FIBA: cuestión de género

Naturaleza Trans

(Uruguay). Dramaturgia y dirección: Marianella Morena. Testimonios en escena: Alisson Sánchez, Nicole Casaravilla y Victoria Pereira Sala: Dumont 4040. NUESTRA OPINIÓN: Buena.

En Naturalez trans los testimonios de vida de Alisson Sánchez, Nicole Casaravilla y Victoria Pereira son tan incuestionables como poseedores de una contundencia arrasadora. Ella son mujeres, mujeres trans, mujeres trans pobres nacidas en un pueblo fronterizo del Norte uruguayo en el cual, con apenas cruzar una calle, se está en Brasil. El portuñol se impone, fluye en ellas. No así otras decisiones de género en sociedades regidas por un patriarcado discriminatorio. El proyecto nació en el marco de un laboratorio experimental coordinado por la reconocida experimentada directora y dramaturga uruguaya quien le fue desplegando las formas de esta propuesta de teatro documental. Ninguna de las tres tiene formación teatral, pero eso es lo menos. A lo sumo queda pensar que la decodificación escénica de esos testimonios no llega a desplegar una poética con la contundencia de esos relatos. Y cabe preguntarse otra cuestión que está fuera de la naturaleza de esta propuesta: ¿será el FIBA en sección internacional el marco adecuado para esta propuesta o requeriría de otra plataforma que enmarque a esta inquietante búsqueda?

Alejandro Cruz

Yo (no) estoy loca

(Colombia). Libro y dirección: Fabio Rubiano Orjuela. Actuación: Marcela Valencia. Hoy, a las 21. Teatro El Picadero. NUESTRA OPINIÓN: Buena.

Histéricas, brujas, locas de la casa, al borde del ataque de nervios, las voces femeninas históricamente han sido neutralizadas por medio de la descalificación. Si la norma decide que "esa mujer" no está en sus cabales, se la silencia y disciplina mediante la condena social. Contra ese complot se levanta el unipersonal Yo (no) estoy loca, que el autor y director Fabio Rubiano escribió basado en las anécdotas de la actriz Marcela Valencia, dupla fundadora del Teatro Petra en Bogotá hace 35 años.

Con solo unas sillas en el escenario, Valencia cuenta la historia de Cielo, desde chica acosada por el latiguillo del "estás loca" de la familia, novios, marido, empleados de oficina y todo aquel que recibiera una opinión crítica de su parte. Y lo hace con un tour de force imparable: durante casi hora y media de relato fragmentado, la actriz narra sus andanzas al público (previo aviso acerca de cómo lo hará) en primera o tercera persona y en diferentes tiempos verbales, a la vez que entra y sale de más de una docena de personajes. Un trabajo de dirección muy preciso, cuyo contenido protofeminista divierte si bien parece más cercano al circuito comercial que a las propuestas de un festival.

Leni González