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Florida, epicentro de una política estadounidense divisiva

TALLAHASSEE, Florida, EE.UU. (AP) — Florida ha pasado a ser el epicentro de una política estadounidense marcada por profundas divisiones en la recta final de la campaña con miras a las elecciones de mitad de término.

En una contienda sumamente reñida por la gobernación, el candidato republicano Ron DeSantis ha empleado lo que algunos consideraron un lenguaje con tonos racistas para criticar a su rival demócrata Andrew Gillum. Las batallas por la gobernación y por una banca clave en el Senado nacional se libran en comunidades que todavía se recuperan de un huracán feroz y de una de las balaceras más letales del país.

Se analizan prácticamente todos los temas sociales, incluidos el control de la venta de armas, el racismo y el medio ambiente.

Ello representa un cambio en un estado donde todo se decidía siempre al final y en el que los partidos tradicionalmente se enfocaban en conquistar el voto de los moderados, sobre todos los que viven a lo largo de la ruta interestatal 4, que pasa por Disney World. Eso ya no sucede en la era de Trump, en que los dos bandos tratan de movilizar a sus partidarios más fervorosos.

“Esta elección ofrece una opción entre resultados y resistencia”, dijo Trump a una multitud durante un acto en el sudoeste de la Florida. “Es realmente una elección entre la grandeza y la paralización”.

Trump estuvo en el estado una vez y tiene planeada otra visita esta semana para impulsar las candidaturas de DeSantis y del gobernador Rick Scott, que busca una banca en el Senado.

Los demócratas también disparan con artillería pesada. El ex presidente Barack Obama tiene planeada una presentación y ya vino el senador Bernie Sanders, quien exhortó a votar por Gillum, alcalde de Tallahassee que podría ser el primer gobernador de raza negra que tiene el estado.

En su presentación en la Universidad del Centro de la Florida, Sanders despotricó contra Trump y dijo que el presidente vino al estado porque teme que DeSantis pierda la contienda por la gobernación. DeSantis ganó las primarias republicanas derrotando a un rival con muchos más fondos, en buena medida por el apoyo que le brindó Trump.

“Le digo a Donald Trump: Este país ha luchado contra distintos tipos de discriminación por demasiados años”, expresó Sanders. “Hoy le decimos a Trump, ‘no vamos a volver a discriminar. Vamos hacia adelante, a festejar nuestra diversidad’”.

La encendida retórica de los últimos días podría movilizar a mucha gente que tal vez no hubiera votado.

Da toda la impresión de que la participación será más alta que la de las últimas cinco elecciones de mitad de término, a lo largo de dos décadas. Hasta el miércoles, más de 3,7 millones de personas ya habían votado por correo o en centro especiales.

La tensa campaña entre DeSantis y Gillum incluyó acaloradas discusiones sobre asuntos raciales y sobre una prolongada investigación que el FBI lleva a cabo en la ciudad de Gillum.

Después de las primarias DeSantis usó una expresión en inglés que incluía la palabra “mono” (monkey this up) para decir que se echarían a perder las cosas si se elige a Gillum. Los demócratas dijeron que la expresión tenía un marcado tono racista. Trump tildó a Gillum de “ladrón” y corrupto, lo que el alcalde atribuyó a su deseo de acentuar estereotipos negativos de los negros.

La puja por una banca en el Senado entre Scott y el actual gobernador demócrata Bill Nelson ha pasado a segundo plano, pero también ha incluido todo tipo de insultos y de avisos televisivos negativos en los que se invirtieron decenas de millones de dólares. Scott dice que Nelson es un político de carrera que no hace nada, en tanto que Nelson afirma que no se puede confiar en Scott por cuestionamientos en torno al manejo de sus finanzas siendo gobernador.

Por meses Scott mantuvo distancia con Trump e incluso no estuvo de acuerdo con él en temas como la cantidad de muertos que causó el huracán María en Puerto Rico. Pero se presentó con Trump en la visita del mandatario al sudoeste del estado y planeaba mostrarse nuevamente con él el viernes en Pensacola. Para algunos votantes, eso puede ser decisivo.

“No me gusta mucho Rick Scott”, dijo Allison Chiddo, residente de West Palm Beach que asistió al acto de Trump en Estero. “Es parte del pantano. No le voy a meter cuentos. No confío en ninguno de los dos. Voy a votar como diga Trump”.

Durante el acto de mitad de semana en el que estuvo Trump, DeSantis dijo que Gillum era un “alcalde fracasado” que “se junta con Bernie Sanders”.

Gillum, por su parte, se presentó en un restaurante de Destin esta semana y casi ni mencionó a Trump o DeSantis.

“No me importa quién está del otro lado, siempre voy a hacer fuerza por la Florida, sea Donald Trump o Ron DeSantis, si vienen a la Florida, si quieren perjudicar a la gente de la Florida, van a tener que lidiar conmigo”, manifestó.

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Los reporteros de la Associated Press Tamara Lush (Estero), Mike Schneider (Orlando) y Brendan Farrington (Destin) colaboraron en este despacho.