Por qué fabricar un coche eléctrico seguirá siendo más caro que uno tradicional

Para bien o para mal, el automóvil ha sido uno de los inventos que más han cambiado la manera de vivir, la industria, la economía, el paisaje y el medio ambiente. En 2019, se vendieron 90 millones de coches y miles de millones se encuentran actualmente en circulación.

La emergencia climática es ineludible y por ello, el mercado de los coches eléctricos crece en Europa, pero la economía podría ralentizar el ritmo del cambio. Y es que los costes de fabricación permanecerán por encima de los de un vehículo de combustión, al menos durante la próxima década. ¿Su principal causa? El coste de las baterías.

Aunque la fabricación de un coche eléctrico se abaratará en la próxima década, su coste seguirá siendo superior a lo que cuesta producir un vehículo tradicional. Getty Creative.
Aunque la fabricación de un coche eléctrico se abaratará en la próxima década, su coste seguirá siendo superior a lo que cuesta producir un vehículo tradicional. Getty Creative.

Los coches eléctricos han supuesto en julio el 18% de las ventas totales de Europa. Pero el abaratamiento de sus costes de producción para los próximos años no será suficiente para hacer que los vehículos eléctricos sean lo suficientemente competitivos en el mercado.

Los fabricantes generarán dinero de los vehículos eléctricos, pero será menor del que obtendrán de los modelos de diesel o gasolina. Y mucho menor del que se ha obtenido con ellos tradicionalmente, y eso ralentizará el crecimiento de sus ventas.

Según un estudio de la consultora Oliver Wyman para el Financial Times, el coste total de fabricación de un vehículo eléctrico caerá más de un 20% para el año 2030, de 20.000 a 16.000 euros de media, pero el gasto para producirlo seguirá siendo un 9% superior al de un vehículo tradicional.

La reducción de costes en las baterías es el componente clave de los vehículos eléctricos, y la principal intención de los fabricantes. Según Bloomberg, en 2015 el 50% del coste de un coche eléctrico correspondía a la batería, una proporción reducida actualmente al 33% y que podría situarse en el 20% a mediados de la próxima década.

Por ejemplo, se espera que una batería de 50 kWh pase de una media de 8.000 euros a unos 4.300 en 2030, gracias a las nuevas tecnologías. Aún así, no será suficiente para batir los costes de los vehículos de combustión. Oliver Wyman afirma que los vehículos tradicionales se mantendrán en el entorno de los 15.000 euros por unidad, todavía por debajo de los 16.000 euros por unidad que calcula para los vehículos eléctricos.

España y los coches eléctricos

En España se vendieron más de 3.800 coches eléctricos en julio de 2020, cifra récord, aunque supusieron solo el 3,3% del mercado. Durante todo el año se han vendido 14.634 vehículos de este tipo.

El principal problema para el desarrollo del vehículo eléctrico en nuestro país es la falta de infraestructuras de recarga, fundamental para facilitar su uso. Según la asociación de fabricantes ANFAC, España está a la cola en el indicador de penetración de infraestructuras de recarga, con 16,8 puntos, diez por debajo de la media europea. Según sus cálculos, hasta junio de 2020 existían unos 7.600 puntos de recarga públicos en todo el territorio. Pero los planes son alcanzar los 50.000 antes de 2023.

Los coches son los responsables de atascos y accidentes de tráfico o la polución. Herramientas de uso diario con un gran impacto sobre la naturaleza. Hay que invertir en su innovación y favorecer el progreso tecnológico. Desde la creación del primer vehículo hasta la actualidad, el coche ha estado en constante evolución. El uso de motores híbridos o eléctricos ha supuesto un gran avance. Los coches eléctricos deben ser el presente, y pensar en un futuro con coches autorecargables, más ecológicos -que se alimenten siempre de fuentes renovables- y más inteligentes.

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