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(FOTOS) La legendaria cárcel de la Patagonia que se convertirá en un gran desarrollo urbano

Después de más de un siglo, trasladaron la vieja Unidad Penitenciaria U9 de Neuquén a otro sitio. En el predio que ocupaba construirán torres de departamentos y modernos espacios públicos.

Por Mario Cippitelli – Neuquén, Argentina – @Chipitelix

Durante más de un siglo funcionó una de las primeras cárceles que existieron en la Patagonia argentina. Nació como una necesidad a partir del traslado de la capital del territorio de Neuquén desde la ciudad de Chos Malal hacia la zona de la Confluencia.

En aquella oportunidad, las autoridades decidieron construirla lejos del pueblo, en medio del arenal del desierto, acaso para mantener alejados de la sociedad a quienes habían cometido un delito.

Desde criminales de poca monta, cuatreros y pequeños ladrones hasta temibles asesinos de sangre fría. La Unidad Penitenciaria 9 –más conocida como la U9- fue la cárcel que albergó durante más de 100 años a criminales provenientes de distintos puntos el país. Era uno de los destinos más seguros del servicio penitenciario debido a sus características arquitectónicas y al estricto protocolo de seguridad que se implementó hasta el último día.

Por los pasillos del penal pasaron algunos integrantes de los “12 Apóstoles”, grupo que protagonizó un sangriento motín en la cárcel de Sierra Chica, provincia de Buenos Aires, uno de los cabecillas de “Los Monos”, peligrosa banda de narcotraficantes de Santa Fe y hasta “La Raulito”, famosa hincha del club Boca Juniors que llegó a Neuquén cuando el penal tenía una dependencia donde también alojaba mujeres.

La pequeña estructura que se construyó en principio fue ampliándose a medida que pasaban los años y la ciudad crecía hasta que transformó en un gran complejo penitenciario ubicado sobre una extensión de 9 hectáreas.

Ninguno de los que decidieron ubicar la cárcel en ese lugar se imaginó entonces que la ciudad de Neuquén crecería tanto hasta ser la más importante de toda la Patagonia. El desarrollo que tuvo la capital fue tan explosivo que se fue expandiéndose hacia todos los puntos cardinales a un ritmo vertiginoso. Es que de aquel pueblo de poco menos de 1.000 habitantes, la ciudad se transformó en una orbe que en la actualidad alberga a alrededor de 300.000 personas.

Las construcciones fueron avanzando también hasta la zona del este donde estaba ubicado el viejo presidio. La urbanización rodeó la cárcel y siguió imparable de tal manera que la legendaria construcción finalmente quedó ubicada en pleno centro.

Sin embargo, el derruido edificio carcelario finalmente tuvo fecha de vencimiento. La construcción de una cárcel moderna en una localidad cercana a la ciudad de Neuquén fue determinante para que las autoridades decidieran trasladar a todos los presos a ese lugar para liberar el enorme predio. Así el gobierno nacional dispuso el traspaso a la provincia de 4,5 hectáreas, mientras que el resto quedó destinado a una subasta de lotes donde seguramente se construirán torres de departamentos.

Para que la comunidad participe en el debate sobre qué hacer en las tierras que quedaron como espacio público, el gobierno impulsó un concurso nacional de arquitectos que serán los encargados de tomar las ideas que propusieron los habitantes de Neuquén -a través de una consulta popular que se hizo especialmente-, para finalmente plasmarlas en un proyecto.

Un enorme espacio verde, un centro cultural, un ámbito para desarrollar deportes o un paseo al aire libre son las posibilidades que los especialistas estudiarán y volcarán en un plano para cambiar definitivamente ese céntrico lugar que tiene la capital de Neuquén.

En pocos años más, las casi 10 hectáreas que tierras y edificaciones viejas dejarán paso a la urbanización moderna. Sólo quedará la fachada de la vieja cárcel. Será un ícono de la historia local. Un edificio trunco de rejas y ladrillos que servirá para recordar cómo comenzó a poblarse esa parte de la Patagonia.