La excepcional Academia de España en Roma "contagia" a sus residentes

Roma, 14 sep (EFE).- Los 22 residentes de la Academia de España en Roma exponen sus proyectos tras meses de trabajo y convivencia en un entorno extraordinario, en el que han experimentado un "contagio" que les ha "obligado a abrir sus mentes" ante disciplinas tan diversas como la musicología, la tecnología multimedia, la novela gráfica o el diseño de moda.

Así lo ha descrito a Efe el guionista y director vasco David Pérez, cuyo proyecto de cine experimental titulado "Garbatella" forma parte de la exposición "Processi 149", que inaugura hoy el embajador de España en Italia, Alfonso María Dastis, y en la que este año destaca la presencia de cuatro artistas latinoamericanos.

Esta muestra es el punto culminante del programa anual de residencias artísticas de la Academia de España en Roma, que desde 1873 ha dado la oportunidad a más de mil creadores de toda clase de disciplinas, todos ellos hispanohablantes, a desarrollar proyectos inolvidables que marcarán sus carreras.

VIDEO ARTE, ESPECIAS Y PATRIMONIO

Uno de ellos es el boliviano Diego Aramburo, quien ha creado "A ojos cerrados", un proyecto de vídeo arte con el que pretende "regresar a las habilidades" y en el que propone una serie de encuentros con personas diversas mediante unos paneles en los que se ven sus rostros.

Según cuenta el autor, estos encuentros "están mediados por una comida ordinaria en la cual se busca la simplicidad de los movimientos repetitivos y la calidad del tiempo compartido y reflexivo presente en el 'acullico'" (masticación andina de la hoja de coca natural en un acto comunitario).

En la segunda ocasión en la que se presenta un proyecto gastronómico en la centenaria historia de la Academia, el joven valenciano Carles Terrassó cuestiona los nuevos modos de vida que se nos imponen y reivindica la conexión con la naturaleza como forma de autoconocimiento y de apertura a la pluralidad.

Como parte de su proyecto, Terrassó ha creado nuevas especias y condimentos, diseñados específicamente para el proyecto a partir de sustancias vegetales obtenidas en la ciudad y sus alrededores, mediante la aplicación de técnicas culinarias tradicionales y de vanguardia.

Una de las residentes que no se ha centrando en el ámbito puramente artístico ha sido la mexicana Luisa Irazú Lopez, con "Repensar el patrimonio", sobre la importancia de la participación los jóvenes en la conservación.

A través de talleres en los que participó la población más joven de Roma, la investigadora realizó "una radiografía patrimonial", con la pudo diferenciar entre el capital portátil, que refleja en forma de maleta en su exposición, y el emocional.

UN DRON Y ÁRBOLES CÍTRICOS

El peruano Daniel de la Barra ha seguido la trayectoria de los antiguos becarios de la Academia que asistían como "pintores paisajistas" para reflexionar en torno a la idea de la representación del paisaje como método de sometimiento de la tierra a través de la imagen.

"El proyecto establece una relación de juego entre la mirada del poder y la mirada del águila, y hablo de como se construye el fascismo agrario con los ideales románticos del paisaje", señala .

El artista cuenta como para el proyecto "Esto no es un paisaje: pintura de viaje y diálogos del destierro", tuvo que excavar en un terreno en grandes dimensiones la palabra "esilio" (exilio, en italiano) y con la ayuda de un dron, a continuación pintó la obra que expone en "Processi 149".

Otra de las participantes es Mónica Gutiérrez, nacida en Madrid y miembro del colectivo artístico Basurama, quien ha trabajado con huertos urbanos comunitarios utilizando la técnica del injerto para intercambiar trozos de árboles cítricos en su proyecto "In serere".

UNA EXPERIENCIA "ENRIQUECEDORA"

Muchos de los artistas han destacado a Efe la gran ayuda que han supuesto sus compañeros, ya que a través de la colaboración entre proyectos se han podido "empapar" de otros artistas, como incide Carles Terrassó.

Los participantes, ante todo, han querido mostrarse agradecidos por la oportunidad que les ha brindado la Academia, ya que han muchos de ellos han calificado de "enriquecedora" esta experiencia.

"Al tratarse de proyectos arriesgados las posibilidades de que haya conexiones externas que no lleven a un resultado definitivo a lo largo de un proceso de creación no son fáciles de conseguir dentro de las instituciones culturales, y en la Academia se abren a esas posibilidades", explicó Mónica Gutiérrez.

Nahia Peciña

(c) Agencia EFE