‘España no es (solo) blanca’: entrevistas para mostrar la verdadera cara de la diversidad racial española

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Mo Katir batió en cuestión de semanas tres récords de España de atletismo en las categorías de 1.500, 3.000 y 5.000 metros. La hazaña apenas trascendió al público general, pese a que fue en la antesala de los Juegos Olímpicos de Tokio. Su historia personal o sus continuas plusmarcas no captaron un gran interés en los medios de comunicación, o al menos no al mismo nivel que el comentario de Isaac Viciosa sobre él.

El corredor que ostentaba el récord español de los 3.000 hasta la llegada de Katir tuvo entre sus manos las opciones de reconocer el logro con deportividad y educación o la de verter un comentario racista. Optó por la segunda opción: “Otra cosa que quizá no es políticamente correcta pero me gustaría decir es que me hubiera gustado que lo hubiese batido un atleta con apellidos castellanos". El nombre de Mo Katir había trascendido, pero lo hizo bajo un relato impuesto, situado como víctima y con una sospecha infundada que nada tenía que ver con los hechos.

Una de las ficciones que más ha sobrevivido a nuestros tiempos arrastra la idea de que España siempre fue blanca. Que lo más castellano es apellidarse García o Pérez. Según esa historia con tintes de película de sobremesa, fue un proceso aparentemente lineal y apacible, roto hace unos 40 años cuando la migración se abrió paso en la sociedad española hasta suponer algo más del 10% del total de la población. El poder de la ficción es enorme: consigue mantener en nuestras mentes, sin que nadie pida darle al botón de stop, un relato capaz de contradecir la realidad pasada, presente y futura de España.

Ante ese relato, ha dado igual que Guinea Ecuatorial fuera colonia española hasta 1968. Se ignora la relación entre América Latina y España bajo el yugo de la conquista. Se pasa por alto la presencia de más de cinco siglos del Pueblo Gitano. O los cerca de 800 años en los que los árabes dominaron la Península Ibérica. Incluso el hecho de que África se sitúe a 14 kilómetros, con dos territorios españoles en el continente y otro, las Islas Canarias, más cerca de ahí que de aquí. Todo aquello ha ido conformando el paisaje de lo que somos, y aún así sigue oculto bajo una colosal obra de ficción escrita y dirigida por el racismo estructural.

La historia de Mo Katir ayuda a entender cuál suele ser la posición de las personas migrantes y racializadas tanto en los medios de comunicación como en la conversación pública. Habitualmente aparecemos apelotonados entre las categorías de víctimas, verdugos o excepciones. Cualquiera diría que nuestras vidas, si no vienen con alguna de estas etiquetas, carecen de valor.

‘España no es (solo) blanca’, este nuevo espacio de entrevistas que da comienzo en Yahoo, nace para romper con esa ficción y mostrar la realidad. Un punto de encuentro en el que las voces de los entrevistados, todas personas racializadas y migrantes, van a constatar los hechos, abriendo una ventana a la cotidianeidad de unas vidas acostumbradas a recibir atención sólo en la excepcionalidad. Lo harán desde una cotidianeidad que no necesitará del racismo para recibir un foco de luz, aunque este salpique los relatos por su carácter invasivo en nuestras vidas.

No es un proyecto inédito. Espacios como ‘En el margen’, de Elena García, o las entrevistas que Lucía Mbomío lleva años haciendo para Afroféminas muestran que esa necesidad lleva tiempo convertida en una forma de desarmar lo que conocimos. Esta sección llega para ampliar lo que ya se viene plasmando.

Con periodicidad semanal, hablaremos con personas para las que la condición racial es una etiqueta más que define una parte, pero no el todo. Charlaremos sobre sus deseos, objetivos frustrados, triunfos, fracasos, alegrías, tristezas. De lo universal, una categoría convertida en ficción cuando se hizo pasar a una minoría como el listón de la norma.

Las puertas están abiertas y las propuestas de personas e historias son bienvenidas. Dar la vuelta a las narrativas habituales pasa por escuchar, observar y transmitir la realidad sin los filtros que nos enseñaron a hacer pasar la ficción por realidad. ‘España no es (solo) blanca’ es la puerta de entrada a una casa que se lleva construyendo desde hace tiempo.

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