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Europa necesita una oficina para controlar el uso de armas, según expertos

Por Andrew Chung PARÍS (Reuters) - Si no eres un cazador o un portador legal de armas, resulta casi imposible comprar legalmente una en Francia. Sin embrago, las estrictas leyes de control de armas no son suficientes para mantenerlas fuera del alcance de militantes islamistas. Lagunas en las leyes vigentes, sentencias suaves y la ausencia de una agencia europea similar a la oficina estadounidenses de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), con un presupuesto de miles de millones de dólares y miles de agentes al frente, son los principales problemas a los que se enfrenta Francia y sus vecinos, ahora centrados en la lucha contra el tráfico de armas a raíz de los atentados del 13 de noviembre en París, comentaron varios expertos. Los ataques coordinados, que mataron a 130 personas, han adquirido una dimensión transfronteriza. Dos de los suicidas vivieron en Bélgica y la policía alemana arrestó a un hombre que, según un periódico, podría haber vendido las armas que usaron los militantes. "Necesitamos una ATF europea", dijo Jean-Charles Antoine, un investigador del Instituto Geopolítico Francés y autor de dos libros sobre tráfico de armas. "El tráfico de armas siempre se traduce en la necesidad de armas. Y ahora mismo son los terroristas los que las necesitan", añadió. Francia ya posee una de las leyes sobre armas más estrictas del mundo. Las pistolas automáticas están prohibidas, mientras que para muchas otras se requiere la autorización del Gobierno y un examen médico, además de un permiso para caza o pertenecer a una federación deportiva de tiro. Los ciudadanos franceses apoyan de forma general esta legislación debido a que su actitud hacia las armas ha cambiado drásticamente en décadas, según el abogado parisino Laurent-Franck Lienard. "Hace 30 años Francia era una ciudad en la que todo el mundo tenía un arma y era considerado normal", comentó. El problema del endurecimiento de las leyes, dijo Lienard, es que "sólo aplican a aquellos que las respetan". En cambio, las armas ilegales son otra cosa. Lienard explicó que los gangsters balcánicos solían gestionar el flujo de armas en Francia durante los noventa. Hoy en día, existe un gran comercio con el robo de armas a portadores legales. Se estima que hay 15 millones de armas legales e ilegales circulando en Francia, según Antoine, de las que unas 15.000 podrían ser "armas de guerra". El plan que baraja Francia incluye una base de datos para rastrear las redes de tráfico, siguiendo el modelo utilizado para la lucha antitrago, y también daría a la policía mayores poderes para trabajar de forma encubierta y hacer un seguimiento de los vendedores o compradores por Internet, entre otras propuestas.