Estudiantes y docentes marcharon al Congreso contra el veto a la ley de financiamiento universitario

La concentración frente al Congreso contra el veto de la ley de financiamiento universitario
La concentración frente al Congreso contra el veto de la ley de financiamiento universitario - Créditos: @Ricardo Pristupluk

En la Facultad de Psicología de la UBA, desde temprano, estudiantes y docentes se concentraron dentro y fuera del edificio, con los bancos ocupando un carril de la Avenida Independencia. La circulación vehicular se mantuvo reducida durante la mañana, mientras los manifestantes aguardaban para movilizarse hacia el Congreso, donde desde las 11 diputados del oficialismo y afines buscarán blindar el veto del presidente Javier Milei a la ley de financiamiento universitario. A lo largo de las horas, los autos que pasaban por el lugar tocaron bocinas en señal de apoyo, acompañados de gritos de “¡Vamos la educación pública!” y “¡Fuerza pibes!”, que resonaban desde las ventanas de los vehículos. Los manifestantes respondían con aplausos y agradecimientos.

Alrededor de las 9.30, minutos antes de la hora pautada para iniciar la marcha, grupos de estudiantes comenzaron a levantar los bancos que bloqueaban uno de los carriles de la avenida. Los pupitres fueron ingresados nuevamente al interior de la facultad, y habilitaron por completo el tránsito en la Avenida Independencia, que había estado parcialmente interrumpido desde el día anterior.

Frente a la Facultad de Psicología de la UBA, agrupaciones estudiantiles como Auge Psico, El Impulso Psico, Sur Psico, Epa Psico y MotorPsico comenzaron a reunirse para marchar juntas hacia el Congreso. Entre quienes se sumaron a la movilización, se encontraba Laura Salgado, de 38 años, madre de dos hijos. Con su hija de 10 años y su hijo de 5, Laura se acercó a la facultad con la determinación de sumarse a la protesta. “Vengo por ellos, por su futuro”, explicó a LA NACION.

Proveniente de una familia humilde, Laura es la primera en su familia en estudiar una carrera universitaria. Actualmente cursa segundo año de Psicología y considera que defender la educación pública es fundamental para garantizar que sus hijos también puedan acceder a la universidad en el futuro. ”Mis viejos no tuvieron la oportunidad de estudiar y para mí estar acá es un orgullo, no solo por mí, sino por ellos. Ellos me apoyan siempre, y quiero que mis hijos vean la importancia de cuidar lo que es de todos”, afirmó, mientras esperaba el inicio de la marcha.

La facultad de Psicología fue uno de los puntos desde donde partieron estudiantes y docentes
La facultad de Psicología fue uno de los puntos desde donde partieron estudiantes y docentes - Créditos: @Ricardo Pristupluk

A las 10 en punto, la toma frente a la Facultad de Psicología de la UBA llegó a su fin. Los estudiantes y docentes comenzaron a organizarse para iniciar la movilización hacia el Congreso. Entre los carteles que colgaban en las paredes de la facultad, uno destacaba por su mensaje: “Psico apoya el Bonaparte”, en referencia al hospital nacional de Salud Mental en el cual el Gobierno dispuso una reestructuración.

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En medio del grupo de manifestantes, dos mujeres de 70 y 75 años se destacaban por su presencia. Una de ellas, egresada de la facultad, sostenía un cartel en el que expresaba su apoyo a la universidad. Ambas, auto convocadas, decidieron unirse a la marcha para mostrar su respaldo a la educación pública. “No podía faltar”, comentó una de ellas. “La facultad fue un pilar en mi vida, y ahora es momento de defenderla”.

Estudiantes, docentes y manifestantes

A las 10.40, la movilización comenzó su recorrido por la Avenida Independencia, avanzando con firmeza hacia el Congreso. Entre las calles de la ciudad, las consignas no tardaron en hacerse escuchar. “¡Si el presupuesto no está, qué quilombo que se va a armar, le compramos la calles y les tomamos la facultad!”, gritaban los manifestantes al unísono, mientras avanzaban por La Rioja y luego por Avenida Belgrano. La multitud respondía con fuerza: “¡Este pueblo no cambia de idea, pelea, pelea por la educación!”. Además de las agrupaciones, el centro de estudiantes de Psicología, encabeza la movilización.

La avenida que antes estuvo ocupada por pupitres ahora estaba repleta de estudiantes, docentes y manifestantes. “Defendemos la educación pública porque es un derecho de todos”, afirmó Carla Albornoz, de 22 años, estudiante de cuarto año de Psicología. “La salud mental es un tema clave en nuestra formación, y sin financiamiento, la calidad de la enseñanza se ve afectada”, agregó Juan Fernández, de 25 años, quien también cursa en la facultad a este medio. Ambos manifestaron su preocupación por el futuro del sistema educativo si el presupuesto no se garantiza.

Juan Russo, de 45 años, explicó su motivación para marchar a LA NACION: ”La educación pública es la base de una sociedad igualitaria, y no podemos permitir que se recorten los fondos que garantizan su funcionamiento”. A su alrededor, decenas de estudiantes sostenían carteles con frases como “La UBA no se vende” y “Pelea por la educación”.

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En el Congreso, las vallas rodean el edificio, impidiendo el acceso directo a la plaza. Hay banderas de la Facultad de Ciencias Sociales, Filosofía y Letras, Ciencias Médicas, Exactas, y de la Universidad Nacional de las Artes, entre otros. Cada grupo trae consigo su reclamo, expresado en carteles que no pasan desapercibidos: “Milei no vendas nuestro futuro” y “Si hay veto, habrá paro y plan de lucha”, son algunos de los mensajes que se destacan.

Los manifestantes, estudiantes y docentes por igual, continúan coreando consignas mientras confluyen en el vallado. “¡Si el presupuesto no está, qué quilombo que se va a armar!”, se escucha entre la multitud, mientras otro grupo responde: “¡Este pueblo no cambia de idea, pelea, pelea por la educación!”.

Mariana, de 24 años y estudiante de Ciencias Sociales, explica por qué decidió sumarse a la movilización: “No voy a quedarme de brazos cruzados si quieren recortar el presupuesto”.

La movilización frente al Congreso
La movilización frente al Congreso - Créditos: @Ricardo Pristupluk

Cerca de ella, Santiago Varela, de 22 años y estudiante de Filosofía y Letras, sostiene una bandera mientras comparte su preocupación a LA NACION: “Este veto ataca directamente a nuestro futuro. Si no hay financiamiento, no hay manera de que sigamos formándonos en igualdad de condiciones. Estoy acá para defender lo que nos corresponde”.

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Por otro lado, Rocío Torres, de 19 años y estudiante de Ciencias Médicas, relata su experiencia personal: “Vengo de Chascomús y para mí la universidad pública es lo que me permite estudiar medicina. Mis papás nunca hubieran podido pagar una privada, así que para mí es clave que el presupuesto se mantenga. Si nos quitan recursos, muchos vamos a quedar afuera”. Su cartel reza: “La salud no se negocia”.

Malestar

Desde Ciencias Exactas, Matías Pons, de 33 años, cuenta a LA NACION: “Yo quiero dedicarme a la investigación, y sin un buen financiamiento, las carreras científicas se van a ver muy afectadas. Necesitamos recursos para hacer nuestro trabajo y seguir avanzando en áreas clave. Si recortan el presupuesto, también están recortando el futuro de la ciencia en el país”.

Conforme más agrupaciones llegan al Congreso, la plaza se va llenando de manifestantes que corean en defensa de la educación pública. “Si hoy hay ley, mañana hay paro”, gritan los estudiantes, anticipando las próximas acciones si el veto no es rechazado.

Los carteles continúan siendo una herramienta clave para expresar el malestar. Entre ellos, se leen mensajes como: “La UBA no se vende”, “La educación es un derecho” y “Si recortan nuestro futuro, nosotros respondemos”. Cada pancarta refleja el compromiso de los estudiantes y docentes con la defensa de la universidad pública, una lucha que para muchos es personal.

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Tomás Herrera, de 36 años y estudiante de Ciencias Exactas, también da su perspectiva a este medio: “No es solo una cuestión de presupuesto, es una cuestión de futuro. Si no invertimos en educación, en ciencia, en investigación, estamos retrocediendo. Yo estoy acá porque quiero un país que avance, y eso solo se logra con una universidad pública fuerte”.

Los estudiantes continúan concentrados en la plaza del Congreso, manteniendo la presión sobre los legisladores mientras el debate avanza en el interior del recinto. La movilización no parece detenerse y se espera que, en caso de no obtener una respuesta, las acciones de protesta continúen en los próximos días.