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Explosión de ducto en México deja 73 muertos; testigos describen escenas de horror

Por Anthony Esposito

TLAHUELILPAN, México (Reuters) - Al menos 73 personas murieron tras la explosión de un ducto de la petrolera estatal Pemex en México que presuntos ladrones de combustible habían roto, dijeron autoridades el sábado, y el presidente Andrés Manuel López Obrador defendió al Ejército a pesar de no haber despejado el lugar antes del estallido.

Expertos forenses llenaron bolsas con restos humanos calcinados en el campo donde ocurrió el incendio el viernes por la noche, en el municipio de Tlahuelilpan en el estado Hidalgo, en uno de los incidentes más mortíferos que han golpeado la infraestructura petrolera de México en años.

Un testigo describió cómo una atmósfera casi festiva entre cientos de residentes locales que llenaban contenedores con combustible derramado se convirtió en horror cuando la explosión dispersó a la multitud en todas direcciones, ocasionándole quemaduras graves.

Varias personas en el lugar dijeron a Reuters que la escasez en las estaciones de servicio, desde que López Obrador lanzó una ofensiva para erradicar el robo de combustible, había alentado a acudir al ducto fracturado del que brotaba gasolina.

"Todos vinieron para ver si conseguían un poco de gasolina para su carro, en las gasolineras no hay", dijo el agricultor Isaías García, de 50 años. García estaba en el sitio con dos vecinos, pero esperó en un automóvil un poco alejado.

"Algunos salían ardiendo y gritando", agregó.

Para erradicar el robo, López Obrador ordenó a finales de diciembre que se cerraran los ductos. Pero el resultado ha sido escasez de gasolina en el centro de México, incluido Hidalgo, donde medios locales informaron esta semana que más de la mitad de las gasolineras a veces estaban cerradas.

El gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, dijo en una conferencia de prensa vespertina junto con el presidente que 73 personas murieron y otras 74 resultaron heridas en la explosión del ducto, que ocurrió cuando residentes se apresuraban a llenar recipientes con un chorro de combustible que según autoridades se elevó hasta siete metros de altura.

Fayad mencionó que había empeorado el estado de salud de muchos de los heridos, algunos de los cuales tienen gran parte del cuerpo quemado. También informó que algunos de los menores de edad más graves podrían ser trasladados a un hospital especializado en Galveston en Estados Unidos.

Videos en las redes sociales mostraron que personas recolectaban combustible en horas del día en presencia de efectivos de las fuerzas armadas.

López Obrador defendió al Ejército al responder preguntas de periodistas sobre por qué los soldados no lograron evitar el estallido.

"Nosotros no vamos a apagar el fuego con el fuego", dijo en una conferencia por la mañana.

"Nosotros tenemos la convicción de que el pueblo es bueno, es honesto, que si se ha llegado a estos extremos, estas prácticas, es porque se le abandonó por completo y esto significa que no han tenido posibilidad de satisfacer sus necesidades básicas", agregó.

Soldados y otros militares custodiaron el área acordonada llena de zapatos, ropa y contenedores medio quemados.

BUSCANDO A SERES QUERIDOS

Decenas de personas se reunieron en el centro cultural local el sábado por la tarde esperando obtener información sobre sus seres queridos que no han sido identificados tras la explosión. Algunas de ellas mostraban fotografías de sus familiares.

Mientras tanto, funcionarios daban instrucciones sobre qué hacer para ayudar en el proceso de identificación mediante pruebas de ADN. Además fue publicada una lista de las personas que fueron trasladadas a hospitales.

La procuraduría estatal dijo que tenía dificultades para identificar a 54 cadáveres.

La periodista local Verónica Jiménez, de 46 años, llegó a la escena antes del estallido en la que dijo había más de 300 personas con contenedores para recolectar combustible.

"Yo vi a familias completas, mamá, papá, hijos", dijo a Reuters. "Era como una fiesta, parecía esto una verbena. Por un momento incluso escuchabas la alegría de las personas".

Cuando la explosión golpeó, la gente corrió en diferentes direcciones pidiendo ayuda, algunos quemados y sin ropa, dijo.

"Estaban quemados, muy quemados (...) a algunos se les levantó el pellejo. Fue muy feo, horrible, la gente gritaba y lloraba", relató. "Gritaban los nombres de sus esposos, hermanos, sus familiares".

López Obrador ha dicho que su decisión de cerrar ductos ha reducido el robo de combustible, pero el número de muertos ha generado dudas sobre posibles consecuencias no deseadas.

"Había desabasto en las gasolineras, la gente de alguna u otra forma se quería mover", dijo el agricultor Ernesto Sierra, de 44 años. "Hasta con la olla de los frijoles vinieron".

El director de Pemex, Octavio Romero, dijo a los reporteros que solo en los últimos tres meses hubo 10 tomas ilegales de combustible en el mismo municipio de Tlahuelilpan.

El mandatario prometió mantener su estrategia contra el robo de combustible a pesar de la tragedia.

"¿Va a seguir el plan? Claro que va a seguir el plan, lamento mucho lo sucedido, me duele, pero tienen que cambiar estas cosas (...) No vamos a detenernos", dijo López Obrador.