un restaurante. Después de todo tiene la agenda más agitada del planeta. Además, la visita de una figura de tanta importancia solo provoca dolores de cabeza a quienes intentan comer algo. Pero la prueba real de la etiqueta viene en la forma que el mandatario y su equipo se comporten después de saltarse la fila. En este caso parece que Obama lo hizo bien -pagando la comida de los dos clientes que venían detrás en la línea -Bruce Finsted y su hija Faith. Sin embargo, la orden de la familia tomó al hombre más poderoso del mundo desprevenido: tres libras de carne de res, dos libras de costillas, media libra de salchicha y media libra de pavo. "Un momento. ¿A cuántas personas van a alimentar uds? Es una broma”, dijo Obama. Resulta que la familia ya se había sentado en una mesa antes de que el presidente llegara. Inicialmente Obama agarró su cartera y sacó algo de dinero para pagar. Pero luego decidió poner la cuenta completa, incluida la comida de su equipo, en una tarjeta de crédito. Según informes el almuerzo costó alrededor de 300 dólares. (Eric Pfeiffer/Yahoo)