Fernando Alonso muestra su verdadera cara y apunta sin miedo a la FIA
Hasta ahora habíamos visto a un Fernando Alonso desconocido. Despreocupado. Simpático. Casi zen. El piloto asturiano, en su regreso a la Fórmula 1, ejercía su papel de veterano a la perfección. Cuando empezó la temporada, se sabía en un coche que estaba muy lejos de los puestos de cabeza. No le importó. Su compañero Esteban Ocon, joven, prometedor y francés, asunto nada baladí teniendo en cuenta que corren en Alpine, podía partir como el teórico coche uno de la escudería. Tampoco le pareció mal. Se limitaba a testar el bólido, conducir y confiar en que su talento le abriese paso.
En redes sociales era un Alonso completamente nuevo. Bromeaba con sus aficionados, retuiteaba highlights y hacía memes. Nada que ver con aquel piloto extremadamente hábil en la pista, pero al que cada acto social se le hacía bola de forma indisimulada. Estaba relajado, como si corriese sin presión.
Hasta que los resultados han comenzado a llegar. En Sochi, la que probablemente sea la mejor carrera de la temporada, con condiciones mixtas, donde de verdad aflora el talento, el piloto español mostró su mejor cara. Asombró en la salida, dio un auténtico recital de adelantamientos en pista y únicamente terminó sexto porque la lluvia dio un vuelco a la clasificación como si una partida de Mario Kart se tratase, ya que hasta las últimas vueltas ocupaba posiciones de podio. Toda una master class solo al alcance de uno de los mejores pilotos de la historia.
6-5-4-3 Caramba ! @AlpineF1Team was mega fast yesterday! It was fun 😈😇. pic.twitter.com/28I1rdYq6P
— Fernando Alonso (@alo_oficial) September 27, 2021
Aquel Alonso desatado con la pisa mojada, vintage, ha traído a otro Alonso, el que señala a la FIA directamente cuando huele a chamusquina. Así lo ha hecho en la previa del Gran Premio de Turquía, cuando se le ha cuestionado por los movimientos que realizó durante la salida en Rusia.
El piloto ovetense frenó muy tarde en la primera curva del circuito de Sochi, que admeás suele ser fuente frecuente de incidentes, por lo que no pudo meter el coche en la curva, se fue por la escapatoria y regresó a pista por el camino diseñado por el director de carrera. Aquello no le hizo perder ninguna posición y no está claro si le ayudó, ya que ganó algo de tiempo pero le hizo llegar a final de recta a menor velocidad, por lo que terminó demarrado.
Lo que sí le ha generado son preguntas sobre ello en rueda de prensa. Algo que ya se esperaba. "Fue solo para confirmar que cuando hago algo, tienen un comportamiento diferente y una repercusión diferente en el siguiente evento. He sido el idiota en la pista durante la mayor parte del campeonato, me han adelantado por fuera del circuito muchas personas durante las primeras carreras. Incluso en Austria, recuerdo Austria 1 y Austria 2, y no pasó nada. No hubo preguntas en la siguiente carrera. Ahora, después de Sochi, hay una pregunta sobre ello. Es una confirmación", dijo.
Además, no dudó en sembrar la duda sobre las posibles intenciones. "Hay reglas diferentes para personas diferentes, o, digamos que se habla diferente la semana siguiente con diferentes personas", espetó. Claro que el asturiano no es de andarse con indirectas, por lo que rápidamente recordó un suceso protagonizado por el británico Lando Norris, quien había cruzado la línea blanca de boxes. "A ver el próximo que cruce la línea blanca en la entrada a boxes de qué nacionalidad es y qué sanción recibe", espetó.
A nadie se le escapa que la Fórmula 1 es un deporte fundamentalmente anglosajón, sobre todo en sus órganos rectores. Sembrando la sombra de la duda sobre la imparcialidad de la FIA en algunas de sus decisiones, en este caso con Norris, es imposible no recordar algunas de las polémicas que vistieron sus duelos con otro piloto inglés, Lewis Hamilton.
Alonso se sabe ahí y, en este contexto, ha mostrado su cara verdadera. El hecho de que esté cosechando resultados, que poco a poco su nombre vaya escalando puestos en la posición general, que se lea en batalla directa con los nuevos gallos del corral, ha aumentado la atención sobre él de forma exponencial. En estas circunstancias, aparece la bestia competitiva que no se deja pisar por nada ni nadie. El que no se calla nunca en ruedas de prensa, sin miedo a represalias. Un Fernando Alonso que conocemos a la perfección.
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