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El aficionado argentino al que un club inglés que conoció por un videojuego le cambió la vida

Sebastián García es periodista deportivo y fanático del fútbol. Como tal, destinó miles de horas en videojuegos como el PC Fútbol, donde el objetivo es llevar a un club a lo más alto de la pirámide futbolística. En uno de esos partidos sin rumbo, se topó con un club inglés de tres letras: QPR. Se preguntó de dónde vendría esa sigla. Lo que sigue es una historia de amor a primera vista por unos colores, junto a la generosidad de los hinchas que le pagaron el pasaje para que pudiera conocer Loftus Road, el estadio londinense de los Hoops. La historia, que el protagonista publicó como un hilo en su cuenta de Twitter fue hasta elogiada por el embajador de Inglaterra en la Argentina, Mark Kent.

La impronta que dejó QPR en García provocó que su primera cuenta de Twitter fuera @QPR_Arg, como si fuera la filial argentina del club inglés. Y en 2008 vivió un episodio con Sebastián Rusculleda, exjugador de Tigre que había sido adquirido por los británicos: "Lo fui a despedir a Ezeiza y le di como una guía de lo que era el QPR. No entendía nada. Le dí todo un manual", cuenta García. El jugador, sin embargo, nunca pudo firmar con el club.

Años más tarde, también en Ezeiza, García se encontró con el argentino Alejandro Faurlin, quien sí había jugado en el QPR y en ese entonces regresaba a Londres. Viajaron juntos y fueron a comer en la capital inglesa. El tema, claro, fue el club de sus amores. "Estaba sorprendido porque yo era la única persona con la que podía hablar en español de su equipo", recuerda García. Faurlin fue uno de los artífices del ascenso del equipo a la Liga Premier, en 2011.

En su hilo, García cuenta cómo llegó al QPR y su derrotero por los foros de discusión escritos en inglés donde se hablaba del club. Después de pasar un buen tiempo sin escribir, un día se animó. Al principio, no le creyeron: pensaban que un inglés se estaba haciendo pasar por argentino para hacerles un chiste. García probó que su simpatía por el club era real. Los hinchas, por su parte, comenzaron a quererlo como uno más.

Tanto, que ahorraron e hicieron una colecta para que su colega argentino pudiera conocer Londres y visitar Loftus Road. Lo esperaron con una camiseta con su nombre. Y le dieron otra sorpresa: en el descanso del partido con Plymouth (que QPR remontó 2-1 luego de estar en desventaja) fue "sorteado" para tirar un penalti a ciegas y mareado. Hizo el gol y se ganó lo que hace unos años era un aparato de última generación: un reproductor de DVD.

El hilo con la historia de Sebastián García y QPR, de Inglaterra

El elogio del embajador inglés en la Argentina