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Las escuelas rurales móviles se adaptan para educar niñas en Kenia

Con 16 años de edad, Nagirasia Lengima ya es madre de dos hijos. Pero la maternidad no la detiene y sigue disfrutando su más reciente pasión: la escuela. En la imagen, niñas en la puerta de una escuela primaria en Nairobi, Kenia, en una fotografía de archivo. REUTERS/Noor Khamis

Por Kagondu Njagi LAISAMIS, Kenia (Thomson Reuters Foundation) - Con 16 años de edad, Nagirasia Lengima ya es madre de dos hijos. Pero la maternidad no la detiene y sigue disfrutando su más reciente pasión: la escuela. Al igual que un número cada vez mayor de niñas de comunidades nómadas en el norte de Kenia, Lengima desafía los prejuicios culturales y la presión del entorno adquiriendo una educación en una escuela móvil. Dirigidas por grupos sin ánimo de lucro, este tipo de escuelas dan educación a las niñas cuyas familias están obligadas a moverse continuamente por toda la región para sobrevivir. En la localidad de Laisamis, en el condado de Marsabit, se encuentra una escuela dirigida por la organización de desarrollo Adeso, con sede en Nairobi, a la que asiste Lengima, pero las circunstancias no la acompañan: los profesores han tenido que abandonar la zona para escapar de los esporádicos ataques del grupo insurgente Al Shabaab. Sumado a un clima cada vez más errático en el norte de Kenia, donde las temperaturas superan a menudo los 30 grados y tienen lugar habitualmente sequías y lluvias torrenciales, condiciones que impulsan a las familias de pastores a abandonar sus asentamientos en busca de agua y pasto, la situación limita considerablemente el acceso de los niños a la educación formal. Pero la escuela de Adeso trabaja con el clima para dar acceso a la educación informal que de otro modo sería imposible: el calendario escolar "se basa en los patrones de lluvia", dijo Saadia Maalim Mohamed, responsable del proyecto con Adeso, que ofrece educación a 300 niñas de entre 13 y 18 años en Laisamis y que dirige otras escuelas móviles en Kenia. "La educación tiene lugar durante la temporada de lluvias, cuando la demanda laboral de niños es baja y el movimiento de comunidades, mínimo", explica. Según altos cargos, el condado de Marsabit registra los peores indicadores de educación de Kenia, con niveles de alfabetización de sólo el 20 por ciento y asistencia a la escuela de niñas de más de seis años inferior al 15 por ciento. Lanzado en febrero de 2014, el proyecto escolar de Adeso está previsto que finalice en 2016, cuando se acabe la financiación, pero el grupo está recaudando fondos con la esperanza de poder extenderlo, aunque se enfrenta a desafíos como la inseguridad política, unas deficientes redes de comunicación y telefónicas y las creencias culturales "retrógradas" que desalientan la educación de las niñas.