El experimento de una ciudad de EE.UU. para indemnizar a algunos de sus ciudadanos afroamericanos

Cuando Louis Weathers y su esposa buscaban una casa durante la década de los 50, solo les mostraron propiedades en el área mayoritariamente negra de Evanston.
Cuando Louis Weathers y su esposa buscaban una casa durante la década de los 50, solo les mostraron propiedades en el área mayoritariamente negra de Evanston.

Evanston, en el estado de Illinois, es un lugar tranquilo en medio de un experimento inusual.

En esta ciudad universitaria al norte de Chicago, un brillo de opulencia reluce a través de las ventanas de los edificios de ladrillo, al tiempo que se avistan las banderas del arcoíris y los carteles de "Black Lives Matter" por todas partes.

Su población de 78.000 habitantes es diversa: alrededor de dos tercios son blancos, casi un quinto negros, con importantes comunidades asiáticas e hispanas, y su política, como era de esperarse, es liberal.

Durante las elecciones de 2020, Donald Trump obtuvo menos de una décima parte de los votos en Evanston.

Sin embargo, al igual que otros lugares de Estados Unidos, Evanston está lidiando con un legado de desigualdad racial derivado de la esclavitud y la segregación.

Mientras que algunos lugares, como California, discuten reparaciones para enmendar la esclavitud, el enfoque de Evanston se ha centrado en una injusticia más reciente: la discriminación contra los ciudadanos negros cuando se trata de comprar una casa.

La ciudad comenzó a pagar a los residentes negros que enfrentaron barreras para comprar la vivienda que querían debido a las políticas de mediados del siglo XX. Y se convirtió en la primera ciudad estadounidense en hacerlo.

Los beneficiarios están encantados, aunque no todos están de acuerdo sobre si esto es realmente justicia.

Aviso de "Black lives matter" en una casa de Evanston
La escena política de Evanston es progresista. Los políticos locales aseguran que gracias a ello surgió un proyecto de ley de reparaciones.

¿En qué consisten las reparaciones?

Durante siglos ha existido la idea de que Estados Unidos está en deuda con sus ciudadanos negros, algunos de los cuales eran esclavos, mientras que otros han seguido sufriendo las repercusiones del racismo.

A lo largo del siglo XVIII, una esclava de Ghana llamada Belinda Royall recibió una pensión de un tribunal de Massachusetts. Algunos historiadores lo consideran el primer ejemplo de reparación de la esclavitud en la historia de Estados Unidos.

Una orden del Ejército de la era de la Guerra Civil confiscó una gran franja de tierra en Carolina del Sur y Georgia de los propietarios blancos para distribuirla entre los esclavos liberados. El tamaño de las parcelas dio lugar al eslogan "40 acres y una mula", un sinónimo de las reparaciones prometidas por la esclavitud, pero la promesa finalmente no se cumplió.

Desde la Guerra Civil, nunca se concedieron reparaciones a gran escala y, hasta hace muy poco, la idea de pagar a los descendientes de esclavos ha sido un fracaso en términos políticos.

Los líderes negros del Congreso estadounidense han presentado un proyecto de ley todos los años para establecer un comité que estudie las reparaciones desde la década de los 80, pero nunca estuvo cerca de convertirse en ley.

"Es un trabajo pesado", dijo Robin Rue Simmons, activista por las reparaciones y exmiembro del concejo municipal de Evanston, quien jugó un papel decisivo en la aprobación de esta medida que entró en efecto en la ciudad.

Simmons ve el proyecto de Evanston como un pequeño paso local que podría tener enormes implicaciones.

"Hemos demostrado que las reparaciones son posibles y alcanzables", dijo.

Vivienda, no esclavitud

El plan de Evanston fue concebido a través de una serie de reuniones en el ayuntamiento y consultas con los residentes locales, explicó Simmons.

Sin embargo, la iniciativa se destaca por lo que no contempla: no hay pagos en efectivo y no tiene un vínculo directo con la esclavitud.

En cambio, el proyecto se centra en características específicas de la comunidad negra. Para ser elegible, los residentes adultos deben haber vivido en Evanston antes de 1969, durante el apogeo de la discriminación en el acceso a la vivienda.

El sistema impidió que la mayoría de las familias afroamericanas acumularan riqueza de una generación a otra.

Las reparaciones de Evanston toman la forma de subvenciones de US$25.000, que solo pueden usarse para reparaciones residenciales, el pago de una hipoteca o la inicial de una casa.

Esas condiciones implican que el grupo de residentes elegibles es pequeño: poco más de 120 aplicaron en la primera ronda.

Tienen al menos 70 años. Varios aspirantes ya han muerto y el proceso ha llevado tiempo. La ley se aprobó en 2019, pero apenas recientemente se eligieron al azar a los primeros 16 beneficiarios.

Por ello, residentes como Louis Weathers, de 87 años, ponían en duda la posibilidad de recibir el pago.

"Como todos los demás, solo estaba esperando mis 40 acres y una mula, que sabía que nunca obtendría", dijo.

Sin embargo, resultó que Weathers fue uno de los primeros 16 elegidos. Creció en Evanston después de que su padre se mudara de Alabama en la década de los 30.

Buscando un hogar

Después de hacer el servicio militar en Corea, Weathers regresó a Evanston y consiguió un trabajo en la oficina de correos. Él y su esposa esperaban formar una familia, por lo que compraron una casa en el Fifth Ward de Evanston, uno de los pocos vecindarios donde podían comprar un hogar.

Aquella comunidad era mayoritariamente negra.

La ubicación no le molestó, pero los términos del préstamo alarmaron a Weathers. En lugar de obtener una hipoteca, recibió un contrato de préstamo, un tipo de instrumento financiero que se ofrecía comúnmente a los afroamericanos.

Louis Weathers planea destinar el dinero de las reparaciones a los gastos de vivienda de su hijo.
Louis Weathers planea destinar el dinero de las reparaciones a los gastos de vivienda de su hijo.

A diferencia de una hipoteca, el comprador no posee legalmente la vivienda hasta que el contrato de préstamo se paga en su totalidad, y no acumula capital con los pagos. Omitir un solo pago puede poner la casa en riesgo de ejecución hipotecaria, y el dueño pierde todo lo que invirtió.

Ahora vive en un apartamento y planea destinar la reparación que recibió a la hipoteca de su hijo, uno de los usos permitidos para el dinero.

Después de cierto escepticismo inicial sobre el enfoque en los costos de vivienda, ahora respalda el esquema.

"Tiene un buen propósito", dijo. "Si solo entregaran efectivo, para mí eso es simplemente tirar el dinero. La gente no lo usaría de la manera correcta".

¿Reparaciones para todos?

No todos están de acuerdo. Cicely Fleming, otra miembro de ascendencia afroamericana que pertenece al ayuntamiento de Evanston, fue la única que votó en contra del proyecto, al que llamó "un plan de vivienda disfrazado de reparación".

"Este no es un cambio que pueda ser un faro para la nación", dijo. "Es una luz tenue y débil".

Fleming y algunos otros activistas creen que el plan no es lo suficientemente ambicioso y que sus vínculos con la propiedad de viviendas excluyen a los residentes más pobres, aquellos que no pueden permitirse comprar sus propias casas.

Es una opinión minoritaria, pero incluso algunos destinatarios del dinero están de acuerdo.

Ramona Burton, de 73 años, está encantada con su nueva cerca, ventanas, chimenea y sistema eléctrico renovados. Está "muy agradecida" y dice que nunca habría podido pagar las reparaciones si su número no hubiera sido uno de los primeros elegidos.

Sin embargo, "algunas personas no tienen una casa. Tal vez tienen préstamos estudiantiles o un automóvil", dijo. "No me gustaron las restricciones".

Ramona Burton contempla la chimenea reparada y las ventanas nuevas, lo cual fue posible gracias al primer programa de reparaciones de este tipo.
Ramona Burton contempla la chimenea reparada y las ventanas nuevas, lo cual fue posible gracias al primer programa de reparaciones de este tipo.

Un largo camino por recorrer

Simmons consideró "contraproducente" la oposición a la política local.

"Fuimos informados por miembros de la comunidad negra que participaron en el proceso", dijo. "Es práctico y es justicia".

Cuando se trata de reparaciones, "realmente no estamos pensando: '¿Debería ser una política federal o una política local?, ¿debería ser vivienda o educación o dinero en efectivo?'. Realmente debería ser todo", agregó.

Advierte que proyectos como el de Evanston son simplemente imposibles en muchos lugares.

"Tenemos una historia de valores progresistas. Tenemos un concejo municipal fuerte y diverso, así como una comunidad negra histórica que está bien organizada y comprometida", dijo. "Otras comunidades no tienen eso.

"Estamos haciendo un trabajo complejo, sabiendo que tenemos un largo camino por recorrer".


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