Fórmula 1. Multimillonario y estrella del jet-set: quién es Lawrence Stroll, el dueño de Aston Martin

El anuncio confirmó las sospechas. El regreso de Aston Martin a la Fórmula 1 resultó otra estratégica jugada del magnate Lawrence Stroll, un movimiento que el empresario inició el año pasado, después de considerar la grave crisis económica que asfixiaba al fabricante británico. La pérdida de casi 100 millones de libras, casi 124 millones de dólares, en los dos últimos ejercicios, aceleró la necesidad de un salvataje financiero para una factoría que precisaba redescubrir el camino, después de un turbulento comienzo como empresa pública.

Los comentarios en el mundo bursatil, en diciembre pasado, le ofrecieron un impulso al valor de las acciones, que recobraron en una jornada un 17% de su valor. Las negociaciones continuaron su curso y el lunes pasado los accionistas aprobaron un aumento de fondos de 607 millones de euros (US$ 665.500.000), sosteniendo una inyección de 294.000.000 (US$ 322.300.000) de capital por parte de Yew Tree Consortium, un grupo de inversores que lidera Stroll, que ahora será el presidente ejecutivo de la compañía. Aston Martin desplazará en 2021 a la escudería Racing Point de la grilla de la F.1 y retornará al Gran Circo, después de 60 años.

La relación de Stroll -su verdadero apellido es Strulovitch- con el glamour de la F.1 no es nueva y en los últimos años se hizo más intensa cuando el canadiense impulsó el arribo de su hijo Lance, de 18 años, al equipo Williams en 2017. La bebida Martini era el principal sponsor de la escudería de Grove, con la que Carlos Reutemann batalló por el título en 1981, y tuvo que esperar a que el joven piloto cumpliera la mayoría de edad para anunciar que ocuparía una de las butacas, junto al brasileño Felipe Massa. Por entonces, en el paddock aseguraban que 30 millones de dólares garantizaban su presencia en Williams. El excampeón de la F.1, el canadiense Jacques Villeneuve, fustigó el acuerdo: "Williams vendió el alma a los billones de Stroll, que solo se preocupa por su hijo", sentenció.

Sin resultados deportivos y con los constantes problemas económicos y financieros que acorralaban a Williams, Stroll detectó en la angustiante situación de la escudería Force India una nueva oportunidad de negocios y también la forma de extender la presencia de su hijo Lance en la F.1: el equipo había entrado en concurso de acreedores por un reclamo que ejecutó el piloto mexicano SergioCheco Pérez y 405 puestos de trabajo estaban en riesgo.

En agosto de 2018, Stroll aportó junto a inversionistas 117 millones de dólares -también se hizo cargo de una deuda de US$ 19.500.000- y se adueñó del equipo. Después de 11 temporadas, en 2019, Force India pasó a llamarse Racing Point, que en el estreno terminó séptimo en el campeonato de Constructores; Lance logró la mejor clasificación del año, con el cuarto puesto en el Gran Premio de Alemania, en Hockenheim.

La moda, el jet-set y la pasión por los autos

Pero antes de la incursión directa, Stroll, cuya fortuna está valuada en 2.600 millones de dólares y figura en el puesto 877 de las mayores del planeta, según Forbes, utilizó a la moda para pertenecer al Gran Circo. En 1992 y junto con su socio Silas Chou -billonario de Hong Kong, participa en la operación de Aston Martin-, sacó a Tommy Hilfiger a cotizar en la Bolsa, vendiéndola en 1.600 millones de dólares a un grupo privado en 2006; en 2000, siempre a la par del hongkonés, compró a la icónica marca británica de joyería y artículos de piel Asprey & Garrard, en 100 millones de libras. Tres años más tarde la vendieron para adquirir el 52% de Michael Kors, en US$ 100.000.000; la empresa fue rescatada de la bancarrota y en 2011 cotizó en la Bolsa; dos años después, cuadruplicó su valor. Su socio Chou, señala que Stroll tiene un toque de rey Midas.

Nacido en Montreal, de 60 años, a los 15 se inició en el negocio familiar de ropa infantil que tenía su padre Lyner, quien además era poseedor de los derechos de venta en Canadá de vestimenta para mujeres y niños de Pierre Cardin y Polo Ralph Lauren; en la década de los 80, Lawrence comercializaba los productos de Polo Ralph Lauren en Europa. Actualmente reside en Ginebra, Suiza, aunque tiene lujosas residencias en Montreal, Londres, Nueva York y la isla caribeña de Mustique. Los negocios, el jet-set y los autos son sus pasiones, por esa razón es habitual que sea el anfitrión de fiestas a las que asisten amigos famosos como Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, como también los viajes en su yate Faith, de 200 millones de dólares, o los vuelos en aviones o helicópteros que son de su propiedad.

Los autos siempre resultaron una atracción, aunque el lujo y la distinción tenían que acompañar ese gusto: una colección de 25 Ferrari, entre ellas una GTB/4 por la que pagó casi 30 millones de dólares en 2013. "Cuando uso mis autos, exploto el 100% de su rendimiento. Y si estamos en una carrera, tomo riesgos. No los considero una pieza de museo, tampoco presto atención al valor de lo que estoy conduciendo", manifestó en una entrevista con Ferrari Magazine. La adrenalina que produce la velocidad la descubre en el circuito de Mont-Tremblant, a 135 kilómetros de Montreal, que fue el escenario del Gran Premio de Canadá en 1968 y 1970, que ahora forma parte de su riqueza.

Aston Martin participó sin suerte en la F.1 en 1959 y 1960: cinco Grandes Premios, ningún punto; Roy Salvadori largó segundo y terminó sexto en el GP de Gran Bretaña de 1959, aunque en esa época se premiaba hasta el 5to clasificado. En 2017 se unió a Red Bull Racing, cuya sede de Milton Keynes la separa una hora de manejo de la casa de Gaydon. A partir de 2021, Silverstone será el nuevo escenario para que la célebre marca de autos que utilizaba el agente secreto James Bond se reinserte con su nombre en el Gran Circo. "Una marca con el pedigrí y la historia de Aston Martin debe competir al más alto nivel del automovilismo. Creo que es lo más emocionante que sucedió en la memoria reciente en la Fórmula 1 y es increíblemente emocionante para todos los interesados en el deporte, especialmente los fans", celebró Stroll, el billonario que intenta satisfacer sus caros gustos y generar ganancias con autos de lujo y acelerando en la F.1.