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El fenómeno de los "libertarios" y la antipolítica, del rating televisivo al desafío de mejorar electoralmente

"¡Viva la libertad!", grita el economista Javier Milei ante una cámara de celular de uno de los jóvenes que lo espera a la salida de un canal de televisión y que seguramente colaborará con la viralización de ese vídeo entre aquellos que adhieren al Movimiento Libertario, una corriente política que apareció de manera disruptiva y que parece crecer en medio de la crisis, pero que aún debe sortear el difícil camino de la lucha partidaria.

Los libertarios tienen buena llegada a un público joven enojado con la política y los políticos que se resiste a quedar atrapado por la grieta. Hoy enfrentan un gran desafío: convertir este fenómeno de las redes sociales y los medios en una opción electoral con chances de alcanzar el poder y no ser solo un fenómeno pasajero instalado en medios virtuales y clásicos.

Lo de las redes no es menor. Todos sus exponentes, en su mayoría economistas, últimamente transitan con éxito por las redes sociales y son invitados a distintos programas de televisión y solicitados para entrevistas radiales.

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"Rinden en televisión porque son genuinos, no tienen casete. Y eso es un valor, dicen cosas distintas y aún para quienes no coinciden con ellos, son interesantes de escuchar, porque los obliga a buscar argumentos para rebatirlos", dice a LA NACION un conocido productor de un canal de noticias. El hombre, experto en el negocio de la TV de noticias, agrega "No creo que el rating se transforme en votos, pero a la gente les gusta escucharlos".

"El rating se llama mercado, te elige la gente", se defiende Milei.

José Luis Espert, que el año pasado hizo su primera experiencia partidaria como candidato a presidente a los 57 años, indica que se metió en política para defender esos ideales "porque es necesario cambiar el rumbo, hace medio siglo no teníamos pobres, delincuencia, drogas duras, si no hacemos algo en 50 años seremos la villa miseria más grande del mundo".

"La idea libertaria es algo mucho más profundo. Se trata de rebeldía, de rebelarse ante el sistema que los oprime, es muy fuerte esto", dice Luis Rosales, excandidato a la vicepresidencia y uno de los estrategas de este espacio.

"Creo que la tecnología se abarató tanto y esparció tanto que acercó la posibilidad de hacer uso de la libertad desde edad temprana. Hoy por una red social, producís contenidos y se puede cuestionar al político más importante. Es increíble", resalta Gustavo Lazzari, exitoso tuitero conocido como Lacha, que difunde las ideas liberales.

Internas y el duro tránsito de llevar las ideas a la arena política

"Son muchos productos en la góndola, están los liberales, los libertarios liberales, los peronistas liberales, y son todos espacios pequeños, son islitas pequeñas, son muy vedetes e incluso con muchas rencillas internas, pequeñas también, pero que impiden una unión total del espacio", analiza Jorge Giacobbe.

A propósito de las internas, Roberto Cachanosky, economista y liberal de larga data, señala: "No es lo mismo un liberal a un libertario. Un liberal respeta lo que piensa el otro, no agrede no insulta, no descalifica como hacen algunos que pregonan las ideas libertarias. Hay una corriente de liberales que no compartimos ese tipo de conductas, no seguimos hombres, seguimos ideas, ellos insultan si no coincidís, parecen fascistas", destaca.

Para el analista Lucas Romero de Synopsis, "El protagonismo mediático no siempre se traduce en votos. El propio Espert sacó 1,4%. Se me ocurre también el caso Blumberg, como ejemplo, que en la arena política no tienen el protagonismo que tuvieron en otros aspectos". De hecho una característica del fenómeno es que en general tienen una sobrerepresentación mediática en comparación con su alcance electoral.

Los jóvenes, un público apuntado

"Nuestra propuesta es anti sistémica por eso suma jóvenes, pero es sistémica para el mundo que prospera con comercio, estado pequeño que cobre pocos impuestos y leyes laborales que eviten el trabajo en negro", detalla Espert.

"Tenemos impacto entre los jóvenes por su espíritu de rebeldía. En Argentina está tan corrido el arco político a la izquierda que algunos señalan al gobierno de Macri como de extrema derecha ¡y era un gobierno social demócrata! parecido a la línea de Bernie Sanders en EEUU, pero más estúpido, y a eso lo consideran de derecha. ¡Son todos zurdos! Por eso hoy la verdadera rebelión, la verdadera revolución es ser liberal", afirma Milei.

Milei es el personaje más disruptivo, suele "chicanear" con humor irónico, aunque sus dardos suelen ser duros. Habla de "Juntos por el Cargo" (sic) y el "Socialismo amarillo de Pro". No ve diferencias entre el kirchnerismo y Juntos por el Cambio, y eso también irrita.

"Los libertarios canalizamos esa sensación de hartazgo muy profundo que existe en la población, con el gobierno, la política, la justicia, los empresarios, los sindicatos. Esto es muy transversal, se ve mucho en los más jóvenes, pero llega a otros grupos etarios y sociales. Distinto a las propuestas liberales de antes que solo llegaban a los sectores medios, esta vez es más trasversal", agrega Rosales.

Para destacar es que algunos libertarios ven en la educación pública un lugar de adoctrinamiento de las ideas populistas de parte de muchos docentes.

Para Lazzari, "la amargura del kirchnerismo espanta" y recuerda que "hoy un chico de 16 años ve en el colegio a profesores y preceptores que intentan imponerle una ideología amarga, triste, fracasada y perimida. El intento autoritario de adoctrinamiento genera rebelión en el sentido contrario. Cuando voy a hablar a un colegio veo rostros aliviados en los alumnos que por fin escuchan ideas de libertad. Al mismo nivel de una cara brutalmente gris y resentida en el adoctrinador", resalta Lazzari.

Shila Wilker, analista de la Consultora Trespuntocero, señala que "hay una fuerte de adhesión de jóvenes enojados y frustrados con la política tradicional y con las perspectivas de desarrollo personal. Muchos de ellos desconocen qué es el libre mercado y no conocen la filosofía libertaria; están lisa y llanamente furiosos con la política y con los políticos. Esta última es una adhesión menos ideológica, antisistema y más emocional".

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Y agrega: "El kirchnerismo sigue siendo atractivo para el segmento joven pero no tiene hoy la potencia de convocatoria de otros momentos y el macrismo siempre ha tenido dificultades para interpelarlo. El discurso libertario hoy es uno de los pocos que llega a ese sector".

"Tengo mis dudas respecto al impacto en la juventud que se ve en las redes sociales", dice Cachanosky. "Hacen mucho ruido ahí porque es donde más activos están, pero no veo esa adhesión que ellos dicen", añade.

El difícil camino de transformar las ideas en votos

Muchos creen que la actividad partidaria puede desgastar el discurso y desdibujar a sus interlocutores, en su mayoría economistas. Giacobbe señala: "Están haciendo sus primeros palotes, aún tienen que pasar por la experiencia del dolor de la política, saber que es difícil fiscalizar una elección, lo que cuesta imprimir las boletas, que la polarización te lleva puesto, cuando se den cuenta que un Diputado más o uno menos no cambia la cosa y que todo ese esfuerzo te alcanza apenas para un 1,4 %, se van a unir y quizás se conviertan en un espacio interesante".

Para Wilker "hay condiciones para su crecimiento, y es posible que mejore su performance en 2021, pero el mundo libertario es por ahora un fenómeno de margen"

"Les falta liderazgo, tienen que dejar de ser un grupo de economistas y ser dirigentes políticos. No tienen expansión territorial y tienen el gran desafío de romper el bipartidismo al que te lleva nuestro sistema político por eso del voto útil, no la tienen sencilla", analiza Lucas Romero. Y agrega: "Difícilmente puedan consolidarse como alternativa al kirchnerismo sino estalla una crisis que pide un cambio del establishment político". Y agrega: "Por ahora no creo que exista ese fenómeno al que tengamos que darle una mayor relevancia".

Paradójicamente, los libertarios coinciden con la izquierda en un viejo desafío que ésta nunca pudo concretar: romper la polarización que generalmente marca el paso del sistema político local en cada elección.