Europa también sufre la "traición" de los giros de Donald Trump

"Un puñal en la espalda". Esa fue la descripción generalizada de la actitud de Donald Trump hacia los kurdos en Siria cuando anunció la retirada de sus tropasdel noreste de ese país. Pero si de engaño se trata, sus socios de Europa occidental también quedaron heridos por el sorprendente giro de Washington en Medio Oriente.

Mientras Estados Unidos se repliega, Rusia entra en el juego,Turquía ataca y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) se defienden, cientos de jihadistas que estaban detenidos en esa zona aprovecharon el caos para escapar, según las fuerzas kurdas. ¿Destino? "Van a escapar a Europa. Ahí es donde quieren ir, quieren regresar a sus hogares", contestó Trump cuando le preguntaron sobre el tema. Otro puñal, de menor grosor, para un socio estratégico.

"Los gobiernos europeos deben lidiar con un Estado Islámico potencialmente más fuerte en Irak y Siria y el mayor riesgo de que los radicales regresen a casa. Y deben hacerlo sabiendo que al gobierno de Trump parece importarle poco si esto sucede", analizó Daniel Byman en Vox.

Estado Islámico, el grupo jihadista que entre 2014 y 2015 instaló un extenso y letal "califato" entre Siria e Irak y perpetró ataques impresionantes incluso fuera de sus fronteras, se quedó sin territorio en marzo de este año. Pero nadie -excepto Trump- se animó a cantar victoria. Desde entonces, los especialistas afirman que la organización busca reagruparse, un proceso que se aceleró cuando Estados Unidos permitió el avance de las fuerzas turcas sobre los kurdos. Trump parece haber ayudado a su enemigo mientras complicaba a sus aliados.

"El movimiento jihadista siempre ha encontrado en el caos un terreno fértil en el que reinventarse y crecer. Además, los kurdos, encargados de custodiar centros de detención y campamentos que alojan a miembros de la organización terrorista, se verán forzados a dispersar sus esfuerzos para contener la ofensiva turca, lo que podría facilitar operaciones de intento de liberación de prisioneros y fugas", dijo a LA NACION Sergio Altuna, investigador del Real Instituto Elcano, de España.

¿Vuelven los soldados extranjeros?

Según la administración kurda, hay unos 12.000 combatientes de EI en sus centros de detención. Al menos 2500 son extranjeros, de unos 50 países. A ellos se suman decenas de miles de mujeres y niños, familiares de ese ejército jihadista, retenidos en campamentos. El temor ahora no es solo a un resurgimiento de EI, sino al regreso de combatientes occidentales a sus países de origen para perpetrar atentados como los de París de 2015, cometido por terroristas occidentales que habían estado en Siria.

Francia aumentó su seguridad tras los atentados de 2015

Según un estudio del King's College de Londres,Europa occidental fue la tercera región que más soldados aportó a EI (alrededor de 6000). De ese total, unos 1700 habían vuelto a su país de origen hasta el año pasado. Otros murieron en combate o fueron interceptados mientras emprendían su regreso o fueron detenidos en Irak o en Siria, donde esperan su suerte en prisiones precarias a cargo de los kurdos. Pero estas fuerzas ya habían advertido que, ante una ofensiva turca, vigilar a los prisioneros se convertiría en "una segunda prioridad".

Así, el riesgo de fuga aumentó en tan solo días. Sin embargo, para Altuna, "sería solo un porcentaje limitado el que intentaría volver a Europa con intención de atentar y un porcentaje aún más reducido el que conseguiría retornar sin ser descubierto", dado que muchos intentarían huir a países lejanos o ser repatriados legalmente.

Trump no solo sabía que su decisión generaría un problema a sus aliados europeos. Demostró que lo hizo para darles una lección. "Europa tuvo la oportunidad de tener a sus prisioneros de EI, pero no quería el costo. 'Que paguen los Estados Unidos', dijeron (...) Las naciones europeas deberían moverse rápidamente", desafió, ante la indefinición de las potencias sobre la repatriación de sus ciudadanos que se sumaron a las tropas de Al-Baghdadi.

"Los gobiernos europeos pronto pueden verse obligados a tomar una decisión sobre cómo repatriar a estos combatientes extranjeros, o incluso no tener el lujo de elegir si escapan", advirtieron Renard y Rik Coolsaet en Lawfare."Sin dudas es más fácil monitorear a los combatientes extranjeros en Europa que a la distancia", opinaron.

El giro de Trump en Medio Oriente fue un "puñal" para las fuerzas kurdas. Pero también se transformó en dardos en su contra dentro y fuera de Estados Unidos. Además de los cuestionamientos desde su propio espacio, el tema se coló en el debate demócrata de esta semana. "Lo que hizo Donald Trump es básicamente darles a 10.000 combatientes de EI una tarjeta para salir de la cárcel", dijo la senadora Kamala Harris.

Para Joe Biden, uno de los candidatos presidenciales favoritos, el mandatario no solo le generó un problema a Europa. "Estado Islámico va a dañar a los Estados Unidos", vaticinó.