El espacio, otro campo de batalla entre Estados Unidos y China

WASHINGTON.- Cincuenta años después de que Estados Unidos demostró su dominio del espacio al vencer a la Unión Soviéticapara enviar humanos a la luna, el país enfrenta las ambiciones cósmicas de otra superpotencia: China.

China no lanzó un astronauta al espacio hasta 2003, más de 40 años después de Estados Unidos y la Unión Soviética. Desde entonces, desarrolló su programa espacial a gran velocidad, mientras Estados Unidos se volvía dependiente de Rusia para mantener su presencia en la Estación Espacial Internacional.

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La NASA no envió a nadie más a la superficie lunar desde 1972. Pero a principios de este año, China hizo historia cuando se convirtió en el primer país en aterrizar una nave espacial sin tripulación al otro lado de la luna, una hazaña que aclamó como la apertura de "un nuevo capítulo de la exploración de la Luna por la humanidad".

La NASA y sus contratistas todavía están luchando por construir una nave espacial capaz de llevar astronautas al espacio, ocho años después de que el último transbordador aterrizó en el Centro Espacial Kennedy. Mientras tanto, China desarrolló un enorme cohete espacial y el año pasado lanzó más cohetes que cualquier otro país, aunque ninguno con personas a bordo.

Y mientras la NASA está trabajando para determinar el futuro de la antigua Estación Espacial Internacional, China planea lanzar una estación propia en los próximos años.

China también planea enviar otra nave a la Luna este año. Y puso los ojos en la misma franja remota lunar donde Estados Unidos se apura a llegar: el polo sur, donde el agua del hielo podría demostrar no solo la vida, sino también proporcionar los ingredientes (hidrógeno y oxígeno) para que un propulsor envíe cohetes a otros destinos.

Aunque estéril, gris y sin vida, ofrece un trampolín clave para una exploración espacial más profunda y un enorme prestigio para quien llegue primero.

La administración Trump y los halcones conservadores calificaron la competencia china como una lucha de poder con enormes consecuencias: la Luna como el equivalente cósmico del Mar del Sur de China, donde China extendió su presencia militar y preocupa al Pentágono.

Las autoridades estadounidenses temen que los chinos avancen en el espacio. Newt Gingrich, el ex presidente de la Cámara de Representantes que propuso una base lunar durante su candidatura presidencial en 2012, dijo que China "se convertirá rápidamente en el único país que puede competir con nosotros por la Luna y Marte".

"Quieren demostrar que son tecnológicamente superiores a nosotros", dijo Gingrich. Si China puede llegar "al polo sur antes que nosotros, existe una posibilidad muy real de que nos resulte imposible operar allí".

En lugar de competir en el espacio, muchos piensan que Estados Unidos debería asociarse con China en misiones civiles de exploración espacial y ciencia, como lo hace con Rusia, otro potencial adversario.

Desde que el transbordador espacial fue retirado hace ocho años, la NASA no tuvo la capacidad de enviar astronautas a ningún lado. En cambio, le paga a Rusia por los viajes a la estación que orbita alrededor de la Tierra a un costo de más de 80 millones de dólares por asiento.

En 2014, la NASA otorgó contratos a Boeing y SpaceX para el desarrollo de naves que una vez más podrían llevar humanos al espacio desde el suelo estadounidense. Ambas compañías sufrieron contratiempos y demoras, incluida la explosión de la cápsula Dragon de SpaceX durante una prueba. Tampoco está claro si podrán enviar astronautas este año.

Enviar una sonda al costado de la Luna más alejado de la Tierra, en cambio, fue un gran salto para el programa chino. Y ahora China está planeando otra misión en la superficie lunar a fin de año para traer muestras de rocas. Eventualmente quiere construir una base en el polo sur lunar por la misma razón que lo hace la NASA: el agua.

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Los cráteres del polo tienen hielo y están cerca de luz solar continua que podría usarse para energía solar. El agua puede usarse no solo para mantener la vida, sino que sus componentes -hidrógeno y oxígeno- también pueden usarse como propulsores de cohetes, haciendo de la Luna, como dijo el secretario de Comercio Wilbur Ross, una "estación de servicio en el espacio".

Eso, a su vez, permitiría una exploración más profunda en el sistema solar. Ross presionó para recortar las regulaciones y permitir que la economía espacial "encienda un crecimiento económico constante en la industria", que según él podría llegar a 1 billón de dólares para 2040.

La búsqueda de recursos y los posibles beneficios económicos del espacio, aunque muchos piensan que están a años o décadas de distancia, también motivaron a China.

Según Namrata Goswami, autora y analista del programa espacial chino, "los chinos se dieron cuenta de la posibilidad de que el espacio no es solo para exploración, sino que puede beneficiar enormemente el desarrollo económico y el rejuvenecimiento nacional del país".

The Washington Post