"El Estudio Rojo" de Matisse y su misterio se toman el MoMA de Nueva York

Nueva York, 27 abr (EFE).- El famoso "L´atélier rouge" del pintor francés Henri Matisse dialoga por primera vez en un siglo con seis cuadros y cuatro esculturas que aparecen en el lienzo, planteando grandes preguntas en una exposición que abre este jueves en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).

El estridente color "rojo veneciano" elegido por el líder del modernismo para pintar ese cuadro, fechado en 1911, cubre también la pared de acceso a una galería en la que se recrea, salvando las distancias, su estudio de Issy-des-Molineaux, se ahonda en su trayectoria y se presentan unos "descubrimientos recientes".

La curadora de la exposición, Ann Temkin, explica a Efe que a Matisse, entonces con 42 años de edad, "le encantaba pintar su estudio" pero en este caso lo hizo como una "declaración de principios" porque a ojos de la sociedad de su época, a principios del siglo XX, era un artista "controvertido" y "demasiado radical".

El óleo sobre lienzo, de unos 1,80 por 2,20 metros, es una enigmática representación de su espacio de trabajo en la que los muebles están apenas silueteados sobre el rojo, mientras que aparecen claramente representadas en color y por separado la mayoría de las piezas hoy expuestas, como los retratos de un joven pescador y una mujer desnuda, o un plato de cerámica blanca con trazos en azul.

Matisse, según la experta, quiso decir así a quienes le juzgaban: "Voy a pintar mis cuadros, a defenderme y, en lugar de hacer un autorretrato, contarles todo acerca de mí mostrándoles lo que hago".

Temkin tuvo la idea de juntar la obra protagonista con los trabajos representados, un "proyecto inusual" que no hubiera podido llevarse a cabo si no conseguía las "diez de diez" piezas supervivientes, lo que implicó hacer de "detective" y preguntar a museos y coleccionistas privados, que accedieron con "entusiasmo".

Varias de las piezas vienen de Dinamarca, a cuya Galería Nacional se dirigirá la exposición en octubre, incluyendo el cuadro "Bathers" (Bañistas), que refleja su admiración por Paul Cézanne, y "Le Luxe" (El lujo), este último con un matiz inesperado, ya que Matisse lo retrató con colores más oscuros de piel en "El Estudio Rojo".

Y es que el misterio rodea a esta obra desde el principio, ya que sus conservadores descubrieron que inicialmente el pintor había retratado su estudio con colores realistas pero, una vez seco el óleo, decidió cubrirlo de rojo con fuertes brochazos dejando incluso pelos pegados en el proceso, según revelan en un video.

"La cuestión principal, que cien años después sigue siendo tan sorprendente, es que Matisse había terminado el cuadro y pensó en una paleta completamente diferente. No sabemos cuál fue su razonamiento, si estaba seguro o si dudaba", explica Temkin, que se hace eco todas esas preguntas sin resolver.

"Cubrir de rojo los muebles excepto por esas líneas de aire es una idea loca, aventurera, arriesgada, porque una vez empezara a poner el rojo no podía volver atrás. Esa gran pintura en la que había trabajado tan duro, potencialmente arruinándola, haciendo algo que nadie había hecho nunca", agrega.

Además de la recreación del estudio, la pinacoteca recoge el viaje vital del cuadro desde las afueras de París hasta su llegada al MoMA en 1949, un tiempo en el que fue rechazado por la crítica internacional y lució en un club social de Londres antes de ser reconocido como una de las piezas más influyentes del arte moderno.

Al acabar la exposición, el museo neoyorquino propone a los visitantes la experiencia de sentarse en un "estudio" público con hojas y lápices de colores para que expresen su estado de ánimo o, como Matisse, retraten un "espacio que desata la imaginación" y lo expongan en sus paredes.

Nora Quintanilla

(c) Agencia EFE