Escasa participación en las legislativas que asientan el proyecto de Said

Túnez, 17 dic (EFE).- Los comicios legislativos convocados por el presidente de Túnez, Kais Said, después de disolver el Parlamento, registraron hoy una participación del 8,8% ante el boicot de los partidos políticos y el desinterés de la población.

Estas elecciones completan la hoja de ruta que impuso Said cuando el 25 de julio de 2021 se hizo con plenos poderes para "salvar a la nación" y que ha incluido una nueva Constitución que debilita el papel del Parlamento y consolida un sistema ultrapresidencialista.

Este 17 de diciembre conmemora el aniversario de la inmolación en 2010 del joven vendedor ambulante, Mohammed Bouazizi, un suceso considerado como detonante de la revolución que derrocó al dictador Zin el Abidin Ben Ali y que hizo de Túnez la cuna de la llamada Primavera Árabe.

Said, que reivindica esta efeméride para defender su proyecto, asegura que su política tiene como objetivo "rectificar" la transición, mientras que para la oposición supone el fin de la ruta democrática iniciada por Túnez.

DESAFECCIÓN ENTRE LA POBLACIÓN

Más de 9,1 millones electores (155.000 en el extranjero) fueron llamados a elegir una asamblea hoy con una nueva ley electoral que sustituye las listas de partidos por candidatos uninominales a dos vueltas.

La Instancia Superior Independiente para las Elecciones (ISIE) no aclaró hoy cómo será la segunda vuelta que disputarán los dos candidatos más votados en caso de que el ganador no obtenga más del 50%.

Está previsto que los resultados preliminares se conozcan antes del próximo 20 de diciembre.

Un total de 1.055 candidatos (solo un 11% de mujeres) concurrieron para obtener uno de los 161 asientos del Parlamento, aunque siete de las circunscripciones no cuentan con aspirante y diez tienen un solo candidato que obtendrá el escaño automáticamente.

Los colegios permanecieron abiertos y prácticamente vacíos entre las 07.00 GMT y las 17.00 GMT, con los tunecinos en las calles, más preocupados por la situación económica que por los comicios.

"¿Por qué votar? ¿de qué sirve? No tenemos nada para comer, no hay leche, no hay café, no hay azúcar, pasta, ni arroz... ¿A dónde va el dinero? Las calles son un desastre, no hay iluminación, faltan infraestructuras", afirma en declaraciones a Efe, Nour, sobre el desabastecimiento de productos básicos en el país.

Túnez registró además una inflación récord del 9,8% y espera un préstamo de 1.900 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI), que pospuso la reunión prevista para el lunes en la que tenía previsto revisar la solicitud.

Como muchos tunecinos, Naziha, no entendía el nuevo sistema de votación uninominal (sin partidos) por lo que decidió no participar: "Me dijeron que se podía votar a Abir Moussi (líder del partido tunecino Desturiano Libre, PDL, afín al antiguo régimen) pero me he dado cuenta de que ella no está".

BOICOT ELECTORAL

La mayoría de partidos políticos -desde tendencias islamistas, a socialdemócratas y del antiguo régimen- boicotearon los comicios, además de la sociedad civil, entre ella, organizaciones feministas contra la actual ley electoral que elimina las listas paritarias.

La coalición opositora Frente Nacional de Salvación -liderada por el histórico opositor de Ben Ali, Ahmed Nejib Chebbi, y que incluye al islamista Ennahda (el partido más votado del disuelto parlamento)- anunció que presentará una hoja de ruta urgente ante la baja participación.

La futura Cámara tendrá poderes limitados y supeditados al presidente con Constitución, que Said llevó a referéndum el pasado 25 de julio también unilateralmente y fue aprobada con el 70% de abstención.

El Parlamento Europeo declinó enviar delegación para supervisar el proceso, mientras que observadores de la Cámara Civil de Rusia, la Unión Africana y el Centro Carter vigilaron la votación, además de organizaciones locales.

La futura Cámara tendrá poderes limitados y supeditados al presidente con la Constitución, que Said llevó a referéndum el pasado 25 de julio también unilateralmente y fue aprobada con el 70% de abstención.

El Parlamento Europeo declinó enviar una delegación para supervisar el proceso, cosa que sí hicieron observadores de la Cámara Civil de Rusia, la Unión Africana (UA) y el Centro Carter, además de organizaciones locales.

(c) Agencia EFE