Aldeanos huyen tras la destrucción de una presa que inunda la zona de guerra de Ucrania

Destrucción de la presa de Nova Khakovka en Jersón

Por Viktoriia Lakezina

JERSÓN, 6 jun (Reuters) -Un torrente de agua irrumpió el martes por un enorme agujero en una presa del río Dniéper, que separa las fuerzas rusas de las ucranianas en el sur de Ucrania, inundando una franja de la zona de guerra y obligando a los residentes a huir.

Ucrania y sus aliados acusaron a Rusia de volar la presa desde dentro en un crimen de guerra deliberado. El Kremlin dijo que Ucrania la había saboteado, para distraer la atención de una contraofensiva que, según Moscú, está fracasando.

Algunos funcionarios rusos dijeron que la presa había reventado por sí sola.

Ninguna de las partes ofreció pruebas de quién era el culpable. Los Convenios de Ginebra prohíben explícitamente atacar presas en la guerra, debido al peligro que supone para la población civil la destrucción de tales "obras e instalaciones que contengan fuerzas peligrosas".

A media mañana, en la ciudad de Jersón, en el lado en poder ucraniano, un embarcadero de un afluente del Dniéper ya había quedado sumergido por la marejada que subía por las orillas.

"Me evacuaron del pueblo inundado de Antonivka. Nuestra escuela local y el estadio del centro estaban inundados (...) La carretera estaba completamente inundada, nuestro autobús se quedó atascado", dijo a Reuters Lidia Zubova, de 67 años, mientras esperaba un tren para evacuar a la gente de Jersón.

La policía ucraniana difundió un video en el que se veía a varios agentes poniendo a salvo a una anciana y rescatando perros en los pueblos evacuados por la crecida de las aguas.

En la orilla controlada por Rusia, el alcalde de Nueva Kajovka, situada bajo la presa, dijo que el nivel del agua había subido hasta 11 metros, informó la agencia rusa TASS.

La presa de Nova Kajovka suministra agua a la península ucraniana de Crimea y a la central nuclear de Zaporiyia, ambas bajo control ruso. El vasto embalse que hay detrás es uno de los principales accidentes geográficos del sur de Ucrania, con 240 kilómetros de largo y hasta 23 km de ancho. En la llanura aluvial se extiende una franja de campiña.

Una franja de campo se extiende en la llanura inundable, y los pueblos de la orilla sur, en manos rusas, se consideran especialmente vulnerables.

TERRORISTAS

La destrucción de la presa crea un nuevo desastre humanitario en el centro de la zona de guerra y transforma las líneas del frente, justo cuando Ucrania está poniendo en marcha una contraofensiva largamente esperada para expulsar al ejército ruso de su territorio.

Rusia controla la presa desde principios de la guerra, aunque las fuerzas ucranianas recuperaron la orilla norte del río el año pasado. Ambas partes llevan tiempo acusándose mutuamente de planear su destrucción.

"Terroristas rusos. La destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka no hace sino confirmar al mundo entero que deben ser expulsados de todos los rincones de la tierra ucraniana", escribió el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en la aplicación de mensajería Telegram.

Los rusos han "llevado a cabo una detonación interna de las estructuras" de la presa. "Alrededor de 80 asentamientos se encuentran en la zona de inundación", dijo Zelenski en Telegram.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, lo calificó de "acto indignante, que demuestra una vez más la brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania".

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo en una rueda de prensa: "Podemos afirmar inequívocamente que se trata de un sabotaje deliberado de la parte ucraniana".

"Aparentemente, este sabotaje también está relacionado con el hecho de que habiendo comenzado acciones ofensivas a gran escala hace dos días, ahora las fuerzas armadas ucranianas no están logrando sus objetivos, estas acciones ofensivas se están tambaleando", añadió.

Antes, funcionarios instalados por Rusia habían dado versiones contradictorias, algunos diciendo que la presa había sido alcanzada por misiles ucranianos durante la noche, y otros que había reventado por sí sola debido a daños anteriores.

El organismo de control nuclear de la ONU dijo en la red social Twitter que está siguiendo de cerca la situación, pero que no existe "ningún riesgo inmediato para la seguridad nuclear en la planta" de Zaporiyia.

La corporación estatal rusa de energía nuclear, Rosatom, también afirmó que la rotura de la presa no supone por ahora una amenaza para la central nuclear, añadiendo que está vigilando la situación.

AUMENTO DEL NIVEL DEL AGUA

El nivel del agua en la ciudad inmediatamente adyacente a la presa dañada podría subir hasta 12 metros, dijo en la aplicación de mensajería Telegram su alcalde designado por Rusia, Vladimir Leontyev.

Un video mostraba cómo el agua atravesaba los restos de la presa, de 30 metros de altura y 3,2 kilómetros de longitud.

Unas 22.000 personas que viven en 14 asentamientos de la región ucraniana de Jersón, en el sur del país, corren el riesgo de sufrir inundaciones, según la agencia de noticias rusa RIA, que citó al jefe regional nombrado por Moscú. Jersón es una de las cinco regiones, incluida Crimea, que Moscú afirma haberse anexado.

El gobernador de Crimea, Sergei Aksyonov, respaldado por Rusia, declaró que existe el riesgo de que descienda el nivel de agua del canal de Crimea del Norte, que transporta agua dulce a la península desde el río Dniéper. Crimea tiene suficientes reservas de agua por el momento y el nivel de riesgo se aclarará en los próximos días.

La ruptura de la presa se produjo cuando Ucrania se prepara para lanzar su tan esperada contraofensiva, para expulsar al ejército ruso del territorio que ha tomado durante más de 15 meses de lucha.

Rusia afirmó haber frustrado otra ofensiva ucraniana en el este de Donetsk y haber infligido grandes pérdidas. Kiev ha mantenido un estricto silencio sobre la contraofensiva, pero ha rechazado las afirmaciones de Rusia de que su ejército ha frustrado los asaltos ucranianos.

Rusia también lanzó una nueva oleada de ataques aéreos nocturnos contra Kiev. Ucrania dijo que sus sistemas de defensa antiaérea derribaron más de 20 misiles de crucero en su aproximación a la capital ucraniana.

(Reporte de Lidia Kelly en Melbourne, Guy Faulconbridge en Moscú y Valentyn Ogirenko en Kiev; edición de Edmund Klamann y Michael Perry; editado en español por José Muñoz y Darío Fernández)