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España afronta un escenario político incierto tras las elecciones del domingo

Por Julien Toyer VALENCIA (Reuters) - Los españoles romperán previsiblemente con el bipartidismo en las elecciones municipales y autonómicas del domingo, marcando el inicio de una nueva era de pactos políticos que podría erosionar la autoridad del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, incluso aunque su partido gane la mayoría de los votos. El Partido Popular (PP) de Rajoy y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se han alternado en el poder desde el fin de la dictadura de Franco hace 40 años, sin prácticamente tradición de gobierno de coalición a nivel nacional o regional. Pero ante la atracción de los votantes por nuevas formaciones, los sondeos pronostican que ningún partido logrará los votos suficientes para reclamar una mayoría absoluta en 12 de las 13 comunidades autónomas que irán a las urnas el domingo y en la mayoría de sus 8.000 pueblos y ciudades. En muchos lugares, tendrán que unirse al menos tres grupos políticos para formar gobierno. En el Ayuntamiento de Barcelona, el voto podría dividirse entre siete partidos. La radical transformación de cómo se gobierna España será un anticipo de más incertidumbre en las elecciones generales previstas para noviembre. El sistema electoral español favorece a los grandes partidos, produciendo históricamente gobiernos fuertes con mayorías sólidas. Durante más de tres años, una mayoría absoluta parlamentaria permitió a Rajoy aprobar unas impopulares pero necesarias reformas para evitar un rescate internacional. El PP también controla ahora 10 de las 13 regiones en liza. Pero unas elecciones poco concluyentes, que exijan al PP formar coaliciones para permanecer en el poder o irse a la oposición en muchas autonomías, diluirían el mensaje de Rajoy de que cualquier dificultad para sus reformas pondrá en peligro la recuperación. Para los nuevos partidos que se prevé que despunten por primera vez el domingo, es una oportunidad histórica para hacer que los gobiernos españoles sean más responsables ante las personas que los eligen. "Es la primera vez en décadas que hay una opción de cambio real. No sólo esta en juego la alternancia de gobierno sino también la calidad de nuestra democracia", dijo Carolina Punset, que encabeza la candidatura en Valencia de Ciudadanos, uno de los nuevos partidos con más tirón en las encuestas. FRAGMENTACIÓN Las encuestas sugieren que los centristas de Ciudadanos Y los izquierdistas de Podemos, que han asaltado la escena principal de la política española en el último año, confirmarán su popularidad entre los votantes descontentos, aunque no tendrán suficiente fuerza para apartar por completo a sus rivales más establecidos. "Va a ser un panorama muy fragmentado y ni hay cultura de pactos ni la ley favorece las mayorías, así que no es de descartar que se tengan que repetir elecciones", dijo Narciso Michavila, responsable de la casa de encuestas GAD3. El PP podría ganar en número de votos totales, pero aún así podría perder el poder o verse forzado a negociar coaliciones en distintas administraciones del país. "El PP podrá decir que ha ganado las elecciones pero al fin y al cabo lo importante va a ser el día después - los pactos y el color de los gobiernos (...) El PP va a sufrir castigo", dijo Michavila. Algunos analistas predicen que algunas de las elecciones locales del domingo será tan poco concluyentes que tendrán que repetirse. Este tipo de bloqueo ya está paralizando Andalucía, que eligió un nuevo parlamento en marzo, pero que ha sido incapaz de formar un gobierno hasta ahora, porque ningún partido cuenta con mayoría absoluta. La presidenta regional en funciones, la socialista Susana Díaz, ha dicho que podría convocar nuevas elecciones. En una entrevista, dijo que el escenario político en su región y en todo el país estaba derivando en un "caos". AFIANZADO El bipartidismo se ha afianzado en España durante décadas debido a un sistema electoral basado en distritos locales que envían a un número reducido de diputados al parlamento nacional a través de una regla proporcional. Con pocos escaños en liza en cada distrito, el umbral para ganar cualquiera de ellos es generalmente demasiado alto para los partidos pequeños, lo deja casi todos ellos en manos de los socialistas o el PP. Pero esta vez los nuevos partidos serán lo suficientemente grandes como para lograr representación. Podemos y Ciudadanos han prosperado desde el año pasado impulsados por la indignación pública contra la política tradicional en un país donde, a pesar de que Rajoy presume de recuperación económica, el paro sigue en el 24 por ciento de la población activa. Recientes casos de corrupción en los que están involucrados miembros del PP y del PSOE también han alejado a los votantes. Podemos, que en un momento dado parecía en camino de convertirse en el principal partido del país, ha perdido un poco de fuelle por su asociación con el partido gobernante griego, Syriza, que está luchando para mantener a Atenas en el euro. DIFICULTADES PARA RAJOY El territorio desconocido de la política de coaliciones resultará particularmente difícil para Rajoy, que lidera una sólida campaña para atraer a votantes diciendo que la recuperación económica descarrilará si llega al poder un partido que no sea el PP. En clave local, los conservadores podrían tener que diluir su mensaje con el fin de llegar a acuerdos con otros partidos y formar gobierno. En un mitin en Valencia a principios de mes, miembros del PP aplaudieron a Rajoy cuando éste prometió crear 2 millones de empleos para 2018. Pero muchos se mostraron más críticos en los márgenes del acto electoral. Rafael Andrés, un jubilado que lleva desde 1992 como militante del PP, dijo que el presidente del Gobierno era bueno como gestor, pero que le faltaba una visión clara de su región y de España. "Es un buen gestor pero no es un líder, no mueve a las masas y ha tomado demasiadas medidas de media tinta. Con él, al PP le ha faltado coraje y una visión clara, que es lo que necesita el país y Valencia", dijo. (Editado por Alessandra Galloni; Traducido por Blanca Rodríguez)