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Trump divide a Latinoamérica con su interés por controlar el Banco Interamericano de Desarrollo

La estrategia de un aliado de Trump para dirigir el Banco Interamericano de Desarrollo divide a la región. REUTERS/Brian Snyder
La estrategia de un aliado de Trump para dirigir el Banco Interamericano de Desarrollo divide a la región. REUTERS/Brian Snyder

CIUDAD DE MÉXICO — La campaña agresiva de un funcionario del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump para dirigir el banco de desarrollo más importante de Latinoamérica ha dividido a la región, pues ha enfrentado a las naciones que acogen la influencia del gobierno estadounidense contra las que temen que el funcionario socave una de las pocas instituciones capaces de amortiguar el golpe de una recesión derivada de la pandemia.

Latinoamérica y el Caribe están enfrentando toda la fuerza de una pandemia global, un golpe que se cree que empujará a decenas de millones de personas a la pobreza extrema, borrará décadas de crecimiento y creará una inestabilidad generalizada en países que de por sí están plagados de corrupción y violencia.

En medio de esta crisis, Mauricio Claver-Carone, uno de los máximos asesores del presidente Trump sobre Latinoamérica, ha lanzado una candidatura poco ortodoxa para convertirse en el primer funcionario estadounidense en liderar el Banco Interamericano de Desarrollo. El puesto es uno de los más influyentes en la región, ya que involucra mantener un contacto regular con los jefes de Estado para distribuir unos 13.000 millones de dólares al año, y siempre ha estado a cargo de un latinoamericano.

Claver-Carone, conocido como un operador político inflexible, pasó años cabildeando en contra del gobierno cubano antes de unirse al Consejo de Seguridad Nacional, donde les ha dado forma a las políticas intransigentes del gobierno hacia Cuba y Venezuela.

Quienes lo apoyan y quienes lo rechazan

Hay más de una decena de países que apoyan a Claver-Carone, dentro de los cuales se encuentran gobiernos conservadores, como Brasil, Colombia y Bolivia, que están alineados políticamente con el gobierno de Trump, y naciones que consideran que está en buena posición para llenar el banco de efectivo.

Sin embargo, sus críticos, incluidos Argentina y Chile, temen que Claver-Carone pueda convertir la institución en una rama de la política del gobierno de Trump en la región… posiblemente en los años venideros. Desde su fundación en 1959, el banco tan solo ha tenido cuatro presidentes. Su actual director, Luis Alberto Moreno, de Colombia, fue elegido en 2005.

Después de que hace poco la campaña de Joe Biden se declaró en contra de Claver-Carone, a muchas personas también les preocupa que, en caso de que Trump pierda en noviembre, el funcionario pueda tener problemas para obtener nuevo financiamiento para el banco.

“En el mejor de los casos, producirá parálisis y marginalización, y con eso ya estará haciendo de lado a la institución más importante en el momento más crítico”, comentó Michael Camilleri, un analista del centro de investigación de políticas públicas Diálogo Interamericano, para referirse a la candidatura de Claver-Carone. “En el peor de los casos, el banco se convertirá en el vehículo de una agenda de derecha bastante radical que dividirá más al hemisferio”.

Migrantes venezolanos abordan un autobús para dirigirse a la frontera desde Bucaramanga, Colombia, el 20 de mayo de 2020. (Federico Rios/The New York Times)
Migrantes venezolanos abordan un autobús para dirigirse a la frontera desde Bucaramanga, Colombia, el 20 de mayo de 2020. (Federico Rios/The New York Times)

La función del BID en Latinoamérica

Con el paso de las décadas, el banco ha guiado el desarrollo de la región, con préstamos a países pobres que tienen pocas alternativas para construir infraestructura esencial como caminos, cruces fronterizos, puertos y redes eléctricas, e inversiones en grupos marginalizados que han sufrido el rechazo de bancos privados en las economías más saludables de la región.

El banco ha enfrentado críticas por falta de transparencia y por no lograr un involucramiento con las comunidades locales, pero se ha mantenido como un salvavidas crucial en tiempos de crisis. Se espera que sea un motor de recuperación en el hemisferio occidental, en especial porque otros acreditantes multilaterales no tienen suficientes recursos debido a la pandemia.

Claver-Carone ha promovido su candidatura como una señal del interés renovado de Estados Unidos en la región y ha sugerido que puede persuadir al Congreso para que invierta más dinero en el banco.

En junio, Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, señaló que la nominación de Claver-Carone “demuestra el sólido compromiso del presidente Trump con el liderazgo estadounidense en las instituciones importantes de la región, y con fomentar la prosperidad y la seguridad en el hemisferio occidental”.

Claver-Carone también ha solidificado el apoyo en la región con la promesa de asignarle el segundo puesto al mando a un funcionario brasileño y negociar un puesto importante para un funcionario jamaicano, en caso de ganar, de acuerdo con varias personas enteradas del tema que hablaron con la condición de permanecer en el anonimato.

Dificultades crecientes para la candidatura de Claver-Carone

Para ganar la elección de mediados de septiembre, Claver-Carone necesita el apoyo de una mayoría de los miembros del banco, entre los cuales están Canadá y varias naciones asiáticas y europeas, así como países de la región que le piden préstamos. Sin embargo, la oposición a su candidatura ha crecido en semanas recientes.

Un alto diplomático de la Unión Europea ha instado a posponer la votación que se tenía planeada para septiembre, citando la pandemia y la nominación “sin precedentes” de un candidato estadounidense para liderar el banco, informó Reuters.

México, Chile y Argentina, país que tiene su propio candidato para el puesto, también están proponiendo un aplazamiento, pues aseguran que la elección amerita un debate más vigoroso.

El encargado de Latinoamérica en la Casa Blanca, Mauricio Claver-Carone (Foto: Gabriel Aponte/Getty Images for Concordia Summit)
El encargado de Latinoamérica en la Casa Blanca, Mauricio Claver-Carone (Foto: Gabriel Aponte/Getty Images for Concordia Summit)

“No se está cuestionando a Mauricio Claver-Carone desde una perspectiva técnica; se le está cuestionando desde una perspectiva política”, comentó Felipe Solá, el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina. “Es un reflejo del ala ideológica más dura de la política estadounidense hacia Latinoamérica”.

En Estados Unidos, la oposición también ha alzado la voz. El senador Patrick Leahy, demócrata de Vermont y vicepresidente del Comité de Apropiaciones del Senado, organismo que aprueba el financiamiento para el banco, señaló que la elección de Claver-Carone “no es un buen presagio del apoyo de Estados Unidos al banco en los años por venir”.

Sin embargo, Claver-Carone demeritó la oposición en Latinoamérica al llamarla “un puñado de países que por alguna razón —porque sus propios candidatos no han logrado posicionarse— están buscando la manera de secuestrar la elección”.

Y tiene un respaldo importante en el Congreso: lo han apoyado los senadores Marco Rubio, republicano de Florida, y Robert Menéndez, demócrata de Nueva Jersey.

Aunque hizo notar que no siempre ha “estado de acuerdo” con Claver-Carone, Menéndez elogió su “compromiso constante para fomentar la seguridad nacional de Estados Unidos, nuestros intereses en política exterior y una agenda de prioridades compartidas con nuestros socios del hemisferio”.

Quienes apoyan a Claver-Carone en Estados Unidos están contentos con su promesa de impulsar una mayor inversión estadounidense en la región, lo cual podría desalentar la relación comercial de los países con China.

No obstante, precisamente ese hincapié en los intereses de Estados Unidos podría terminar por afectar a millones de personas que dependen del banco en toda Latinoamérica, acusaron sus críticos.

“Por la fuerza de las ideas de Claver-Carone en esos temas, me temo que pueda utilizar el banco para obligar a los países a aceptar las políticas que él desea como condiciones para préstamos”, comentó Roberta Jacobson, la embajadora en México durante la presidencia de Barack Obama. “Podría producir ese tipo de políticas vengativas en un nivel ideológico”.

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This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company