La fecha que, en dos años consecutivos, marcó para siempre a los Países Bajos

El 1 de abril del año 2001, los Países Bajos fueron los primeros a nivel mundial en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Los matrimonios entre personas de distinto sexo fueron totalmente equivalentes a las uniones heterosexuales, con una restricción referente a la adopción de menores. Si una lesbiana casada tiene un hijo, su esposa no será considerada madre del menor; mientras no lo adopte, a los efectos legales será considerada madrastra; sin embargo, tras la adopción, se convertirá en su (segunda) madre.

Obviamente, esta decisión fue objeto de una fuerte oposición procedente de grupos fundamentalistas. Por ejemplo, la Iglesia Protestante de los Países Bajos decidió que cada iglesia individual tenía el derecho de decidir si bendecía o no otras relaciones entre dos personas como uniones de amor y fe a los ojos de Dios; en la práctica, muchas iglesias celebran estas ceremonias. Las autoridades locales están obligadas a oficiar los matrimonios entre personas del mismo sexo y se lo pueden exigir a su personal.

Tan solo un año después, en esa misma fecha, la ley holandesa considera legal la intervención directa y eficaz del médico para causar la muerte del paciente que sufre una enfermedad irreversible, que está en fase terminal y con un padecimiento insoportable. La legalización de la eutanasia, también fue una decisión que sacudió a la sociedad de los Países Bajos.

En la práctica, actualmente puede pedir la eutanasia cualquier paciente, independientemente de si es o no un enfermo incurable o en situación terminal o si padece un sufrimiento psíquico o físico insoportable. Las peticiones de eutanasia, incluso, pueden ser realizadas por menores de edad, con el consentimiento de los padres -entre los 12 y 16 años- y sin el consentimiento, aunque participando en la decisión final -entre los 16 y 17 años-.