Yahoo Noticias Feliciano López demuestra en la derrota el impresionante tenista que ha sido
Decía Cristiano Ronaldo, en una de sus frases más icónicas, que la gente le odiaba por ser "guapo, rico y un gran jugador". Algo parecido podría decir Feliciano López si se preocupara de esas cosas. Durante años, Feli ha sido objeto de burlas de todo tipo: demasiado preocupado por su aspecto, demasiado centrado en la vida social, demasiado talento perdido en los puestos medios del ránking ATP. Pocos aficionados rendidos del toledano se encontrarán por las gradas, casi todas deseando durante años que el galán fuera derrotado y poder así acusarle de indolente.
¿Indolente? Su derrota en la previa de Roland Garros este martes deja en 79, récord absoluto, el número de grand slams consecutivos que ha disputado Feliciano López. Nadie, en la historia, ha conseguido algo parecido. De hecho, solo Roger Federer, de su misma edad, ha logrado disputar más grandes en total. Jugar 79 grand slams consecutivos a cuatro al año suponen veinte años, desde el propio Roland Garros en 2002, sin perderse ni una sola edición. No está mal para un indolente: primero, durante esos veinte años, Feli ha tenido que estar en posiciones del ránking que le dieran acceso a los torneos; segundo, pese a su evidente gusto por la vida social madrileña, ni una sola lesión le ha cortado nunca el camino. En otras palabras, se ha cuidado de lo lindo.
Feliciano es guapo. Creo que en eso podemos estar todos de acuerdo. Si parece guapo en la televisión, en persona es aún más impresionante. Un dandy. Un tipo elegante que roza los dos metros y en ocasiones parece uno de esos corredores de Fórmula Uno, a lo James Hunt, dispuestos a levantarte la novia en cuanto te despistes. Una especie en extinción en el más rudo deporte moderno. Feliciano es rico. No tanto como Cristiano Ronaldo, pero mucho más que usted y que yo. Dejando aparte patrocinios y su trabajo actual al frente del Mutua Madrid Open, López ha ganado en premios más de dieciocho millones de dólares. Solo hay treinta tenistas en toda la historia que hayan ganado más que él.
Lo que nos lleva al tercer punto: ¿Ha sido Feliciano López un gran jugador? De nuevo, hay que aclarar: no ha sido Cristiano Ronaldo. Ahora bien, un tipo que se tira veinte años entre los cien mejores de lo que hace, que llega a cuartos de final de Wimbledon, que gana siete torneos en individuales y un Roland Garros en dobles y que roza el top ten de la clasificación ATP con 33 años (número 12, en marzo de 2015) es un tipo con un palmarés y una consistencia impresionante. Todo eso sin mencionar la importancia descomunal que tuvo en los cinco títulos de Copa Davis que consiguió España de 2004 a 2019. Tendría que mirarlo, pero pocos tenistas habrá en la historia que hayan ganado ese trofeo con quince años de diferencia, aportando tanto en individuales como en dobles.
Con todo, su palmarés, sus números, no han estado nunca a la altura de su talento. Tal vez eso es lo que se le reprocha, pero cada uno vive su vida y su carrera como quiere y hay a quien no le importa quedarse cojo toda la vida con tal de un entrenamiento más, un partido más, un trofeo más... y quien considera que su profesión ya le da suficientes alegrías y puede, por lo tanto, permitirse alguna fiestecilla para celebrar la última gala de Supermodelos. Probablemente, muchos de nosotros, de hecho, elegiríamos lo segundo.
Pero entiendo que a un deportista hay que exigirle siempre el máximo y, a menudo, Feliciano no ha dado la imagen de sufrimiento que uno le pide a sus héroes. En ocasiones, parecía un invitado algo incómodo, que no terminaba de encajar en su entorno, razón por la cual, quizá, pasó a puestos de ejecutivo. Ahora bien, cuando quería... qué talento maravilloso el de Feli. Al contrario que el 95% de los tenistas españoles, era un hombre de saque y volea, un hombre de revés cortado y de derecha liftada profunda, bien colocadita.
Ver a Feliciano en hierba ha sido -y seguirá siendo, suponemos, al menos este verano- un auténtico placer estético. Llegó a cuartos de final de Wimbledon en 2005, 2008 y 2011, el lugar donde siempre se sintió más cómodo. También tiene unos cuartos de final en el US Open en el año de su "revival" (2015). Aún dos años más tarde, en 2017, ganó el prestigioso torneo de Queen´s dando una exhibición de tenis sobre césped e imponiéndose en la final al croata Marin Cilic, que sería finalista de Wimbledon semanas después, solo derrotado por Roger Federer.
Incluso en 2019, 37 años, Feliciano volvió a imponerse en Queen´s. El canto del cisne, quizá. La pandemia ha acabado con una generación ya veterana antes incluso de parar durante tanto tiempo. Cuando los beneficios de la congelación del ránking se han terminado, Feli, como le pasará a Federer si decide volver, se ha encontrado en una posición muy incómoda. Y tanto ha ido el cántaro a la fuente que ha terminado por romperse en París. No importa. Se pondrá una americana, un fular al cuello y se paseará por los sitios de moda de la noche parisina con sus aires, a la vez, de marqués y de bohemio. Una "rara avis" que fue mucho más que eso. No tanto como una estrella, pero es que eso es una horterada. El tenista que siempre quiso ser. La persona que supo no dejarse devorar por las presiones del tenista.
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