Esto es lo que sucedió realmente con las niñas desaparecidas en Washington D.C.

Las desapariciones de personas, sobre todo cuando son menores de edad, sacuden a la sociedad y provocan miedo, enojo, desesperación. Pero en ocasiones todo ello se amplifica de modo impreciso cuando desde las redes sociales se difunden conclusiones sesgadas.

La Policía de Washington DC realiza una campaña de información en Twitter sobre personas desaparecidas. (NBC)
La Policía de Washington DC realiza una campaña de información en Twitter sobre personas desaparecidas. (NBC)

Eso es lo que sucedió cuando el pasado jueves 23 de marzo comenzó a circular en Instagram un post que afirmaba que “14 niñas han desaparecido en D.C. en las últimas 24 horas”. A primera impresión, ese mensaje daba la idea de que algo extraño y perturbador está sucediendo en la capital del país, afectando severamente a menores de edad afroamericanas.

Tal afirmación alarmó a muchos, con voces que cuestionaban cómo era posible que 14 niñas hubiesen desaparecido en un día sin que fuera difundido en la prensa nacional.

Pero, como revela en BuzzFeed, el reporte resultó ser impreciso. Quizá producto de una interpretación inexacta de los datos de la cuenta de Twitter de la policía de D.C, que hace algunos días comenzó a circular con mayor frecuencia los carteles de personas desaparecidas por si alguien tenía información que pudiera ayudar a resolver esos casos.

Esa es la explicación de por qué aparecieron en un lapso breve de tiempo numerosos mensajes en Twitter con foto y detalles de los desaparecidos.

Pero algunas de las imágenes usadas en el post viral y alarmista de Instagram, que compartieron algunas celebridades, eran jóvenes perdidas hace mucho más tiempo y ni siquiera eran del área de Washington.

La nueva estrategia pareció funcionar. Al menos hasta cierto punto. Según indica la televisora NBC, las autoridades de la capital del país habían publicado 22 tuits sobre personas desaparecidas hasta el 24 de marzo, incluidos 11 menores de edad. Hasta el domingo habían encontrado a seis de esas 11.

En realidad, no hubo desaparición masiva de adolescentes en un solo día. Pero aunque hayan sido más espaciados en el tiempo (11 menores perdidos en una semana), la estadística es inquietante y requiere explicación y atención.

Una tendencia preocupante

Un tuit con el hashtag #missingdcteens denunció que en los primeros tres meses de 2017 la policía en D.C. registró 501 casos de menores reportados como desaparecidos, muchos de ellos de origen latino y afroamericano y varios sin resolver.

Las autoridades confirmaron el dato a NBC, pero aseguraron que no hay evidencia que sugiera tráfico humano o secuestros, como muchos habían señalado. Todos esos adolescentes al parecer dejaron su casa de modo voluntario.

En ese contexto, si bien el post de Instagram magnificó de modo impreciso la situación, al afirmar que todas las desapariciones se habían producido en un solo día, ciertamente existe una crisis de jóvenes que deciden irse de su casa en la capital. Y al margen de que se ha logrado ubicar a la gran mayoría de ellos, lo que es buena noticia, un solo caso basta para pedir acción y solución pronta.

¿Cuál puede ser la causa de esta tendencia? En D.C. existe una genuina preocupación. Y si se analizan datos sobre reportes de desapariciones de menores en todo el país, la inquietud se redobla. Por ejemplo, el Centro Nacional sobre Niños Desaparecidos y Explotados indica que en 2016 sus bases de datos a escala nacional contenían 465.676 casos, aunque no se trata de cantidad de personas sino de avisos de que un menor no fue hallado en su hogar (si un chico, por ejemplo, abandona varias veces su casa en el año, lo que es frecuente, cada vez que lo hace y se reporta cuenta como un caso en esa estadística). Y esa organización también señala que asistió a autoridades y familias en 20.500 casos de menores desaparecidos.

Es imperativo tener y ampliar programas de ayuda individual, familiar y comunitaria para frenar las causas, ya sean educativas, económicas, conductuales, de salud o de violencia y criminalidad, que inciden en ese desgarrador fenómeno en Estados Unidos.

Un equívoco en redes sociales puede, así, acabar siendo útil para hacer foco en un problema social de gran calado y que requiere soluciones de fondo.

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