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Felipe VI aterrizando en Irak con la bandera equivocada y otros deslices diplomáticos

Es costumbre que al aterrizar el avión en el que se realizan viajes de Estado, según explican en eldiario.es, el aparato luzca dos banderas: la del país del origen de la comitiva y la del país de destino. Y así ocurrió en la reciente visita del rey Felipe VI a Irak. El problema fue que la bandera iraquí que se veía en la ventanilla de los pilotos no era la correcta, sino la del régimen anterior.

Allí estaba el monarca español descendiendo con su uniforme militar por la escalerilla y los estandartes de fondo. Para alguien no versado en política o diplomacia podría haber pasado desapercibido el error. No así en el caso del activista defensor de los derechos humanos en Irak, Ali Sahib, que lo hizo notar en Twitter. La bandera que se veía al fondo de la foto era la anterior, la que ondeaba el régimen de Sadam Hussein y que constaba de estrellas, tres, en su franja central.

En esta imagen del rey Felipe VI bajando del avión de la Fuerza Aérea Española en el que se desplazó a Bagdad para visitar a las tropas españolas que participan en la misión de la OTAN se ve claramente la bandera iraquí. (Foto: EFE/Casa Real/Francisco Gómez)
En esta imagen del rey Felipe VI bajando del avión de la Fuerza Aérea Española en el que se desplazó a Bagdad para visitar a las tropas españolas que participan en la misión de la OTAN se ve claramente la bandera iraquí. (Foto: EFE/Casa Real/Francisco Gómez)

La polémica llegó a la Embajada española en Irak, que pidió perdón por el desliz diplomático anunciando que lo subsanarían en el camino de regreso al avión de Rey colocando la bandera correcta. “Extendemos nuestras más sinceras disculpas por el error que nuestros pilotos cometieron esta mañana suspendiendo una bandera anterior de la República de Irak durante la visita. Se corregirá esta tarde en la salida. Mientras tanto, la visita histórica se lleva a cabo de una manera excelente”, decía su mensaje publicado en Twitter.

Y es que lo de equivocarse de bandera, aunque no sea lo habitual, no es tan raro. Se han dado algunos casos en los que la bandera republicana o la falangista se ha colado en actos oficiales cuando otros países querían colocar la rojiguala.

Pasa con las banderas, pero es más común aún con los himnos. Algo recurrente en el mundo del deporte. Alguien se lía eligiendo la pista correcta y lo que suena no es lo que debería. Aún resuena el himno de Riego, el de la Segunda República, en los oídos de un molesto Juan Antonio Gómez Angulo -secretario de estado para el deporte entonces- cuando en la final de la copa Davis de 2003 en Australia pusieron ese y no el actual.

Histórico es también el momento en el que Alberto Contador se subió a lo más alto del podio en el Tour de Francia de 2009 después de darlo todo en las carreteras francesas y lo que escuchó fue el himno de Dinamarca y no el de España. La cara del de Pinto también es parte de la historia del ciclismo. ¿Cómo puede confundir un francés el himno de España con el de Dinamarca? Sobre todo teniendo en cuenta la de veces que ha sonado en Roland Garros. Contador parece gafado en este sentido. Dos años después de aquello ganaba el Giro y el himno que sonaba era uno encargado por Primo de Rivera con letra.

En el caso de España, fuera del deporte, el error más común no tiene que ver ni con himnos ni con banderas, sino con el hecho de que muchos se olviden de que aquí hay un Rey y decidan que el modelo de estado vigente es el de la República. Le ha pasado a un buen número de representantes internacionales. A la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, dos veces. No es la única.

Evo Morales también se ha equivocado y sonoro fue cuando Estados Unidos mandó a Jeb Bush, entonces gobernador de Florida, a que visitarse al ‘amigo’ José María Aznar en Moncloa y se refirió a él como ‘presidente de la República’. El fallo justo al contrario fue cuando a José Luis Rodríguez Zapatero, de visita por Kazajistán, lo nombraron ‘rey de España’. Muchos recordaran también aquella vez que Donald Trump intentó hacer una mención a Mariano Rajoy en Twitter y la notificación no le llegó al expresidente porque el estadounidense le cambió el nombre por @MarianoraJoy.

Y para acabar este repaso por meteduras de pata protagonizadas por españoles o con España como ‘víctima’ del error, la más memorable de todas es la de Federico Trillo y su “¡Viva Honduras!’ cuando se encontraba en El Salvador. A veces la vida del político viajero es tan estresante que no saben dónde están.