FOTOS: Castillos de hielo convierten tierras de cultivo en un paraíso invernal
Es una noche clara y gélida, en un jardín hecho de paredes de hielo. Bruce McCafferty y su pequeño hijo permanecen hipnotizados, envueltos por la pulsante luz del arco iris que emana de las formaciones de hielo.
McCafferty y su hijo Dougie han visitado los Castillos de Hielo en North Woodstock, Nuevo Hampshire, una colección de túneles, cavernas y un tobogán de hielo de 97 pies de alto (unos 30 metros), que se extiende a lo largo y ancho de un acre, una media hectárea o más de 4.000 metros cuadrados, de tierras de cultivo que algunos han catalogado como un escenario salido de la película “Frozen”.
Este paraíso invernal, uno de los seis que existen en Norteamérica, se ha construido desde cero aprovechando las bajas temperaturas que permiten que el hielo brote del suelo árido.
Otros parques de características similares se encuentran en Lake Geneva, en Wisconsin; Excelsior, en Minnesota; Dillon, en Colorado; Midway, en Utah; y Edmonton, en Alberta. Este año, la mayoría de las atracciones se mantendrán abiertas hasta inicios de marzo.
En el centro de la atracción de Nuevo Hampshire se erigen seis estructuras de hielo que miden casi cuatro pies de altura, más de un metro, y están iluminadas desde dentro con luces de colores.
“Es mágico, ¿no?”, dijo McCafferty. “Es una creación increíble. Realmente me gustaría saber cómo la construyeron”.
La construcción a pequeña escala comienza en diciembre, cuando el constructor principal del sitio, Matt Pasciuto, y su equipo crean granjas de carámbanos, que no son más que bastidores de metal que se rocían con agua para facilitar el crecimiento de los carámbanos durante la noche. Luego, los “artistas del hielo” recogen los carámbanos y los colocan alrededor de más de 70 aspersores.
“Cuando encendemos los aspersores, el agua empieza a congelarse alrededor de esos carámbanos, lo que los une y los vuelve cada vez más grandes y gruesos”, explicó Pasciuto. “Así logramos que el castillo crezca al unísono aproximadamente dos o tres pies, de medio metro a un metro”.
En pocas semanas, los carámbanos cubren todo el parque y algunos llegan a alcanzar alturas de hasta 20 pies, unos 6 metros.
Hace poco, en un día soleado las enormes paredes de hielo brillaron con un tono azul glacial. Tras la puesta de sol, los castillos parecían estallar en colores gracias a las luces LED incrustadas en el hielo. Esas imágenes increíbles se complementan con una banda sonora sincronizada de fondo que se reproduce en todo el lugar.
La atracción, que se trasladó este año desde la ciudad vecina Lincoln, atrae a decenas de miles de visitantes cada temporada.
“El estreno de la película ‘Frozen’ les dio un gran impulso a estas atracciones porque ahora todos dicen: ‘Oh, podemos ver un verdadero castillo de hielo’”, comentó Pasciuto.