Ferentino, símbolo del renacimiento cultural de Italia tras la pandemia

Ferentino (Italia), 5 jun (EFE).- Ferentino está destinado a convertirse en otro pueblecito italiano turístico. A solo una hora de Roma, esta pequeña "joya" milenaria con ruinas y edificios de todas las épocas busca salir del anonimato, empujada por la restauración de su teatro romano que comienza el próximo lunes, un "símbolo" del "renacimiento cultural de Italia tras la pandemia".

Construida por los hérnicos sobre una colina en el valle del río Sacco, flanqueada por una muralla perfectamente conservada, cuna de historias singulares, con catedral e iglesias medievales... Ferentino tenía ya todos los elementos para ser turística; solo le faltaban fondos para llevar a cabo un ambicioso proyecto de acondicionamiento.

"Cuando se pasea (por esta ciudad) se pueden ver realidades bellísimas. Las paredes hablan, nos cuentan una historia", asegura a Efe Rosario Santanastasio, presidente nacional de Archeoclub d'Italia, una asociación sin ánimo de lucro a favor de la conservación cultural y la divulgación histórica.

Gracias a una inversión de un millón y medio de euros del Ministerio de Cultura, el teatro romano del siglo II d.C. empezará este lunes a cambiar poco a poco de aspecto, con la idea de llegar a convertirse en uno de los principales atractivos de Ferentino, en la provincia de Frosinone.

Entre sus callejuelas tranquilas, esta pequeña ciudad de apenas 80 kilómetros cuadrados y 22.000 habitantes, atesora huellas de todas las épocas, como constata Efe en una visita organizada por Archeoclub d'Italia.

El lento funcionamiento de la administración italiana y la falta de un proyecto sólido ha alargado durante años la espera de la rehabilitación del teatro romano y su adaptación para el turismo.

Descubierto en 1921 en un jardín privado, el teatro está incrustado entre casas que los habitantes de la ciudad edificaron durante siglos, ajenos al tesoro que se escondía bajo los cimientos.

Data de la época de los emperadores Adriano y Trajano y se estima que podía albergar a unos 3.500 espectadores. Tiene una altura de 12 metros y un diámetro de 54, aunque todavía no se ha excavado el área entera.

Ahora escondido en gran parte por la maleza, el teatro será un "símbolo" del "renacimiento cultural de Italia tras la pandemia", explican Santanastasio y el presidente de la sede de Ferentino de Archeoclub d'Italia, Antonio Ribezzo, que dará a la pequeña ciudad el impulso necesario para entrar en la larga lista de localidades italianas que bien merecen una visita.

Las fuentes literarias hablan del territorio de Ferentino desde el siglo VI a.C., antes del nacimiento de la Antigua Roma, cuando el pueblo hérnico -que habitó la región italiana del Lacio- levantó la ciudad, narra Ribezzo.

Las construcciones más antiguas, la muralla y la acrópolis, sorprenden por su buena conservación, pero además fueron testigo de historias como la del patrono de la ciudad, San Ambrosio Mártir, cuya imagen está presente ahora en balcones de toda la ciudad como señal de unión y esperanza frente a la pandemia.

Este centurión romano, llamado a combatir la religión cristiana en el siglo IV d.C., acabó convirtiéndose al cristianismo, motivo por el que fue encarcelado en la acrópolis hasta su decapitación.

A la puerta más importante de la muralla, la Porta Sanguinaria -llamada así por ser el lugar por el que salían de la ciudad los condenados a muerte, como el patrono San Ambrosio-, se unieron otras de diferentes épocas y estilos.

Del mismo período que la acrópolis es el mercado romano, uno de los primeros ejemplos cubiertos, que sirvió de "modelo para crear los famosos mercados trajanos de Roma", en los Foros Imperiales, exlica a Efe Ribezzo.

La arquitectura medieval también juega un papel fundamental en el patrimonio de Ferentino: la basílica-catedral, del año 1108, contempla desde la plazuela de la Acrópolis el valle del río Sacco.

Otras iglesias, como muchas cosas en Ferentino, asoman al final de alguna de sus cuestas o se esconden tras unas casas en gran medida vacías por ser la segunda residencia de muchos romanos.

Ferentino, que hoy no tiene apenas bares ni turistas, no quiere ser menos que otros tantos pueblos italianos.

Si consigue colarse en la vasta lista de atracciones turísticas de Italia será gracias a su belleza y a su historia milenaria. Como reza su lema, "el futuro (le) viene de lejos".

Mercedes Ortuño Lizarán

(c) Agencia EFE