A FONDO-Científicos ayudan a tabacaleras a producir cigarrillos electrónicos de menor riesgo

Diversos tipos de cigarrillos electrónicos a la venta en una tienda en Roma, feb 27 2015. Diversos tipos de cigarrillos electrónicos a la venta en una tienda en Roma REUTERS/Tony Gentile

Por Toni Clarke WASHINGTON (Reuters) - Científicos que han dedicado años a desarrollar fármacos para tratar enfermedades como el cáncer están ahora trabajando para las compañías tabacaleras en la fabricación de cigarrillos electrónicos. Philip Morris International Inc ha contratado a más de 400 científicos y técnicos en su planta de investigación de Neuchatel, en Suiza, entre ellos a toxicólogos, químicos, biólogos, bioestadísticos y expertos en temas de regulación. Altria Group Inc, el fabricante de los cigarrillos Malboro, reclutó a decenas de científicos y expertos en salud, al igual que compañías independientes como NJOY. Los nuevos empleados brindan experiencia sobre el desarrollo de dispositivos inhaladores y formas de hacerse camino entre las regulaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas inglés), un conocimiento valioso para el nuevo mundo de los cigarrillos electrónicos. Afirman que intentan mejorar la salud pública. "Si tienes un producto que previene el cáncer en primer lugar puedes tener un impacto mucho mayor en la salud pública", dijo Gizelle Baker, un bioestadístico en Neuchatel que previamente trabajó antes en la firma Poniard Pharmaceuticals, que desarrolla tratamientos contra el cáncer. La meta es mejorar la generación actual de cigarrillos electrónicos y, cuando sea posible, mostrar evidencia de que reducen el riesgo de enfermedades. Las compañías que tuvieron éxito tienen una ventaja en un mercado que Bonnie Herzog, analista de Wells Fargo Securities, espera que sobrepase a los cigarrillos comunes en Estados Unidos en la próxima década. Los productos que la FDA ha declarado como de menor riesgo pueden ser tratados con mayor indulgencia para las cuestiones regulatorias. "Si las compañías tabacaleras pueden probar que hay un riesgo reducido, los cigarrillos electrónicos probablemente estarán menos regulados y gravados que los cigarrillos", dijo Philip Gorham, analista en Morningstar que considera que PMI (Philip Morris Internacional) está liderando esta tendencia en la industria. "Si no pueden, probablemente quedarán sujetas a las mismas restricciones", agregó. LICENCIA SOFISTICADA PMI ha invertido más de 2.000 millones de dólares en desarrollar y evaluar productos con menor riesgo. El año próximo planea solicitar una declaración de riesgo modificado con la FDA para su producto iQOS, una barra de tabaco que se calienta lo necesario para producir un atomizador pero no hace combustión. La quema de tabaco produce buena parte de los químicos tóxicos. La compañía apuesta a que la presencia de tabaco real pueda hacerlo más satisfactorio para los fumadores que los cigarrillos electrónicos existentes. También está desarrollando la próxima generación de cigarrillos electrónicos. Pero comprobar que un producto reduce el riesgo requiere una ciencia sofisticada y la FDA quiere ver beneficios de salud tanto para los fumadores individuales como para la población general. Manuel Peitsch, profesor de bioinformática en la Universidad de Basil y ex directivo de Novartis AG y GlaxoSmithKline Plc, ayuda a liderar una iniciativa en PMI para analizar los componentes en el vapor, determinar su efecto en las células y demostrar cuán proclives son los productos de causar enfermedades. La compañía también está realizando ensayos clínicos en humanos para evaluar si los productos reducen la exposición de una persona a elementos dañinos y, si es así, si esa disminución corresponde a un menor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, cardiopatía o enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Históricamente, las fabricantes de cigarrillos no han contado nunca con personal tan calificado en áreas de salud. Pero ellos constituyen la base de la industria farmacéutica, el sector a dónde están acudiendo ahora las tabacaleras para encontrar talentos. "En esencia, ellos se han estado preparando para esto durante 20 años", dijo el doctor David Kessler, ex comisario de la FDA que encabezó la investigación de la agencia a la industria del tabaco en la década de 1990. "Ellos entendieron hace tiempo que están en el negocio de distribución de nicotina", declaró. EN BUSCA DE NUEVOS EMPLEADOS Los ejecutivos del tabaco dicen que han encontrado profesionales de la industria farmacéutica dispuestos a trabajar con ellos, gracias en parte a una ola de fusiones y adquisiciones que ha dejado a muchos investigadores buscando un empleo. La crisis financiera del 2008 provocó decenas de miles de recortes de puestos de trabajo y sacudió incluso a quienes tenían sus puestos asegurados. No todas las compañías tienen recursos para conducir esta clase de ensayos clínicos iniciados en PMI, pero muchas están buscando a expertos en dispositivos médicos que puedan ayudar a elevar la calidad de sus productos. Chenyue Xing es una ingeniera química que trabajó para MAP Pharmaceuticals y la firma de investigación de fármacos contra el cáncer Genentech. Hace dos años, se integró a la compañía Pax Labs Inc, con sede en San Francisco, donde combina y prueba fórmulas potenciales de nicotina líquida. El trabajo es similar que en MAP, donde probó los ingredientes para usarlos en los dispositivos inhaladores de la compañía. Pero a Chenyue le gusta la atmósfera empresarial de Pax y la idea de crear un alternativa libre de humo para los cigarrillos. "Crecí en China, donde hay muchas menos áreas libres de humo de cigarrillos", explicó. "Soy muy sensible a los olores, y por mucho tiempo, si hay personas fumando al lado mío, he tenido que contener parte de la respiración", dijo. El doctor Joshua Rabinowitz, presidente ejecutivo interno de NJOY, dijo que se encuentra atraído por el potencial para la salud pública que tienen los cigarrillos electrónicos. Rabinowitz cofundó Alexza Pharmaceuticals Inc, que fabrica un inhalador que permite que los medicamentos sean absorbidos rápidamente por el torrente sanguíneo. Algunos expertos ayudan a las compañías a cumplir con las regulaciones de la FDA y llevar adelante a nuevos productos por el proceso de aprobación de la agencia. Para encabezar la división de asuntos regulatorios, Altria contrató a James Dillard, un ingeniero biomédico de la Universidad de Tulane que había pasado 13 años en la FDA y que llegó a convertirse en director de dispositivos cardiovasculares y respiratorios del grupo. En tanto, PMI contrató para un rol similar a Bruce Clark, como vicepresidente de asuntos regulatorios y científicos, un cargo que tenía previamente en la farmacéutica Apotex Inc. Algunos nuevos profesionales de la industria de salud están dispuestos a desarrollar productos de tabaco de riesgo reducido pero no para una compañía que también elabora cigarrillos. "Toda esta puesta en marcha es esquizofrénica", dijo el doctor Lars Erik Rutqvist, un oncólogo y ex profesor del Instituto Karolinska de Suecia que ha recibido ofertas de trabajo de tabacaleras. "Yo no querría ser parte de eso porque ellos aún obtienen buena parte de sus ganancias de los cigarrillos", aseveró. En lugar de ello, Rutqvist trabaja para la firma sueca Match AB, que vende productos de tabaco sin humo conocidos como "snus". La compañía fue la primera en presentar a la FDA un nuevo diseño de aplicación que presuntamente representaba menos riesgos. Un panel de expertos de la FDA recomendó en abril a la agencia rechazar el producto. VIEJOS PECADOS La industria del tabaco ha reclutado expertos médicos antes, pero no a la escala que lo está haciendo en la actualidad. Muchos especialistas en salud pública cuestionan los motivos detrás del actual reclutamiento. Temen que los cigarrillos electrónicos no beneficien en nada a los fumadores y, en cambio, sólo introduzcan a una nueva generación al mercado de la nicotina justo cuando las tasas de tabaquismo están en baja. "Con cada nueva generación de productos existe la tentación de creer que antes eran malos pero ahora son buenos", dijo Matthew Myers, líder de la Campaña por Niños Libres de Tabaco. Victor DeNoble, psicólogo experimental especializado en el impacto de las drogas en el cerebro, se unió a Philip Morris en 1980 para crear un cigarrillo que causara menos ataques cardíacos, un desafío que le resultaba emocionante. Pero cuando su trabajo reveló que la nicotina es adictiva, la empresa cerró su laboratorio y prescindió de la pesquisa. Una década después, DeNoble se convirtió en el primer informante en testificar contra la industria ante el Congreso estadounidense. "La industria del tabaco ahora dice 'cometimos errores y queremos corregirlos, por eso queremos que se una a nosotros'", dijo DeNoble. "El atractivo sigue siendo la salud pública. Pero ya estoy mayor y más sabio, y no puedo confiar en una industria que reiteradas veces ha roto sus promesas", finalizó. (Reporte de Toni Clarke en Washington. Editado en español por Marion Giraldo, Lucila Sigal y Ana Laura Mitidieri)