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La Fed se diferencia de la Casa Blanca y advierte que una recesión es “ciertamente una posibilidad”

Automovilistas hacen fila para cargar gasolina a sus autos en una Shell de Miami
Automovilistas hacen fila para cargar gasolina a sus autos en una Shell de Miami

WASHINGTON.- A contramano de la Casa Blanca, que intenta apaciguar los temores a una recesión, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo en el Congreso de Estados Unidos que una caída de la economía norteamericana es “ciertamente una posibilidad”, y reconoció que será muy difícil bajar la inflación sin provocar un retroceso en la actividad.

Powell brindó su panorama sobre la economía en un testimonio ante un comité del Senado por primera vez luego de que la Fed anunció la semana pasada el ajuste más severo en su política monetaria desde 1994, un intento mayúsculo del banco central por domar la inflación, que en mayo marcó un nuevo pico en el 8,6 por ciento anual, el más alto de las últimas cuatro décadas.

Powell reiteró que la nueva batalla contra el alza del costo de vida llevará a la Fed a continuar con su política de aumentos en la tasa de interés, y que si bien no están “intentando provocar una recesión”, ese podría terminar siendo de todos modos el desenlace.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estudia medidas ante el récord de inflación
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estudia medidas ante el récord de inflación


El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estudia medidas ante el récord de inflación

“No es en absoluto el resultado deseado, pero ciertamente es una posibilidad”, dijo Powell al responder preguntas de los senadores.

Powell insistió en que es “absolutamente esencial” que el banco central restaure la estabilidad de precios, y reiteró que la magnitud de las próximas subas en la tasa de interés se decidirá reunión a reunión. La Fed aumentó su tasa de interés en 75 puntos básicos la semana pasada, la mayor suba desde 1994, y la llevó al 1,5-1,75 por ciento, el nivel que tenía antes de la pandemia del coronavirus. El jefe de la reserva advirtió además que será “muy desafiante” lograr un aterrizaje suave de la economía, es decir, llegar a enfriar la inflación sin desatar una recesión.

Powell no descartó que en las próximas reuniones de la Fed se anuncien otros fuertes aumentos en la tasa de referencia del banco central, incluso de 100 puntos básicos.

El panorama que ofreció Powell ante los senadores fue un tanto más sombrío e inquietante que el que ha ofrecido hasta ahora, y marcó un sutil contrapunto respecto del mensaje que ha dado la Casa Blanca. El presidente, Joe Biden, ha insistido en varias oportunidades en que una recesión “no es inevitable”, y su equipo ha dicho que la economía se encuentra en “un momento de transición” y aún ofrece varios datos alentadores.

“El desempleo se ha mantenido estable en 3,6 por ciento, que está cerca de los mínimos históricos, los negocios y la inversión siguen siendo fuertes, los balances de los hogares siguen siendo fuertes”, describió la vocera presidencial, Karine Jean-Pierre. “No vemos una recesión en este momento. No estamos en recesión en este momento. Estamos en una transición en la que vamos a entrar en un lugar de crecimiento estable y sostenido, y ese va a ser nuestro foco”, completó.

Nafta

Powell también dijo que la inflación ya había aparecido antes de la invasión de Rusia a Ucrania, socavando otro mensaje de la Casa Blanca: que la inflación es culpa de la guerra iniciada por el presidente ruso, Vladimir Putin, con su “operación militar especial”. El conflicto recalentó los precios de la nafta en Estados Unidos, uno de los costos más sensibles para el bolsillo de los norteamericanos. Biden ha intentado ya por varios medios –y hasta ahora sin éxito– intentar enfriar el precio de la gasolina. La Casa Blanca liberó parte de las reservas estrategias de petróleo. Y presionó a las petroleras, acusándolas de obtener ganancias extraordinarias.

El gobierno de Biden propuso ahora eliminar un impuesto federal sobre los combustibles, aunque se trata de una propuesta que debe ser aprobada por el Congreso, algo que casi con certeza no ocurrirá. Y Biden les pidió a las petroleras que aumenten la actividad en sus refinerías y bajen los precios al presentar la propuesta con un discurso.

“Este es un momento de guerra, de peligro global. Ucrania. Estos no son tiempos normales. Bajen el precio que están cobrando en el surtidor para reflejar el costo que están pagando por el producto. Háganlo ahora. Háganlo hoy”, reclamó el mandatario.

El tablero de una gasolinera en Los Ángeles muestra los altos precios por galón (3,5 litros)
El tablero de una gasolinera en Los Ángeles muestra los altos precios por galón (3,5 litros)


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Tanto la Casa Blanca de Biden como la Fed de Powell ningunearon la inflación apenas despuntó el año anterior, al sostener que se trataba de un problema “transitorio” provocado por las disrupciones en las cadenas de producción globales a causa de la pandemia del coronavirus. Ahora, Biden y Powell han dicho que bajar la inflación es su principal prioridad. Powell dijo en el Congreso que la persistencia del alza de precios había “sorprendido” a la autoridad monetaria, y no descartó que pueda haber más sorpresas a futuro.

El temor a una recesión y los aumentos en la tasa de interés de la Fed han provocado una ola de ventas en los mercados bursátiles, que desataron un fuerte repliegue de los principales índices bursátiles de Wall Street. Las últimas proyecciones del mercado anticipan que la economía podría caer en una recesión hacia 2024, cuando los norteamericanos volverán a elegir presidente.