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(FOTOS) Las bodas falsas, el nuevo furor en Argentina

Por Catalina Oquendo – Buenos Aires, Argentina

La idea comenzó casi en broma. Un grupo de cinco amigos: publicistas, un ingeniero, un abogado y un filósofo estaban aburridos porque ninguno de sus amigos cercanos quería casarse. No había bodas a la vista y ellos querían fiesta!

“¿Y si hacemos una Falsa Boda, invitamos gente y festejamos?’, dijo uno de ellos, como recuerda Joaquín Alterman, uno de los fundadores. Ellos, que se dedicaban a hacer fiestas temáticas, vieron una posibilidad de divertirse: contrataron dos actores, se inventaron una historia en la que la novia dejaba al novio antes del matrimonio y armaron la fiesta en La Plata, a 60 kilómetros de Buenos Aires. Les llegaron 300 invitados.

Y así comenzó hace cinco años un evento que se ha convertido en furor en Argentina y luego se transformó en su empresa. Se trata de una especie de obra de teatro y fiesta en la que hay una novia vestida y un novio, vestido blanco e invitados de gala, pero en realidad nadie se casa.

Días previos a la Falsa Boda, en la página web del evento, los participantes reciben un link con la invitación y eligen qué rol quieren jugar: ser los amigos de los novios o los familiares. Ahí comienza todo el juego y los asistentes les mandan videos a los supuestos novios, comparten fotos del vestido que se pondrán etc. Es decir, se meten en sus personajes antes y durante el casamiento.

“La gente siempre está ávida de nuevas experiencias y esta es una oportunidad para eso. Es un evento transmedia en el que se sienten parte de una obra de teatro y claro, también aprovechan para conocer gente”, cuenta Alterman.

-El amor en medio de la ficción-

Su público más cautivo tiene entre 25 y 40 años de edad, y son grupos de amigos que aprovechan para conocer chicas que van en la misma actitud de reírse de la boda ficticia y festejar. “Como todos van lindos, de gala, se vuelve una oportunidad maravillosa”, agrega el fundador de este evento, cuyas entradas oscilan entre los 35 y 50 dólares.

Flor Caccamo, de 25 años, es una joven que asistió a una fiesta de este tipo. “Yo fui con un grupo de cuatro amigas y estuvo muy buena. Me la habían recomendado y me gustó eso de tener que vestirse de gala”, cuenta.

Lo paradójico es que de las falsas bodas también han salido uniones reales.

En una de las fiestas en Uruguay se conoció una pareja que ahora se va a casar de verdad; también el actor que hizo de novio en la primera fiesta conoció a su actual novia ahí. Y hay un grupo de amigos que se hicieron tan fanáticos de las falsas bodas que un día antes del evento hacen también una despedida de soltero de mentira.

-¿Por qué atraen estas fiestas?-

El grupo de creadores de la Falsa Boda que dejó sus profesiones y se dedicó de lleno a esta empresa partió de una realidad: la gente ya casi no se casa.

De hecho, según las estadísticas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en 1980 se casaron 17.000 personas en la ciudad; mientras en 2016, fueron solamente 11.630, pese al gran aumento de la población.

“Hacer una boda es costoso (en Buenos Aires se calcula que cueste 11.000 dólares), entonces la gente se pregunta si vale la pena gastarse la plata en demostrar que quieren a alguien, también los rituales cambiaron y muchos se van a vivir juntos sin casarse”, dice Alterman.

Desde el 2013, la empresa de fiestas falsas ha hecho 37 bodas y han pasado por ellas al menos 15.000 invitados. Comenzaron en La Plata y Buenos Aires, pero ya suman 13 ciudades, incluida Moscú, Rusia.

Y ahora, el próximo 4 de noviembre, realizarán la primera Falsa Boda igualitaria, para la comunidad LGBTI.