(FOTOS) Protestas y pompa militar: así recibieron a Trump en Londres

En una de las semanas más convulsas que ha vivido el Reino Unido últimamente, hizo su aparición en el país el presidente estadounidense, Donald Trump, rodeado de una gran hostilidad ciudadana, puesta de manifiesto en numerosas protestas.

El mandatario llegó a Londres procedente de Bruselas, donde asistió a la cumbre de la OTAN, no sin antes poner en cuestión la política sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea de la primera ministra británica, Theresa May.

Trump y su esposa se trasladaron hasta el condado de Oxfordshire, a casi 100 kilómetros de la capital, para cenar con la primera ministra y con un grupo de más de cien empresarios de todos los sectores.

El escenario elegido para la cena de gala fue el palacio de Blenheim, donde en 1874 nació el que fuera primer ministro del Reino Unido durante la II Guerra Mundial, Winston Churchill, muy admirado por el presidente de EEUU.

Guardias irlandeses y galeses, acompañados de bandas escocesas con gaitas, desfilaron a la entrada del palacio mientras las dos parejas observaban desde lo alto de una escalinata.

A su llegada a la velada, el mandatario fue recibido por manifestantes de la plataforma Stop Trump Coalition que, equipados con pancartas y pitos en la calle, expresaron su desaprobación con la presencia del presidente.

Pero, a su llegada al palacio los pitidos se tornaron en agasajos y el presidente y su mujer, vestidos de etiqueta tal y como dictaba el protocolo, fueron recibidos con una vistosa y sonora ceremonia militar.

La cena consistió en un menú de lo más patriótico, con salmón escocés, filete de ternera inglesa y fresas con helado y, durante la velada, May reivindicó los fuertes lazos que unen al Reino Unido y a Estados Unidos.

La visita se ha organizado de tal manera que el mandatario y su mujer pasen el menor tiempo posible en Londres para evitar mayores protestas.

La reunión con May se producirá en Chequers (sureste inglés), en lugar de en su residencia de Downing Street, mientras que la reina Isabel II le recibirá para tomar el té en el castillo de Windsor, al sur de Londres, para evitar el céntrico palacio de Buckingham.

“El idioma, los valores y la cultura que comparten el Reino Unido y Estados Unidos inspiran respeto mutuo y hacen que las dos naciones sean no solo las más cercanas aliadas, sino las más queridas amigas”, aseguró.