¿Por qué el fútbol es responsable de su propia crisis climática?

¿Por qué el fútbol es responsable de su propia crisis climática?

El fútbol es más que un deporte. Para los aficionados al denominado 'deporte rey', se trata casi de una religión. Los ciudadanos se entregan con devoción a ver los partidos y siguen con avidez cada jugada de su equipo.

En el seno de la FIFA afirman que alrededor de cinco mil millones de personas en todo el mundo se consideran aficionados al fútbol. La final de la Copa del Mundo de 2022, disputada en Catar, fue seguida por 1.500 millones de ciudadanos a través de la televisión. En la actualidad, unos 220 millones de aficionados acuden a los partidos cada año. Seguido en todos los rincones del mundo, como industria el fútbol mueve 35.300 millones de euros solamente en Europa.

Sin embargo, este deporte el fútbol tiene un controvertido secreto, y ha sido puesto de relieve en un nuevo informe titulado Dirty Tackle, que ha sido realizado por Scientists for Global Responsibility y el New Weather Institute.

El informe señala que la industria mundial del fútbol es responsable de crear entre 64 y 66 millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Eso es tanto como todas las emisiones producidas por Austria. Los futbolistas y los equipos ya afectados por los efectos del cambio climático están concienciando a sus seguidores de formas creativas.

Por qué el fútbol es un deporte 'sucio' para el planeta

El informe Dirty Tackle representa la primera ocasión en que se examinan con detalle las emisiones de dióxido de carbono del fútbol y muestra una preocupante tendencia al aumento de las emisiones del sector.

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"Esta investigación documenta pruebas convincentes de que el fútbol es un gran contaminante y de que su contribución al cambio climático es cada vez mayor", afirma el doctor Stuart Parkinson. "También muestra que hay pocos indicios de que los responsables de la toma de decisiones estén preparados para evaluar adecuadamente el problema de este deporte respecto a la contaminación, y mucho menos para tomar las medidas necesarias para reducirlo", añade.

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En el informe se identifican tres áreas principales de emisiones de dióxido de carbono del fútbol. El primero es el transporte, que constituye una fuente de emisiones importante y fácilmente comprensible. La investigación realizada calcula que un partido medio de una liga masculina nacional generaría unas 1.700 toneladas de CO₂.

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Aproximadamente la mitad se debe a los desplazamientos de los aficionados, que se realizan principalmente en coche. Sin embargo, cuando se tienen en cuenta los partidos internacionales, la cifra aumenta en torno al 50%, debido a que un mayor número de asistentes a los partidos viajen en avión.

Cuando se trata de un partido importante, como los de la fase final de la Copa del Mundo masculina, estas emisiones pueden aumentar hasta 42 veces más que las que se registran en un partido nacional, debido a que los aficionados llegan en vuelos procedentes de todas partes todo el mundo.

Los propios equipos también deben responsabilizarse de sus emisiones. En 2023, los periodistas de la sección de deportes de la televisión británica encontraron pruebas de 81 vuelos nacionales de corta distancia de equipos de la Premier League inglesa en apenas dos meses. Algunos de estos vuelos duraban tan solo 27 minutos.

Los investigadores sugieren que la expansión de los partidos internacionales, como los que corresponden a la Liga de Naciones de la UEFA, está provocando un aumento de las emisiones de los viajes relacionados con el fútbol. Así, piden al sector que dé la vuelta a esta tendencia y se centre en torneos más pequeños y regionales.

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En segundo lugar, la construcción de estadios lleva asociadas muchas emisiones de dióxido de carbono. Para la Copa del Mundo de 2022 se construyeron siete nuevos estadios permanentes, y se calcula que las emisiones vinculadas a su construcción ascendieron a 1,6 millones de toneladas de CO₂.

Para albergar los encuentros de la Copa del Mundo de 2034, que se celebrará en Arabia Saudí, se construirán 11 nuevos estadios. En el seno de Carbon Market Watch afirman que "el impacto medioambiental de estas nuevas construcciones estará fuera de las escalas actuales".

La última fuente, que fue difícil de evaluar en el pasado, son las emisiones procedentes de los acuerdos de patrocinio. En abril de 2024, la FIFA firmó un pacto con la mayor petrolera del mundo, Aramco. La UEFA tiene un acuerdo de patrocinio de larga duración con Qatar Airways, y varios clubes están patrocinados por sectores que cuentan con altas emisiones de carbono, como corporaciones de petróleo y gas, aerolíneas, fabricantes de automóviles y cadenas de comida rápida.

Según el informe, toda esta financiación del deporte con altas emisiones de carbono está normalizando entre sus aficionados comportamientos que dañan el clima, como conducir grandes vehículos de gran tamaño y viajar en avión. Se calcula que el 75% de las emisiones del fútbol se deben a los acuerdos de patrocinio.

"La voluntad de la FIFA de permitir que Arabia Saudí mejore su reputación a través del fútbol está aislando a los jugadores, a los aficionados y al planeta", afirma la futbolista neerlandesa Tessel Middag. "Asegurar un futuro para el fútbol, donde todo el mundo pueda practicar este deporte y disfrutarlo, requiere un verdadero liderazgo desde lo más alto", añade.

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En medio del océano Pacífico, las Islas Marshall, con apenas 42.000 habitantes, representan el único de los 193 Estados miembros de la ONU que carece de una selección nacional de fútbol oficialmente reconocida.

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El aislado conjunto de atolones cuenta con jugadores, un campo de fútbol e incluso una federación que supervisa este deporte. Sin embargo, el reconocimiento de organismos como la FIFA lleva tiempo, y las Islas Marshall no lo tienen, ya que el aumento del nivel del mar amenaza con destruir el territorio antes de que el equipo haya jugado un solo partido internacional.

Con toda la nación situada a menos de dos metros de altitud media, las islas corren un riesgo extremo por el aumento del nivel del mar. Una subida de las aguas, de apenas un metro, supondría la pérdida del 80% del atolón de Majuro, donde vive la mitad de la población nacional. Según la NASA, el nivel del mar ya ha subido 10 cm en los últimos 30 años.

Para llamar la atención sobre su difícil situación, la Federación de Fútbol de las Islas Marshall, MISF, colaboró con la marca deportiva PlayerLayer para lanzar una nueva equipación. No se trataba de una equipación normal. Bautizada como la camiseta '2030 No Home', empezó a desaparecer a lo largo de la campaña publicitaria.

Al principio, era solamente un pequeño trozo, apenas percibida por los aficionados que veían la campaña. A lo largo de los días siguientes, fueron desapareciendo más trozos, reflejando la pérdida gradual y devastadora que probablemente experimentarán las islas a medida que el cambio climático empiece a "devorar su hogar".

La propia equipación está llena de simbolismo cultural. Representaciones de canoas tradicionales de la zona, tiburones blancos y flora y fauna locales salpican la camiseta, mientras que el número 1,5 significa el compromiso sobre la temperatura global asumido en virtud del Acuerdo de París.

"Queremos crear un equipo de fútbol, no solamente para dar a nuestra gente un motivo de orgullo cuando nos vean competir", señalan en la MISF, "sino también para llamar la atención sobre la difícil situación de las islas, utilizando el deporte más popular del mundo".

Sin medidas de adaptación, las Islas Marshall serán una de las primeras naciones en enfrentarse al desastre de la subida del nivel del mar. Sin embargo, no se trata de la única nación amenazada. Micronesia, Maldivas, Tuvalu y Kiribati son naciones insulares bajas del Pacífico que corren peligro.

¿Qué hacen los equipos de fútbol y los jugadores ante el cambio climático?

El clima y el fútbol no son dos compañeros de aventuras naturales, pero se están familiarizando rápidamente. Los equipos de todo el mundo ya están familiarizados con partidos suspendidos por problemas relacionados con el clima: lluvia, campos helados y fuertes vientos. En la Asociación Inglesa de Fútbol, FA, afirman que cada año se cancelan unos 100.000 partidos del fútbol base debido al "mal estado de los campos", que se encuentran embarrados, encharcados o resulta imposible jugar en ellos.

Los terrenos de juego inutilizables anulan miles de partidos de fútbol base cada año.
Los terrenos de juego inutilizables anulan miles de partidos de fútbol base cada año. - Markus Schreiber/AP

Si no se toman medidas, las investigaciones realizadas por los expertos calculan que el 25% de los campos de fútbol del Reino Unido podrían estar parcial o totalmente inundados en 2050. Los estadios más cercanos a la costa, como el Cardiff City o el MKM, del Hull City, podrían quedar completamente sumergidos.

Algunos futbolistas ya han tomado medidas para impulsar el mensaje del cambio climático en sus actividades. El jugador español Héctor Bellerín prometió plantar 3.000 árboles por cada victoria del Arsenal cuando formaba parte del equipo londinense. El futbolista del Leeds, Patrick Bamford, ha adoptado un símbolo de celebración centrado en la Tierra.

En una publicación de Instagram, Bamford explicó que su gesto con la mano "en forma de rayo" es un símbolo para el planeta. "Celebrar los éxitos con el rayo es mi forma de defender nuestra tierra", señala Bamford. "El cambio climático es una amenaza para el deporte y, si no actuamos, va a empeorar", añade.

Patrick Bamford
Patrick Bamford - Instagram.

Algunos equipos ya se han adherido al denominado Marco de Acción de las Naciones Unidas sobre el Clima en el Deporte, que fija a los clubes objetivos para reducir a la mitad sus emisiones de aquí a 2030, y aspirar a lograr cero emisiones netas en 2040.

El Forest Green Rovers, con sede en Gloucestershire, lidera el camino hacia estadios más sostenibles. Alimentado por energía 100% renovable, su estadio utiliza un campo orgánico, cortado por un robot cortacésped alimentado por energía solar, y utiliza agua de lluvia reciclada para reducir el consumo de agua de la red tradicional.

En 2018, el Forest Green Rovers se convirtió en el primer club de fútbol neutro en carbono del mundo, certificado por la ONU. Sus acciones no se detienen ahí. Los dirigentes del club, propiedad del industrial británico de la energía verde, Dale Vince, ordenaron la construcción de un nuevo estadio casi totalmente de madera, con árboles, setos y zonas húmedas para mejorar la biodiversidad. Cuando esté terminado, tendrá la huella de carbono más baja de todos los estadios del mundo.

El nuevo estadio 'Eco Park' fomentará la biodiversidad.
El nuevo estadio 'Eco Park' fomentará la biodiversidad. - Forest Green Rovers

Estos son solamente algunos ejemplos, pero hay muchos más, así como organizaciones dedicadas a promover la sostenibilidad en el fútbol. Sin embargo, el mayor impacto vendría de una cuestión que tanto los equipos como las asociaciones se esforzarán por abordar.

El informe Dirty Tackle sugiere que, junto con otras medidas para tratar de mitigar los efectos del cambio climático, una gran victoria sería que el deporte se distanciara de los acuerdos de patrocinio con empresas altamente contaminantes.

"Necesitamos urgentemente más ambición para ganar la copa definitiva de un clima estable en el que el deporte pueda tener futuro", afirman los investigadores. "Dado el alcance cultural del fútbol, una acción enérgica en este sector podría cambiar el diálogo mundial sobre cuestiones climáticas, y ayudar a frenar la creciente ola de desastres climáticos como el que está teniendo lugar en Los Ángeles".

Un grupo de más de 100 importantes clubes femeninos ha pedido que se ponga fin al acuerdo de patrocinio de Aramco con la FIFA. El club alemán, Bayern de Múnich, ya renunció a Qatar Airways como patrocinador de su camiseta tras las protestas de los aficionados. Sin embargo, los vínculos del fútbol con grandes contaminadores siguen empañando sus credenciales ecológicas en todo el mundo.