Ewan el cohete que rozó el drama

Sisteron (Francia), 31 ago (EFE).- "He rozado las vallas", aseguró Caleb Ewan tras adjudicarse la tercera etapa del Tour de Francia en un sprint ajustado en el que tuvo que abrirse hueco entre sus rivales para imponer su punta de velocidad.

Los 168 centímetros del ciclista australiano del Lotto bordearon la catástrofe y a punto estuvieron de acabar en drama en el asfalto de Sisteron, una ciudadela donde acabó alzando su cuarta victoria en el Tour.

"He tenido suerte", agregaba el menudo ciclista que defiende el maillot de la lotería belga, que esta vez se alienó con la fortuna, pero que tuvo que arriesgar para demostrar que, ahora mismo, es el más fuerte entre los velocistas.

Su sprint, en zigzag entre rivales que habían partido mejor colocados, se produjo en medio de la conmoción que sigue embargando al pelotón tras la dura caída sufrida en el Tour de Polonia por el holandés Fabio Jakobsen, empujado por su compatriota Dylan Groenewegen.

RIESGOS

"Nadie quiere herir a nadie, pero en el sprint hay riesgos. Yo no correré nunca el riesgo de enviar a nadie contra las vallas. Hoy he pasado cerca, pero había espacio suficiente para pasar", aseguró.

Entre el drama y la obra maestra a menudo hay poco margen y el sprint de Ewan en Sisteron cayó del lado bueno.

El "cohete de bolsillo" partía en desventaja, porque no tiene a su servicio a un equipo de grandes lanzadores. Sobre todo porque la mala fortuna se cebó con el Lotto en la primera jornada, en la que perdió a dos de sus mejores elementos, el belga Philippe Gilbert y el alemán John Degenkolb.

"Son dos corredores muy importantes, pero la motivación es la misma, tenemos que adaptar los sprint a seis corredores. Todo el mundo ha dado el 110 % para paliar las bajas de los que no están y yo he tenido que hacer el resto", afirmó.

Su trabajo es más complejo al no contar con el tren que le lanza, pero su calidad se mantiene intacta.

"He tenido que recuperarme para coger una rueda que me convenía. Era arriesgado, pero había que intentarlo, porque peor era quedarme encerrado. Cuando he podido salir, tenía buenas piernas", indicó.

A 70 POR HORA

Los datos son impresionantes. Ewan llegó a poner su bicicleta casi a 70 kilómetros por hora y en los últimos 500 metros la velocidad media fue de más de 60.

El cohete a pleno rendimiento fue eliminando rivales. Primero el holandés Ces Bol, luego el eslovaco Peter Sagan y el italiano Giacomo Nizzolo. Rodear al imponente irlandés Sam Bennett fue lo más difícil, pero el viento en contra jugó al lado de la menuda figura del australiano, que acabó ganando con soltura.

El "sprinter" australiano se perfila, además, como el gran favorito para las llegadas agrupadas de la edición, algo que ya hizo el año pasado, cuando acabó con tres triunfos. En dos Tour, ya tiene cuatro.

En el Tour más montañoso de los últimos años, el libro de ruta todavía conserva alguna otra oportunidad que, sobre el papel puede caer del lado de los llegadores. Y Ewan está al acecho.

"Mi objetivo es sumar alguna victoria más. Ningún otro", señala cuando le hablan del maillot verde de la regularidad, que recuperó el eslovaco Peter Sagan, quien ya lo ha vestido siete veces en los Campos Elíseos de París.

Por ahora, Ewan no piensa en ella, pero si las victorias siguen cayendo de su lado, puede que cambie de idea. "Si gano más etapas, ya veremos", avisó.

Luis Miguel Pascual

(c) Agencia EFE