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El presidente alemán condena el amago de "toma" ultraderechista del Reichstag

Berlín, 30 ago (EFE).- El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, condenó hoy el amago de "toma" por parte de unos 200 ultraderechistas del Reichstag, la sede del Parlamento, ocurrido tras la movilización del sábado contra las restricciones por la pandemia que congregó a unas 30.000 personas.

"Las banderas del Reich y las arengas ultraderechistas ante el Parlamento son un ataque intolerable al corazón de nuestra democracia", afirmó Steinmeier, en alusión a la simbología nazi que desplegaron esos grupos sobre la escalinata del edificio.

Quien esté en desacuerdo con las restricciones o las considere innecesarias puede "expresarlo públicamente"; "Mi comprensión termina cuando los manifestantes se dejan arrastrar al carro de los enemigos de la democracia y agitadores políticos", advirtió.

La declaración del presidente sigue al estupor causado por las imágenes de militantes radicales portando banderas del antiguo Reich ante el sede del Bundestag (Parlamento federal).

"El edificio del Reichstag es el centro de nuestra democracia. Es intolerable que lo usen extremistas y caóticos para sus fines", apuntó el ministro del Interior, el conservador Horst Seehofer. "Es una vergüenza ver banderas del Reich ante nuestro Parlamento", declaró el titular de Exteriores, el socialdemócrata Heiko Maas.

La intención de "tomar" la sede parlamentaria había sido anunciada en las redes sociales días antes de la manifestación. La policía desplegó 3.000 agentes para este sábado, en que se habían convocado un centenar de actos de diversa índole.

El Reichstag fue acordonado, pero en el momento de producirse los incidentes apenas había tres agentes para contener a los ultras. El grupo logró rebasar el cerco de las vallas y posar en la escalinata.

A lo largo de la jornada de movilización contra las restricciones se produjeron unas 300 detenciones. Los incidentes más graves se produjeron ante la embajada de Rusia, donde se concentraron unos 2.000 radicales, algunos de los cuales siguieron hacia el Reichstag.

El grupo se había disgregado de la manifestación convocada por colectivos de orientaciones diversas contra las restricciones por el coronavirus. La gran marcha, con 18.000 asistentes, fue disuelta por la policía, por no respetarse las medidas de distanciamiento, a lo que siguió otra concentración de más de 30.000 personas.

APOYO A PUTIN Y GRITOS CONTRA MERKEL

El núcleo de las concentraciones de ultraderechistas lo formaban seguidores del movimiento "identitario" de los Reichburger ("Ciudadanos del Reich"), que no reconocen a la República Federal de Alemania (RFA) y rechazan su orden jurídico.

Mientras mostraban sus banderas ante la embajada rusa, entre gritos de apoyo al presidente de Rusia, Vladímir Putin, y consignas y carteles hostiles a la canciller alemana, Angela Merkel, hubo lanzamientos de botellas y otros objetos contra los antidisturbios.

En el grupo se mezclaron asimismo defensores de teorías de la conspiración, como el cocinero vegano germano-turco Attila Hildmann, máxima figura de estos movimientos, que acabó detenido.

La presencia de elementos ultraderechistas se ha hecho muy visible en sucesivas convocatorias que se han desarrollado desde julio en distintas partes de Alemania contra las restricciones.

Estas convocatorias están secundadas por ciudadanos que consideran vulnerada su libertad de movimientos, asociaciones esotéricas y grupos diversos, además de reconocidos negacionistas del Holocausto y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), única fuerza parlamentaria que apoya estas protestas.

(c) Agencia EFE