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FOTOS: El perrito hallado vivo que mantiene la esperanza

Tras un amparo conseguido por los vecinos del lugar para que las labores de rescate continúen cinco días más antes, la esperanza de encontrar personas con vida se mantiene y aumentó luego de que la brigada de rescatistas japoneses localizara vivo a un perrito entre los escombros de uno de los edificios del multifamiliar de Tlalpan en Ciudad de México, devastado el pasado martes por el sismo de 7.1 grados.

Ahí han sido rescatadas, con vida, siete personas y se buscan a otras dos vivas; sin embargo, tras el temblor registrado, la mañana de este sábado, las tareas se suspendieron por decisión de Protección Civil de esta capital.

Los funcionarios del gobierno de la Ciudad de México, contravinieron la indicación de elementos de la Coordinación de PC Nacional que, por la mañana de ayer sábado, reiteraron que los trabajos de salvamento no se suspenderían hasta que se tuviera la certeza de que no hubiera personas vivas entre las ruinas del complejo departamental.

Esta decisión, y el arribo de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina que arremetieron en contra de los brigadistas y vecinos voluntarios que exigían no parar las labores, generó que la ayuda de expertos japoneses se retirara del lugar.

Los brigadistas denunciaron que el argumento de Protección Civil era que no había más vidas entre los escombros, por lo que se originó una confrontación de varios minutos.

Luego de ocho horas, y tras la presión de vecinos, brigadistas y voluntarios, los rescatistas volvieron a trabajar en la zona siniestrada. Los vecinos de la zona lograron un amparo para prolongar por cinco días más las labores de rescate y búsqueda de sobrevivientes antes de que inicie el uso de maquinaria pesada para la remoción de escombros.

Al unísono de una chicharra, rescatistas mexicanos, militares, especialistas israelís y japoneses, quienes regresaron más tarde, se reanudaron los trabajos de búsqueda de personas con vida en el multifamiliar.

Apenas llevaban unos minutos entre los escombros y regresó el primer ¡silencio!, que arrancó lágrimas a algunos de los brigadistas y vecinos voluntarios, se revivió la esperanza.