Falsos millonarios: absurdas estafas, enredos y una familia dispuesta a todo por sobrevivir

Falsos millonarios: enredos, absurdas estafas y una familia dispuesta a todo por sobrevivir
Matt Kennedy/Focus Features

Falsos millonarios (Kajillionaire, Estados Unidos/2020). Guion y dirección: Miranda July. Fotografía: Sebastian Wintero. Edición: Jennifer Vecchiarello. Música: Emile Mosseri. Elenco: Evan Rachel Wood, Gina Rodriguez, Richard Jenkins y Debra Winger. Duración: 104 minutos. Disponible para alquiler en Flow (68 pesos), Movistar Play (80 pesos), Google Play y Apple TV. Nuestra opinión: muy buena.

Novelista, ensayista, dramaturga, artista multimedia de vanguardia, música, cantante, monologuista y, claro, guionista, actriz y directora de cine, Miranda July es una de las figuras más creativas y multifacéticas de los Estados Unidos. En 2004 fue considerada por la revista especializada Filmmaker como la cara más promisoria del cine independiente de su país. Sin embargo, desde entonces su filmografía ha sido muy escasa: tras su multipremiado debut Tú, yo y todos los demás (2005), demoró seis años en concretar El futuro (2011) y ahora se tomó casi una década para estrenar su tercer largometraje, Kajillionaire, que desde hace pocos días está disponible para el alquiler en varias plataformas de streaming con el título de Falsos millonarios.

Esta tragicomedia podría sumarse a la larga lista de historias sobre familias que apelan a los más pequeños, patéticos y a veces ingeniosos engaños, trampas o estafas para poder sobrevivir. Algunos críticos la han comparado con Un asunto de familia, del japonés Hirokazu Kore-eda; y hasta con Parasite, del coreano Bong Joon-ho que, pero en Falsos millonarios la impronta y la dinámica son propias de la sociedad estadounidense y con un tono muy propio del indie norteamericano.

Los antihéroes perfectos del film son papá Robert (Richard Jenkins), mamá Theresa (Debra Winger) y Old Dolio (Evan Rachel Wood), la hija de 26 años que es manipulada y entrenada por ellos para concretar lo más diversos ilícitos, como robar las cajas de seguridad del correo de un barrio de Los Angeles donde se suceden constantes movimientos sísmicos. Todo lo que pueda ser convertido en dinero (por más que sean un puñado de dólares) sirve para subsistir, para cubrir un alquiler que siempre están debiendo.

Entre las absurdas estafas que intentan concretar hay una con un viaje relámpago a Nueva York con el solo objetivo de hacer que se extravíe una valija y cobrar así el seguro de 1575 dólares que debe abonarles la aerolínea. Pero en ese vuelo conocen a Melanie (Gina Rodriguez) y, a partir de entonces, la dinámica familiar quedará completamente trastocada y convulsionada. Es mejor no adelantar nada más de la trama, pero se desata un festival de enredos con mucho humor negro y lleno de derivaciones insospechadas que van incluso hasta lo romántico.

Modesta en sus objetivos, liviana en su tono, pero llena de hallazgos (y sorpresas) en sus viñetas cotidianas y en el desarrollo de personajes miserables, excéntricos, irritantes y entrañables a la vez (las actuaciones son todas notables), Falsos millonarios recupera las mejores facetas que Miranda July había esbozado hace ya 15 años aquella promisoria ópera que fue Tú, yo y todos los demás.