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El FMI avala que la deuda argentina no es sostenible y pasa presión a los privados

Buenos Aires, 20 feb (EFE).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó el miércoles su primera visita a Argentina desde la asunción de Alberto Fernández y avaló el análisis del Gobierno de que la deuda del país "no es sostenible", al tiempo que pidió una "contribución" a los acreedores privados, que ahora deben decidir.

Los analistas económicos coinciden en que, basándose en la petición del Fondo, el Gobierno solicitará a los acreedores una quita de la deuda que podría rondar el 40 %, aunque serán los tenedores quienes decidan si "aceptan o no" esta propuesta.

LA PELOTA, EN EL TEJADO DE LOS ACREEDORES

El director de la Consultora Focus Market, Damián Di Pace, señaló a Efe que "la propuesta a los acreedores será en relación de los niveles de paridad de los bonos, actualmente entre 40 % y 50 %. Se pedirá quita de capital, interés y alargamiento de plazo, sin embargo los acreedores en definitiva son los que negocian y aceptan o no lo propuesto por Argentina".

El analista detalló que "las negociaciones con el FMI luego de la declaración del organismo se adelantan y hay sendero recorrido", unos avances que no ve "con los acreedores privados", aunque afirmó que "no se puede juzgar por lo que aún no ha comenzado, que es negociar con los bonistas".

"Es muy probable que los bonistas respondan de manera negativa ", subrayó el analista Patricio Giusto, quien recordó que "113.000 millones de dólares de deuda están en mano de bonistas privados", para quienes el Gobierno lanzará una oferta en marzo que puede llegar antes de que se cierre el acuerdo con el Fondo.

"Desde que asumió, Alberto tiene esta visión que primero hay que cerrar con los privados, y eso va a ser la señal más fuerte que se le puede dar al mercado, incluso más fuerte que renegociar con el FMI, que podría ser lo más sencillo", agregó.

EL COMUNICADO DEL FONDO, UN "FAVOR POLÍTICO"

En la Casa Rosada celebraron el miércoles el comunicado del FMI, ya que les "dio la razón", en palabras de este jueves del presidente Fernández,, sobre los reclamos que desde hace meses sostienen sobre la situación de la deuda del país, algo que Giusto interpretó como "una suerte de favor político" que fue llamativo en muchos aspectos.

"El comunicado de ayer evidentemente es algo muy positivo para el Gobierno por algunas cosas que hasta llaman la atención en el lenguaje habitual del FMI, poniéndose en el lugar del deudor. Elogiaron que Argentina estabilizó el tipo de cambio con férreos controles de cambio, algo que está en las antípodas de la postura del Fondo", valoró.

En este sentido coincide la analista Gretel Ledo, para quien el comunicado es "más que positivo", aunque lo interpreta como una "colaboración" para asegurarse que Argentina no le exija una quita al propio organismo multilateral, una postura que defendió la vicepresidenta Cristina Fernández la semana pasada, cuando afirmó que el préstamo se empleó para financiar la fuga de capitales, algo que no permiten los estatutos del FMI.

"Algunos sectores políticos todavía están cuestionando la adquisición de ese crédito en cuanto a la corresponsabilidad del FMI sabiendo que Argentina no tenía la solvencia económica como para hacer frente a semejante crédito", agregó.

Según su criterio, "el Ejecutivo va a avanzar hacia pedir una quita", a pesar de que la directora gerente de la entidad, Kristalina Georgieva, descartó esa posibilidad alegando que sus estatutos no lo permiten.

"El FMI está jugando otra carta, la de colaborar con la deuda con privados con este comunicado, y por otro lado esperar que Argentina cumpla integramente con la deuda tomada con el organismo", señaló Ledo.

EL PLAN ECONÓMICO SIGUE SIENDO DUDA

Para el experto Nicolás Alonzo, a pesar de lo positivo del mensaje en este falta "alguna valoración" sobre "el plan económico del Gobierno", que según su criterio necesita definirse más.

"La política macroeconómica por el momento es un tanto inconsistente, está teniendo un problema de deuda y por el momento no se va a poder mantener o mejorar la salud de las cuentas públicas", aseveró.

Esta tendencia la observa también en la política monetaria, por lo que considera que por ahora las decisiones del Gobierno están más enfocadas "en la estimulación económica a corto plazo".

"Todo lo que tuvimos son definiciones por el lado de los ingresos y no de los gastos. Faltan definiciones hacia adelante de cómo se va a manejar la política fiscal", declaró.

PRÓXIMA PARADA: RIAD

Tras esta intensa semana las negociaciones no dan tregua, sobre todo si el Gobierno quiere cumplir con la meta que se impuso de llegar a un acuerdo antes del 31 de marzo, que este jueves reiteró el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y que no es "una fecha caprichosa".

"Es un plazo que nos autoimpusimos porque después hay vencimientos que son muy duros por delante. (...) Necesitamos tener ahí algún marco de referencia de la negociación, de avance, y si tenemos la posibilidad de tener cerrados los acuerdos, muchísimo mejor", destacó.

La próxima ronda de negociaciones se producirá en los próximos días en Riad, donde el ministro de economía, Martín Guzmán, se volverá a ver las caras con Georgieva con la reunión de ministros del G20 como fondo.

Giusto cree que Guzmán acudirá a la capital saudí "envalentonado, volviendo a sostener su posición de que Argentina necesita quitas", mientras que el FMI "se va a mantener en su postura de que no puede", y augura que comenzará a trascender "mayor precisión sobre las fechas" en las que se pueda cerrar el acuerdo.

Aitor Pereira

(c) Agencia EFE