Esta pareja recaudó 400,000 dólares para ayudar a un desamparado, pero él asegura que lo han gastado en viajes y un BMW

Lo que inició como una noble y extraordinaria retribución a un buen samaritano y un ejemplo de ayuda solidaria para propiciar una vida mejor se convirtió, al parecer, en un extraño caso de posible dispendio y avaricia sucedido en la ciudad de Filadelfia.

Lo protagonizan un veterano indigente, una mujer que obtuvo ayuda y deseó retribuirla y 400,000 dólares que se convirtieron en una ponzoñosa manzana de la discordia.

De acuerdo al relato del periódico Philadelphia Inquirer, en octubre de 2017 el indigente Johhny Bobbitt, de 35 años, gastó sus últimos 20 dólares para ayudar a Kate McClure a obtener gasolina luego de que su auto la dejó tirada a mitad de una autopista. El hombre, que vivía en la calle, tuvo ese singular gesto y McClure, entonces, decidió ayudarlo a salir de su marginación.

Johnny Bobbitt, Mark D'Amico y su novia Kate McClure. En una época tuvieron buena convivencia, hasta que el manejo del dinero recaudado en nombre de Bobbitt rompió su relación. (Archivo Yahoo / Time)
Johnny Bobbitt, Mark D’Amico y su novia Kate McClure. En una época tuvieron buena convivencia, hasta que el manejo del dinero recaudado en nombre de Bobbitt rompió su relación. (Archivo Yahoo / Time)

Primero, como relató The Washington Post, le llevó comida, ropa y un poco de dinero a Bobbitt para paliar sus difíciles circunstancias, pero luego McClure decidió emprender una campaña de recaudación de fondos en GoFundMe para poder aportarle a Bobbitt los medios para cambiar su vida: no solo salir de las calles y obtener un hogar sino también apartarse de la adicción a drogas que lo aqueja.

McClure se propuso reunir 10,000 dólares pero, gracias a apariciones en televisión para dar a conocer la campaña y a la generosidad de unos 14,000 internautas, el fondo de apoyo a Bobbitt llegó a 402,706 dólares. Con esa suma, se supuso, finalmente él podría emprender un nuevo y mejor destino.

Pero las cosas no han sucedido así.

De acuerdo a la televisora CNN, el abogado de Bobbitt ha dicho que una gran porción de ese dinero simplemente no le ha llegado a su cliente y que él nunca ha tenido control sobre los recursos que fueron donados para propiciar su bienestar, pues el dinero se habría depositado en una cuenta a la que él no tiene acceso.

Hasta el momento, se afirma, McClure y su novio Mark D’Amico solo le han entregado a Bobbitt unos 75,000 dólares. GoFundMe se quedó con unos 30,000 dólares de comisión y el resto, al parecer, sigue en poder de la pareja y no le ha sido entregado al supuesto beneficiario.

Kate McClure y Johnny Bobbitt. Él, un indigente, gastó el poco dinero que tenía para comprar gasolina y ayudarla a ella, que quedó varada con su auto en una carretera. McClure luego emprendió una campaña de recaudación de fondos que obtuvo 400,000 dólares en apoyo del indigente, pero Bobbitt sólo ha visto una fracción de ello. McClure y su novio en tanto han gastado dinero en viajes y un auto de lujo. (GoFundMe / Archivo Yahoo)

Se afirma que, ciertamente, McClure y D’Amico han convivido con él para ayudarlo a salir adelante y le proporcionaron también a Bobbitt una casa remolque y una camioneta SUV usada que al poco se descompuso. Pero todo ello permaneció a nombre de la pareja y en terrenos propiedad de la familia D’Amico. También le dieron ropa, una televisión, una computadora y dos celulares, pero la relación entre ellos poco a poco se deterioró.

Por añadidura, como comenta el Post, a la par que Bobbitt recibió solo el equivalente a una fracción del dinero que supuestamente le corresponde, McClure y D’Amico se hicieron recientemente de un auto BMW nuevo, han hecho viajes a Florida, California y Las Vegas, gastos que de acuerdo a medios de prensa no son compatibles con sus salarios de recepcionista en una oficina del gobierno, ella, y de carpintero, él. E incluso se dijo que D’Amico usó 500 dólares de la cuenta de las donaciones hechas a Bobbitt para apostar en Las Vegas, aunque luego lo habría reembolsado.

Así, a juzgar por las alegaciones de Bobbitt y su abogado, McClure y D’Amico le estarían reteniendo, e incluso usando para sí de modo impropio, mucho dinero que legalmente le corresponde al indigente.

Con todo, la situación es más compleja. Bobbitt sufre una severa adicción a las drogas y la pareja le comentó que para entregarle el dinero debía rehabilitarse. Una situación que quedó clara cuando, de acuerdo a D’Amico, Bobbitt se gastó 25,000 dólares en drogas en 13 días. Y también se dijo que gastos como el pago por el BMW nuevo y los citados viajes fueron autorizados por el indigente.

Pero otra abogada de Bobbitt negó que el aludido gasto en drogas se hubiese dado de esa manera o que su cliente hubiese autorizado a la pareja a hacer esos gastos en autos y paseos. Aunque sí sería cierto que Bobbitt continúa con un severo problema con las drogas y que, pese a varios intentos de desintoxicación exitosos, aún no ha podido salir completamente de él.

En todo caso, hay indicios de que en efecto se ha dado un descontrol en el manejo del dinero y que McClure y D’Amico no han transparentado los gastos que han hecho, aunque ellos alegan que buena parte de lo desembolsado fue en costos en los que ellos incurrieron durante el tiempo en que acogieron a Bobbitt.

Johnny Bobbitt, que sufre de un problema de aqdicción a las drogas, ha vuelto a dormir en la calle y sobrevive de limosnas mientras trata de obtener los miles de dólares que le fueron donados en su nombre. (AP / Philadelphia Inquirer)
Johnny Bobbitt, que sufre de un problema de aqdicción a las drogas, ha vuelto a dormir en la calle y sobrevive de limosnas mientras trata de obtener los cientos de miles de dólares que le fueron donados en su nombre. (AP / Philadelphia Inquirer)

Y si bien es cierto que entregar una enorme suma a una persona afectada por las adicciones es un riesgo considerable, sustraerle el control del dinero de modo unilateral y sin transparencia e incluso gastarlo en otros asuntos no apropiadamente clarificados no parece una vía apropiada, y podría tener consecuencias legales. Por ello, lo que comenzó como un gran acto de bondad colectiva ha naufragado en una rebatinga extraña por muchos miles de dólares.

Por lo pronto, aún no es claro cuál será el desenlace de esta historia. D’Amico ha dicho que buscará un administrador o fideicomisario para que custodie el dinero restante, pero hasta el momento no hay indicios de que eso haya sucedido a cabalidad. Y Bobbitt duerme otra vez en las calles, vive de limosnas y está y en riesgo de sumirse de nuevo en las drogas.

Un círculo vicioso que un dinero que se pensaba salvador y se ha vuelto venenoso, hasta ahora no ha logrado romper.

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