Un agente relata "el infierno" del atentado de ETA en el cuartel de Villafranca

Madrid, 28 sep (EFE).- Un guardia civil ha relatado en el juicio al histórico exdirigente de ETA Ignacio Bilbao el "infierno" que supuso el atentado cometido por ETA en 1983 en el cuartel de Villafranca de Ordicia (Guipúzcoa), en el que un compañero suyo murió y él y otro agente resultaron gravemente heridos.

La Audiencia Nacional ha celebrado este lunes el juicio de Ignacio Bilbao Beascoechea, Iñaki de Lemona, ya condenado por otras causas de la banda terrorista y extraditado en 1999 a España por Francia, donde fue detenido en 1992, y para quien la fiscal ha pedido que sea condenado a 74 años de prisión por este atentado.

Iñaki de Lemona se ha negado a contestar a la fiscal y se ha limitado a negar su participación en el atentado a una pregunta de su abogado, que ha solicitado su absolución.

El letrado defensor ha pedido además la puesta en libertad del acusado alegando que lleva ya 31 años en la cárcel y que se ha superado el máximo legal de 30.

En su turno de última palabra Iñaki de Lemona ha manifestado que el día en el que iba a quedar en libertad tras cumplir sus condenas se le comunicó el procesamiento por esta causa. "No sé qué pinto aquí en este procedimiento", ha concluido el acusado.

En la vista ha declarado uno de los guardias civiles heridos que ha recordado que sobre las ocho y media de la tarde del día del atentado, el 2 de febrero de 1983, formaba parte de una patrulla de dos coches de la Guardia Civil que salían del cuartel de Villafranca de Ordicia.

Él viajaba solo en el primer vehículo y sus dos compañeros iban en otro detrás y ha narrado: "Nada más salir, al parar en un stop para incorporarnos a la carretera nacional I se produjeron una explosión y disparos de metralleta, nos tiraron dos granadas y nos dejaron destrozados".

"Había bastantes terroristas que disparaban desde varios lugares", ha señalado, para añadir que a pesar de que recibió impactos en varias partes del cuerpo pudo salir e intentó repeler con su arma la agresión.

"Empecé a disparar para que no nos remataran en el suelo como suelen hacer los asesinos", ha apostillado.

El agente, que ha indicado que no pudo identificar a los terroristas porque ya era de noche y estaba lloviendo, ha comentado que el vehículo en el que viajaban sus compañeros quedó destrozado por el impacto de las granadas.

"Duró seis minutos muy intensos y el ataque cesó cuando se quedaron sin munición. Fue un infierno aquello", ha recalcado.

Ha asegurado que sufrió heridas en un brazo, en el abdomen, en un tobillo y en una pierna y que las secuelas de esta última se han agravado con el paso del tiempo.

También ha testificado un guardia civil que realizó la inspección ocular de la zona tras el atentado, que ha corroborado la tesis de la fiscal de que fue una auténtica emboscada llevada a cabo por los terroristas escondidos en un monte cercano distribuidos en puntos diferentes.

"Aquello fue una canallada con premeditación y alevosía. El segundo coche fue el más afectado y al recibir el impacto de las granadas salió ardiendo. Fue horrible", ha relatado el testigo.

Igualmente ha declarado como testigo el expreso de ETA, condenado por varios delitos, entre ellos este atentado, José Miguel Latasa Getaria, que en su día renunció a la violencia y que se encuentra en libertad desde 2013.

Ha reconocido que llevó a cabo tareas de información a la banda de los movimientos de los guardias civiles en el cuartel de Villafranca de Ordicia y que recibió en su domicilio a etarras del comando Gohierri Costa, pero que no recuerda si Iñaki de Lemona participó en este atentado.

La fiscal le ha advertido de que en su día reconoció con casi seguridad a Iñaki de Lemona ante lo que se ha remitido a lo que manifestara en su día.

La representante de la Fiscalía ha calificado los hechos de "vil actuación y crimen atroz" y ha recordado que por los mismos ya fueron condenados también Pedro José Picabea Ugalde y Juan Lorenzo Lasa Michelena.

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