Filipinas reconoce que tardará más de un mes en controlar el vertido tóxico
Manila, 7 mar (EFE).- Los guardacostas de Filipinas anunciaron este martes que tardarán más de un mes en controlar el vertido tóxico de aceite industrial que afecta ya a decenas de pueblos costeros, tras el hundimiento de un carguero en el centro del archipiélago.
En una rueda de prensa, el comandante de los guardacostas, Artemio Abu, admitió este martes que Filipinas carece de equipamiento suficiente para realizar la operación en menos de un mes.
"Seamos honestos. ¿Un mes? No es tan fácil", reconoció Abu, quien añadió que los guardacostas pretenden utilizar vehículos robotizados para la operación.
El anuncio llegó después de que el ministerio de Medio Ambiente de Filipina (DENR, por sus siglas en inglés) informara este lunes de que podrían haber encontrado el buque hundido a unos 400 metros de profundidad, lo que dificultaría las labores de sellado de la vía por la que escapa el aceite.
El buque MT Princess, un carguero con bandera filipina y construido el 2022, zozobró el pasado martes con 800.000 litros de aceite industrial en su carga, tras romperse el motor y navegar a la deriva a raíz del fuerte oleaje que azotó la costa de Romblón.
El carguero, según DENR, estaría localizado frente a la costa de la localidad de Pola, en Mindoro Oriental, uno de los pueblos costeros más afectados por la catástrofe, y se habría movido en dirección sudeste desde la última posición registrada antes de su hundimiento.
Precisamente en Pola, donde el chapapote ennegrece las playas de arena blanca y sus aguas cristalinas, las autoridades locales anunciaron la víspera que 14 personas enfermaron a causa del vertido, experimentando vómitos, mareos y calambres.
Solo en la provincia de Mindoro Oriental - la zona más afectada -, el gobierno declaró ayer lunes el estado de catástrofe en más de 78 localidades que ya sufren la llegada del vertido a sus costas.
Por su parte, el Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Filipinas, que estudia estos días las áreas marinas de alto valor medioambiental impactadas por el vertido, estima que unas 20.000 hectáreas de arrecife de coral y unas 9.000 de manglares se han visto ya afectadas.
El vertido alcanzó este fin de semana una de las islas de Caluya, a tan solo 18 millas náuticas (unos 33 kilómetros) de Boracay, el mayor destino turístico del país, lo que disparó las alarmas en la todavía maltrecha industria turística filipina, que trata recuperarse tras la pandemia.
(c) Agencia EFE