‘Fico’ Gutiérrez necesita un nuevo enfoque de campaña para logra la presidencia de Colombia | Opinión

Este domingo 29 de mayo, tendrá lugar en Colombia la primera vuelta de la elección presidencial. Las encuestas indican que Gustavo Petro ganaría la elección por dos dígitos de ventaja, tanto en la primera vuelta como en el balotaje.

Varias razones concretas explican el éxito electoral del señor Petro.

En primer lugar, destaca la calidad de la campaña del candidato del llamado Pacto Histórico.

En su tercer intento por llegar a la presidencia, Petro ha conseguido superar la imagen de guerrillero violento, populista y autoritario. En su lugar, Petro ha sabido posicionarse como el candidato anti-sistema y “progresista” como él mismo gusta decir. Su mensaje de hacer “girar la economía alrededor de la vida”, y lograr una “Colombia Humana” ha calado profundamente en la juventud (18-25 años), que lo apoya en un 70%.

La segunda razón que explica el éxito de Petro, tiene que ver con las deficiencias de la campaña de su principal contendor, el exalcalde de Medellín, Federico Gutiérrez. Fico, como le llaman popularmente, no ha sabido desmarcarse del uribismo y la clase política tradicional, a pesar de los esfuerzos por presentarse como un hombre cercano, simpático, despeinado, con un aire de desprendimiento por el poder y un fuerte acento regional antioqueño— que lo distancia de las élites políticas bogotanas.

Fico dice ser el “candidato de la gente”, un mensaje excesivamente orientado a la clase media, que aliena a los indecisos y que no alcanza a convencer a un grupo significativo de colombianos —el 40% del país— que rechaza tanto al Petro (“violento y populista”), como al uribismo (“corrupto y excluyente”).

Representantes del pasado

Si escuchamos de cerca, ambos polos representan el pasado, de modo que habría en teoría una ventana para que Fico se alzara con la victoria en la segunda vuelta. Para lograr ese objetivo, necesita hablarle a ese segmento de inconformes con el estamento político, como sí lo ha hecho Rodolfo Hernández, exalcalde de relativo éxito en Bucaramanga y víctima personal de la guerrilla, al haber perdido a una hija a manos del ELN en 2004 .

Hernández es un personaje pintoresco y contradictorio, que ha puesto su foco en la anti-política y en el combate a la corrupción, de la que se beneficia, según él dice, toda la clase dirigente en Colombia. Las contradicciones de Hernández no son pocas: tiene abiertas 34 investigaciones disciplinarias ante la Procuradoría, una de ellas por injuriar y golpear a un concejal y otra por insultar a los bomberos de su localidad.

Pero los temas de temperamento no son los únicos obstáculos que enfrenta el señor Hernández. “El Ingeniero” como lo llaman, llega a esta primera vuelta sin una estructura de movilización electoral de alcance nacional que le permita capitalizar el empate virtual que mantiene con Federico Gutiérrez con un 20% del total de votos.

De modo que el gran favorito para pasar a la segunda vuelta es Fico. La pregunta que cabe hacerse es la siguiente, ¿tendrán Gutiérrez y su equipo la habilidad para separarse del lastre electoral que implica su asociación con el uribismo?

Es más, ¿tendrá el propio Álvaro Uribe así como los demás expresidentes colombianos, la disciplina y humildad para apartarse de la contienda electoral y permitir que Gutiérrez desarrolle con libertad los temas de campaña que realmente le interesan a la población descontenta con el estamento político?

Fico necesita desesperadamente dejar de alimentar la polaridad Petro-Uribe, o si prefieren Petro-Clase Política, e imponer de cara a la segunda vuelta, un nuevo eje de campaña, ¿y qué es exactamente un “eje de campaña”? Es una manera de entender la carrera electoral en términos absolutamente dilemáticos o dicho en palabras prácticas, Gutiérrez necesita plantearle a los colombianos un dilema distinto, más relevante y cautivante que aquél propuesto por Petro y su “Colombia Humana”.

La Causa es Colombia

Fico necesita decirle a los ciudadanos que en esta oportunidad el país se debate entre la Colombia y la anti-Colombia y que la anti-Colombia la componen, no solo el señor Petro y su revanchismo socialista, sino toda esa clase política que le ha dado la espalda a las aspiraciones de inclusión, respeto y prosperidad de la mayoría de los colombianos. Fico está en perfectas condiciones de decirle al país que La Causa es Colombia, que la Causa es la Prosperidad y la Dignidad de los colombianos, y no las peleas mezquinas de la clase política que a nadie interesan.

Fico está a tiempo de imponer un nuevo “eje”, un nuevo dilema, una nueva conversación en la que toda la clase política, incluido allí Petro, son percibidos como el pasado y como el polo excluyente de la ecuación. El tiempo se agota y hoy más que nunca, La Causa es Colombia.

Aquiles Esté es PhD en Semiótica, Director de Estrategia en Taga / Brand Consultants y Profesor de Content Management en la Escuela de Negocios de la Universidad de Miami.