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Los estadounidenses reprobaron este test sobre privacidad en línea

Clientes usan sus teléfonos inteligentes y computadoras portátiles en una cafetería en Manhattan, el 20 de diciembre de 2016. (George Etheredge/The New York Times)
Clientes usan sus teléfonos inteligentes y computadoras portátiles en una cafetería en Manhattan, el 20 de diciembre de 2016. (George Etheredge/The New York Times)

A muchas personas en Estados Unidos les gustaría controlar la información que las compañías pueden obtener de ellas en línea. Sin embargo, cuando se les presentó una serie de preguntas de verdadero o falso acerca de cómo los dispositivos y servicios digitales rastrean a los usuarios, la mayoría de los estadounidenses tuvieron dificultades para contestarlas, según un informe publicado el martes por la Escuela de Comunicación Annenberg de la Universidad de Pensilvania.

El informe analizó los resultados de una encuesta de privacidad de datos que incluyó a más de 2000 adultos en Estados Unidos. Muy pocos de los participantes afirmaron confiar en la manera en que los servicios en línea manejaban sus datos personales.

La encuesta también puso a prueba los conocimientos de la gente sobre cómo las aplicaciones, sitios web y dispositivos digitales podían acumular y divulgar información relacionada con la salud y los hábitos de consumo de televisión de las personas, así como las imágenes que capta la cámara de sus videoporteros. Aunque muchos entendían cómo las compañías pueden rastrear sus correos electrónicos y visitas a sitios web, una mayoría parecía no estar consciente de que solo existen protecciones federales limitadas para los tipos de datos personales que los servicios en línea pueden recopilar sobre los consumidores.

El 77 por ciento de los participantes acertaron en nueve o menos de las diecisiete preguntas de verdadero o falso, lo que equivale a una calificación reprobatoria, indicó el informe. Solo una persona recibió una calificación de excelencia por responder de manera correcta a dieciséis de las preguntas. Nadie contestó bien todas.

Los resultados de la encuesta exponen una marcada brecha de conocimiento entre los estadounidenses ahora que la Comisión Federal de Comercio (FTC, por su sigla en inglés) está a punto de frenar el rastreo que hacen las compañías a los consumidores en línea (o, como los reguladores lo han nombrado, “vigilancia comercial”). Además, el informe podría impulsar la agenda de los reguladores, ya que destaca las debilidades de un contexto que durante décadas sirvió como la base de la regulación de la privacidad en línea en Estados Unidos.

Ese modelo utilizado desde hace mucho es conocido como “aviso y consentimiento”. En general, permite a los servicios en línea recolectar, usar, retener, compartir y vender libremente una gran cantidad de detalles sobre los consumidores individuales (siempre y cuando las compañías primero notifiquen a los usuarios sobre sus prácticas de datos y obtengan su consentimiento).

Joseph Turow, un profesor de Comunicación en la Universidad de Pensilvania, opinó: “La idea general de que el consentimiento, ya sea implícito o explícito, es la solución para este mar de recolección de datos está totalmente equivocada y esa es la conclusión”. (Matt Edge/The New York Times)
Joseph Turow, un profesor de Comunicación en la Universidad de Pensilvania, opinó: “La idea general de que el consentimiento, ya sea implícito o explícito, es la solución para este mar de recolección de datos está totalmente equivocada y esa es la conclusión”. (Matt Edge/The New York Times)

El informe aporta a un conjunto creciente de investigación que indica que el modelo de aviso y consentimiento se ha vuelto obsoleto. Investigadores y reguladores afirman que las aplicaciones y los sitios a menudo usan políticas de privacidad largas y con frecuencia ininteligibles para fomentar que la gente acepte prácticas de rastreo que es posible que no entiendan. Estos críticos aseguran que las prácticas de “aviso y consentimiento” para los servicios en línea pueden impedir el consentimiento fundamentado.

El informe de la Escuela Annenberg señala que el consentimiento genuino “requiere que la gente tenga conocimiento sobre las prácticas comerciales de extracción de datos, así como una creencia de que pueden tener cierta injerencia en su aplicación. Los estadounidenses no tienen ninguna de las dos”.

El 79 por ciento de los participantes en la encuesta comentaron que tenían “poco control sobre lo que los mercadólogos” podían averiguar sobre ellos en línea, mientras que el 73 por ciento mencionó que no tenía “el tiempo para conocer todas las maneras de controlar la información que las compañías” tenían sobre ellos.

En una entrevista, Joseph Turow, un profesor de Comunicación en la Universidad de Pensilvania que fue el autor principal del informe, explicó: “La lección más importante de esto es que el consentimiento está fracturado, totalmente fracturado. La idea general de que el consentimiento, ya sea implícito o explícito, es la solución para este mar de recolección de datos está totalmente equivocada y esa es la conclusión”.

Algunos reguladores destacados están de acuerdo.

En un discurso el año pasado, Lina M. Khan, la presidenta de la Comisión Federal de Comercio, aseveró: “Cuando se enfrentan a tecnologías que son cada vez más esenciales para navegar la vida moderna, los usuarios con frecuencia carecen de un conjunto real de alternativas y no pueden renunciar de modo razonable al uso de estas herramientas”.

En su charla, Khan propuso un “tipo de paradigma nuevo” que pudiera imponer “límites sustantivos” al rastreo de consumidores.

Leigh Freund, la directora ejecutiva de Network Advertising Initiative, un grupo de la industria de la publicidad digital, manifestó que aunque el modelo de “aviso y consentimiento” era “anticuado en su aplicación en muchos aspectos”, aún podía ser una herramienta útil “en conjunto con límites razonables a la recolección y el uso de datos, en particular respecto a aquellos datos que sean sensibles”.

Freund agregó que su grupo comercial apoyaba un esfuerzo actual en el Congreso de aprobar una ley federal integral de privacidad del consumidor que impondría límites significativos al uso de datos “y al mismo tiempo protegería los beneficios de la publicidad impulsada por datos para los consumidores, los pequeños negocios y la economía”.

Los resultados de la encuesta desafían un argumento de intercambio de datos por servicios que la industria de la tecnología ha utilizado durante mucho tiempo para justificar el rastreo de consumidores y para eludir los límites gubernamentales al respecto: los consumidores pueden usar con libertad un conjunto de herramientas digitales convenientes (siempre y cuando permitan que aplicaciones, sitios, tecnología publicitaria y firmas de analítica de mercadotecnia rastreen su actividad en línea y empleen su información personal).

No obstante, el nuevo informe indica que muchos estadounidenses no aceptan la oferta de la industria.

El 68 por ciento de los participantes relataron que no consideraban justo que una tienda pudiera monitorear su actividad en línea si se conectaban al wifi del minorista. Además, el 61 por ciento indicó que le parecía inaceptable que una tienda usara su información personal para mejorar los servicios que ellos recibían de dicha tienda.

Solo una minoría pequeña, el 18 por ciento, afirmó que no le importaba lo que las compañías averiguaban sobre ellos en línea.

c.2023 The New York Times Company